62. Seattle

197 23 10
                                    

Ava

El sol volvió a salir pero no de la misma manera de siempre, en mi cabeza todo son nubarrones grises que asechan por doquier, los rayos tocan cada parte de mi pero lo sigo sintiendo todo oscuro aquí en mi interior. No me voy a tomar la molestia de enumerar las noches que he pasado llorando en su nombre, sabiendo que lo que nos divide es a penas una pared.

Nunca había experimentado a lo largo de mi vida una sensación tan deprimente como al escuchar música alegre y que sonara tan triste y hueca, eso me ocurre exactamente ahora que los altavoces de la escuela proyectan sin número de canciones movidas.

Los días pasaron y así se formaron un par de semanas sin de saber de su existencia, y ya me limité a decir cada vez que me preguntan o mientras lo pienso a cada rato que sólo fue una estrella fugaz o diversión, así como mismo lo terminó llamando él la última vez que pude hacer contacto con sus ojos oscuros; duele tanto saber que lo amo con todo mi corazón y que todo se destinó al fracaso. Por otro lado Olivia, me la encontré todos los días posteriores a lo ocurrido, pero las cosas no pasaron de intercambiar miradas cada que nos encontrábamos y escuchar las risas a mis espaldas.

Lo recuerdo, la escuela no es la misma sin encontrarnos por los pasillos y que mi corazón se acelere como si me fuera a dar un par cardíaco, no es lo mismo a pesar del gran ajetreo que abunda hoy en los corredores debido a la graduación de los chicos, Emily y Mia —la cual sería la suya también—. Respiro profundo.

Basta ya de querer avasallarte la existencia con pensamientos y recuerdos sin sentido alguno, debes sanar.

Le hago caso a mi conciencia y con una ligera sacudida de hombros barro todos de mi mente y reincorporo mi marcha, mis ánimos suben al verlos a todos los honrados de este día compartiendo risas, palabras y sobre todo sus torpezas y ocurrencias.

—Joder con el muchachito este, si te mueves un centímetro más te dejo pareciendo un vagabundo —sisea Chase tratando de hacer bien el nudo de la corbata del traje de Grayson.

Uy, pero que mal humor hay por la zona. —Tomo a Chase por un cachete para pegarle un beso.

—No es mal humor, son nervios —comenta Sarah sacando su lado cerebrito de siempre.

El rubio le da una mala mirada de soslayo mientras sigue con su labor de ayudar a Grayson. —No estoy de mal humor, no estoy nervioso —vuelve a hablar, los movimientos de sus manos se tornan más torpes y cuando ve que se les enrredan suelta un gruñido y termina volviendo anicos la corbata del otro, este me vuelve a ver paralizado y con los ojos abiertos—. Vamos Ava, que me llevas conociendo toda la vida, sabes perfectamente que odio las aglomeraciones de personas, odio ser el centro de atención en este tipo de cosas —chilla un poco por lo bajo la última frase y alisa las arrugas inexistentes de su traje negro.

La risa de Mia comienza a hacer eco tras las palabras de mi amigo, aminora un poco y entre carcajadas interviene. —Si todo eso me lo cuenta cualquier otro me lo creo, pero no tú. —Vuelve a reír por todo lo alto haciendo que Chase le achique los ojos y le haga una jarana sacándole la lengua.

Su risa es detenida por Sam, quien aparece a sus espaldas, la toma por la cintura, deposita un beso en su mejilla y deja caer su mentón sobre el hombro de ella. —No es mentira, cariño —susurra en su oído—. Chase es todo un viejito nervioso. —Y así es siempre, ella desata un poco de caos con su risa escandalosa y su manera un poco loca de ser, pero llega mi primo y es como si fuera un sedante instantáneo, quien viera el antes no creería como se tratan ahora, o bueno sí, porque todos sabían que esos dos estaban enamorados.

—Búrlense todo lo que quieran, ya me tocará a mi —responde Chase con ligera indignación.

—Me rindo —exclama Sarah alzando sus manos sobre su cabeza ligeramente y apartándose de Grayson, a quien trataba de ayudar—, definitivamente no nací para hacer nudos de corbatas.

Siente Conmigo [BORRADOR]✔©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora