VI.

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Artemisa; diosa de la caza.

-Entonces, ahora resulta que fue en los últimos minutos, en esos que son importantes qué decidiste salvar a Ares. ¿No?

-Que si Artemisa. —Atenea volteaba los ojos mientras decía esto—

-Pero Eros los vió, e intuye que probablemente tienes sentimientos hacia nuestro hermano. ¿Verdad?

-Aja. —Su "ajá" sonó muy seco, Eros llegaba a ser un dios estresante para diosas como nosotras pero sin duda era un «showman»— No sabes cuánto me molestó eso de su parte. Al igual que la lechuza que te cenaste.

-Lo que tu hayas pensado respecto a la lechuza es tu problema, solo deseaba comer. Y con respecto a lo de Eros ya sabes el refrán: las verdades siempre duelen.

-¿Que estás diciendo?

-¿No estoy siendo lo suficiente clara? ¿O es que realmente estás tan ciega por eso?

-¿Artemisa que estás diciendo? —Su lenguaje corporal delataba enfado en ella, se estaba encabronando...—

-Piensalo hermanita, solo por un segundo. —Dije mientras me paraba de mi silla, camine hasta al frente de ella y tras acomodar mi cabello a un estilo similar al de Ares volví a hablar— Una mujer empoderada, caprichosa, con todo lo que siempre quiso, diosa de la sabiduría, aclamada por todos los mortales en la antigüedad y un hombre alto, fuertes corpulento, con demonios y una lucha interna, y «guapo» incluso para ti o para mi. —Mientras fui describiendo algunas cualidades físicas de Ares hice poses para resaltar los músculos, y cuando mencioné lo agraciado que el era una sonrisa me acompaño. Sonrisa que en ella delató leves sonrojamientos en sus mejillas— Ve en frente suyo a ese hermano del que solo podía sentir asco pero nunca cuestionarse el porque era así, pero de pronto, un día tras haber colmado sus emociones y superado ese límite que tus caprichos no te dejaron ver siendo aún diosa de la sabiduría lo contemplas a el, de rodillas y triste, pidiéndote perdón, llamándote hermana. Algo que te alteró, que te hizo sentir culpable al punto que estuviste al inicio dispuesta a morir con tal de pagar tus pecados... ¿Quieres que siga? ¿O te digo mejor a qué suena?

-¡No! ¡No lo hagas! —Dijo parándose e intentando con su mano tapar mis labios, pero como si fuera un toro y yo un torero la esquivé—

-Hermana escucha, no soy quien para juzgarte cuando viví algo con Orión en el pasado... —Orión, hay Orión, tenían razón. Hasta las más vírgenes podemos llegar a tener una debilidad— Pero lo tuyo todavía no es algo seguro, solo una teoría que tanto el dios del amor y la atracción y yo tenemos. Puede que sea eso como solo que por tu cargo de diosa que reparte la justicia necesitabas hacer algo por él, pero qué tu lado caprichoso no te dejaba.

Pero que tu sabiduría pudo haber contrarrestado, a menos que sea como Eros dice, estás sintiendo atracción por Ares... Pero, ¿Cómo ser culpable de un sentimiento que tú no elijes tener? En tu caso suena tonto e ilógico, hasta incluso loco pues de un segundo a otro es imposible. Pero está familia tiene de cimientos a la locura; ejemplos muchos, Hera y el castigo a las amantes, papá y su necesidad de follar como conejo, Apolo que es un encaprichado colerico, tu que castigas a víctimas como "favor", yo que siendo virgen llegué a enamorarme de un mortal... Aún así, cabe la posibilidad y con ese plan que te manejas en dónde realmente parece que lo haces agrede solo para tener un encuentro con él, pues, ¿Que podría decirte? Solo me genera todo eso un mal presentimiento, porque así como la locura es cimiento de esta familia también lo es la tragedia.

-Solo quiero que pueda vivir díganme Artemisa, que papá no pueda matarlo. Me ofende que pienses igual que Eros. —Dijo ella de la nada, algo triste, mirando al suelo mientras se sobó uno de sus brazos— Toda está indecisión mía es por perder y casi morir, también por haber sido idiota para recién darme cuenta todo el mal que le acumule a Ares. Pero no es éso, no lo menciones tu por favor, con Eros no tengo opción pero contigo puedo pedirlo ¿Verdad?

