Ava
Cada puta esquina de mi corazón duele al recordar el sufrimiento de verlo marchar aquel día. Los recuerdos hieren y llegan momentos en los que no quisiera recordar, simplemente dejar de existir.
Mi cuerpo tiembla un poco y tengo la mirada fija en un punto, más está nublada.
—¿Ocurre algo? —La voz de Sarah me saca de mi transe.
Meneo un poco mi cabeza con la intención de espabilarme y lo logro, pongo a funcionar todos mis sentidos de una vez. Ese mensaje me impactó bastante. —Sí —respondo, un poco dudosa aunque ella ya sepa la historia de mis padres. Ellos pasaron por algo similar, su padre no quiso saber nada de ellos desde que se buscó una nueva esposa y los desalojó de la casa junto con su madre—. Es sólo mi papá —finjo indiferencia total.
Su mirada me invita a continuar hablando, una de sus cejas está elevada al igual que una comisura de sus labios. Trago saliva y hablo. —Quiere hablar —dicto, y me doy media vuelta.
—¿Y cuál es el problema? —pregunta a mis espaldas—. Digo, si mi padre nos hubiera buscado después de echarnos a mi hermano y mi madre fuera de la casa claro que hablaría con él —comenta, en un tono que se me hace bastante relajado.
—Sarah, sabes bien como fue todo —le doy una mirada un poco triste—. Se fue.
Sus cejas se elevan totalmente. —Y ahora volvió —agrega, hábilmente.
Resoplo un poco obstinada. —Pero no es lo mismo.
—Ava —dice mi nombre y me vuelvo en su dirección. Uno de sus delgados brazos está bajo su cabeza y el otro descansa sobre su estómago, luce tranquila—. El mundo está en un cambio constante, no puedes pedir que nada sea igual que antes y mucho menos con esa situación —objeta, luego se endereza sobre la cama y pasa una de sus manos sobre Fumaza que duerme a su lado.
Hago un mohín de tristeza con mis labios. —Bien, voy a ir.
Una sonrisa se esparce por sus pequeños labios. —Tu no te preocupes por la bestia peluda esta —señala a Fumaza y esta alza la cabeza—, yo la domino con unas croquetas —comenta divertida mientras se pone de pie en un brinco sujetando su vestido floreado de esos que le gusta usar mucho.
—No la engordes —le advierto, moviendo un poco uno de mis dedos—, no quiero que ruede.
Mi prima hace un gesto como si fuera un militar y procede a tomar Fumaza entre sus brazos para cargarla. Salimos de la habitación a un ritmo bastante perezoso, bajamos las escaleras y una vez que estamos atravesando la sala la voz de mamá nos intercepta.
—¿A dónde van? —pregunta mamá, con su pelo recogido en un moño desaliñado,pero que le queda bien,y sus lentes para poder fijar la vista.
Teclea hábilmente en la laptop que descansa sobre sus piernas estiradas. Está de espalda a nosotras y eso me permite hacerle una seña a Sarah para que aborte la misión, pero ella sólo me hace un gesto con las manos para que me tranquilice.
—Emmh —se agacha y pone a Fumaza en el suelo—. Ava iba por mi a la tienda más cercana, sólo necesito unas cosas de chicas —dice, en un tono que cualquiera se tragaría su mentira.
Mamá para de teclear y se gira hacia ambas, los lentes que usa se le escurren hacia la punta de la nariz y me mira sobre ellos, por un momento he llegado a pensar que no se va a creer esa mentira.
—Si quieres yo te puedo llevar en el auto —me ofrece, calmadamente, comenzando a teclear en nuestra dirección—. En un minuto estoy lista.
Me tambaleo un poco y decido hablar. —Tranquila, ambas sabemos lo que significa un minuto para ti.
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Siente Conmigo [BORRADOR]✔©
Подростковая литератураLa misteriosa y extraña enfermedad de Edwin Black Hemsworth cree que tiene todas sus emociones milimétricamente controladas, pero Ava Cole Thompson no es del tipo de chica que se oculta tras un libro y mucho menos deja de lado lo que siente; del odi...