Siente Conmigo [BORRADOR]✔©

34. Sustos en el bosque como bienvenida

Ava

No sé en que estuve pensando a la hora de venir aquí al bosque sin compañía. Los ruidos raros han cesado y eso me pone más asustada, sabrá que cosa está dentro de los arbustos o encima de un árbol esperando el momento para abalanzarse sobre mi. Ante el miedo eminente en mi sistema deslizo mi espalda por el tronco del pino al cual estoy recostada hasta ponerme de cuclillas y tomar una rama para defenderme de lo que sea que esté escondido por ahí.

Me vuelvo a poner de pie lentamente y una mano tapa mis ojos y otra mi boca.

El pánico incrementa en mi sistema y me hace patalear hasta liberarme de su agarre rápidamente y dar unos pasos atrás. —¡Animal! —Mi respiración está agitada gracias al gran susto.

Un calmado Edwin está recostado al pino donde yo estaba hace un segundo con las manos metidas en su bolsillos. Parece relajado con la situación y yo estuve a punto que me diera un paro cardíaco. Lo quiero matar, definitivamente. Alzo la mano con la rama dispuesta a lanzársela y lo hago pero el la toma en el aire.

—Que buen arma —dice sarcásticamente.
Se acerca a pasos lentos hacia mi. —Regla número dos del bosque, Ava Cole Thompson. —Aún sostiene la rama entre sus manos.

—¿Qué haces aquí? —pregunto molesta gracias al gran susto que me dio.

—No se puede venir solo al bosque, ¿qué pasa si no hubiera sido yo sino otro ser dispuesto a hacerte daño?  —Juguetea con mi rama de manera hábil entre sus manos.

Bufo en protesta mientras le doy la espalda. —No estoy para ti.

—Y después de todo piensas en seguir tu sola, vaya, que valiente —comienza a aplaudir y la rama cae justo al frente de mi—. Mejor, me voy entonces. —Escucho sus pasos de retirada y me vuelvo a girar hacia él.

—No tengo miedo. —Me encojo de hombros.

Se gira completamente y su expresión cambia  de estar pasiva a dislocarse por completo. —No te muevas. —Articula con su boca sin emitir un sonido.

—¿Por qué? —Avanza hacia mi rápidamente.

—Sólo no lo hagas. —Se queda quieto frente a mi.

—¿Que pasa? —Sigo sin entender por qué me dice esto.

Me mira severamente y acto seguido pone sus manos en mi cintura haciéndome retroceder hasta chocar la espalda con el tronco de un árbol. —Vi algo pasar hacia allá.

—¿Qué? —El nerviosismo comienza a aflorar en mi gracias a la cercanía que hay entre ambos y lo que está ocurriendo. Una mezcla muy mala de situaciones.

—Algún animal creo —murmura mirando a todos lados.

Su cuerpo está a milímetros del mío, puedo sentir su calor corporal. Sin dudarlo un segundo se pega un poco más a mi haciendo que mis mejillas comiencen a arder.

—Está volviendo a ocurrir. —Me mira extrañamente al hablar.

—¿Qué cosa? —susurro casi inaudible.

Pone una mano en una de mis mejillas. —Están rojas y calientes —hace una pausa—, de nuevo.

Comienzo a reírme nerviosamente y soy silenciada por una de sus manos sobre mis labios. Pone un dedo sobre su boca en señal para que me quede en silencio.

De golpe su cuerpo queda totalmente pegado al mío haciendo que me sobresalte, no puedo creer que estemos a punto de ser devorados por un bicho y yo no pueda concentrarme en la situación  al cien por ciento gracias a que él está pegado completamente a mi. Una de sus manos permanece en mi boca y la otra está por encima de mi cabeza apoyada en el árbol.