Solo quiero apoyarte hermana, pero es que eres un puto puzzle que una nunca entenderá, pero lo intentaré... Yo, Artemisa hija de Leto te

-Lo prometo Atenea, no te voy a fastidiar con eso.

-Gracias, de verdad muchas gracias... ¿Qué hora es? —Pregunto queriendo cambiar el tema, su gracias sonó apagado, inconforme. Por más cuando lo prometí con sinceridad— Tengo que ir con papá y Apolo.

Cierto, estaba esa reunión de la cual me comentó. Hoy era el día en que los tres en secreto iban a decidir un plan para ir por la cabeza de Ares, me dijo que Zeus estaba estresado, pero mucho más aún si lo comparaba con el momento en que Atenea nació. Pues la respuesta de Eris no se hizo esperar, aquella mujer que ya una vez provocó conflicto en el Olimpo por una manzana mando un avisó.

"El dios de la guerra ha partido al mundo mortal, según las leyes de todos los reinos este será ahora juzgado por prófugo ante el reino que lo encuentre primero. Y el reino de la noche lo reclamara en nombre de la discordia.

Las promesas que uno hace no se olvidan."

¿A qué se refería con eso último? ¿Promesa? ¿La de no juzgar de muerte a Ares? Pero esa promesa ya no tenía validez pues el se había escapado, por Gaia qué esto era estresante. Según comento Atenea papá piensa que la noche no le dará un castigó a nuestro hermano, pues el favoritismo por el es notorio. Más aún cuando lo siguen reconociendo como «el dios de la guerra» y dicen que "partió" en vez de "escapó". Todo ahora dependía de que Ares sepa ocultarse y de que Atenea pueda ser su perseguidora.

Fue entonces que perdida en mis pensamientos Atenea estaba a punto de abrir la puerta y marcharse, pero me dirigió unas palabras de antemano.

-Ya me voy, te quedaste pensando creo que en esta «novela griega» y ví el reloj. Debo ir a la reunión. —Dio un paso al frente, medio cuerpo suyo estaba afuera pero retrocedió su cabeza para contarme algo más— Por favor, ninguna palabra a nadie Artemisa. Se que me pediste decir la verdad, pero si lo hacemos ahora el único que pagará los precios es él, Ares...

Quise responderle, reprocharle que ella diga eso cuando todo esto se desenvolvió así por no poder decir la verdad, sonaba hipócrita, bueno, muchas veces ella era hipócrita.

Finalmente la puerta se cerró y se fue a su reunión, yo solo me acosté en el piso y mire el techo. Pensé que algunas cosas que ella andaba planeando como el contarle a Helios la verdad para que si la luz del sol llegaba a caerle a Ares(esto debido a que, si el mayor chismoso de todos no tenía paradero de él pues es porque Ares no se desplazaba de día) este no dijera nada a papá o Apolo, convencer a tío Hades de que esté de nuestro lado y actúe con el reino del Inframundo como la Noche lo hizo con el suyo, venderle falsa información a papá, y pensar seriamente si Hera tenía que saber la verdad de aquella noche donde le dijeron que su hijo "escapó."

Diablos, solo cuando me habló de forma tan detallada de todo eso pensé que era Atenea diosa de la estrategia, porqué para eso su mente funcionaba de maravilla, pero si le hablábamos de sentimientos pues se cohibía como niña.

¿Tendría que ir a hablar de eso con Eros? ¿Que podría opinar el? Seguro diría que su intuición no falla...

De mi parte solo se una cosa, esto no tiene buena pinta, no lo tiene por dónde lastimosamente quiera verlo y en el historial eso se hace notar más. Papá y la mamá de ella, las amantes de papá, Hefesto y Afrodita, el tío Hades y esa ninfa llamada Menthe, la tía Demeter y Iasion, Orfeo y Eurídice, el destino de Daphne y Cassandra por rechazar el amor de Apolo, el mismo Eros y Psique, yo y Orión.

Atenea, Ares, tengan cuidado. La tragedia siempre está presente en esta familia.

This is War (Esto es la guerra) | Ares and Atenea fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora