II.

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Eros; dios del amor y la atracción.

Templo de los dioses
del amor.

-¿¡Que!?

-¡Estás loca hermana! —Exclamo Anteris— ¿Que sentido tenía decirle a Hera eso?

-Ninguno hermanos, ninguno. —Hablaba desde su nube, estresada del tema— Solo tenía que hacerlo.

Su respuesta era poco convincente, muy pobre de argumento, había algo más y tenía que decirnos eso a Anteros y a mi. Lo teníamos que saber si o si.

Abrí mis alas y desde mi nube volé hasta donde ella.

Anteros hizo lo mismo, ella solo nos vio y volteo sus ojos. Trae eso se acostó en su nube queriendo presumir su "cansancio".

-Tu eres la que más quería ver a papá felíz, lo dijiste muchas veces, ¡nos contaste hasta de su promesa! —Grite expulsando todo olvidando por completo que a quien le gritaba era mi hermana— ¿¡Es que ahora solo quieres verlo infeliz!? ¿Sabes lo que hará la abuela cuando lo vea?

-Si, lo se. Lo va a despreciar si es que aún no lo ha hecho

-¿¡Entonces por qué mierda lo haces!? —Grito Anteros mientras sus puños se cerraban, mientras apretaba sus dientes como un puto loco—

-Puedo decirlo, pero dudo que lo entiendan, aunque no lo crean ni yo lo entiendo realmente... Solo se que lo que hago es lo mejor para la felicidad de papá.

-¡Los vas a apartar si sigues así!

-No, los voy a unir más. Es indudable que ante todo papá la ama... —Por unos segundos dejo de hablar, miraba al techo algo triste, probablemente nostálgica— Si todo es como debe ser solo será cuestión de que pase el tiempo hermanos.

Por un momento nos quedamos consternados, Anteros y yo nos miramos a los ojos. En su rostro ví confusión, misma confusión que probablemente el noto en el mío. Después volvimos a mirarla a ella, ahí acostada con una cara larga de tristeza pero que según ella los uniría más.

Tenía dos teorías en ese momento:

1.- Mi hermana perdió completamente la cabeza y actuaba por locura.

2.- La Noche le hizo entrar en esa locura.

Antes de que pudiera suponer más teorías Anteros le hizo una pregunta en un frío.

-Estas siguiendo mandatos de la Noche, ¿Verdad?

-Si. —Respondio en un tono tan relajado qué daba asco—

Bueno, eso descartaba mis dos teorías. Pero me abría una. La Noche, no, Nix. Nix le había dado pautas y en esas estaba el hablarle a Atenea, luego a Hera. Era obvio que aquí la mano de la diosa de la noche estaba metida. ¿Pero por qué? Esto sobrepasaba el hecho de si era alguna forma de alejar a papá de Atenea con engaños, ella era muy superior como para preocuparse en problemas de dioses menores, eso incluía a su propia hija.

-¿Por qué a ti? Entre todos los dioses y diosas que había, ¿Por qué a la única que no puede salir del Olimpo?

-Porque así lo quiso, porque así lo acepté. Ya basta de preguntas Eros. Solo cree en mí, aunque no parezca lo hago por poder darle felicidad a padre.

¿Es que el no era feliz ahora? ¿No estuvo disfrutando de conversar conmigo, su hermana, su novia en esa noche en su departamento? Y si era así, ¿Entonces para que ser más feliz? ¿Para que si los dos se amaban?

¿Que es lo que realmente buscaba Nix con todo esto?

-Una pregunta hermanos.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por su comentario.

-¿Hasta que puntos estarían dispuestos ustedes a llegar a costa de su integridad por ver feliz a papá? Yo si lo sé.

Dar algo por verlo feliz a papá, una pregunta muy fuerte pero que al mismo tiempo podía decirme muchas cosas. Una de estás era que probablemente Harmonia pacto con la diosa Nix y esta seguro le pidió algo a cambio. Seguro quería saber hasta dónde seríamos capaces de llegar nosotros, oír nuestras respuestas para comparar respuestas y probablemente sentirse la más calificada. Es lo que con todo esto me dejaba entender. No le importaba ganarse el rencor de nadie con tal de que papá viva como nunca pudo, alegré.

-Hasta dónde los límites me lleven hermana. —Respondio Anteros, ella lo miro unos segundos y luego me miró a mí—

-¿Y tú Eros?

-¿Es que estando yendo a escondidas al cuarto de Atenea, llevar a Artemisa con papá y demás cosas no demuestran que llegaría hasta donde deba por padre?

Ella dejo escapar una pequeña risa. Se tapo la boca con una de sus manos de la forma mas delicada posible y de a pocos se paró, estuvo a nuestra altura y puso sus manos en nuestros hombros. Sonriendo nos respondió.

-Eso también ya lo sé.

Alejo sus manos de nosotros, camino pasando por entre los dos, dió un salto y con mucha delicadeza llegó al piso del templo. Apenas las puntas de sus pies tocaron el suelo empezó a caminar hasta la entrada de este. No sé porque ni Anteros ni yo decíamos nada, solo la mirábamos irse. Cuando llegó a la entrada del templo y abrió la puerta nos hablo.

-Cuidense hermanitos y espero que de verdad puedan creer en mis palabras, todo es por un bien mayor.

El ruido de la puerta cerrarse fue lo siguiente que oímos, de inmediato lleve mi mano a la cabeza mientras en la nube caminaba de un lado al otro. Anteros solo soplo sus cabellos del rostro y se dejó caer sentado en la nube.

Dió un bostezo muy largo, se frotó los ojos, me miró y yo le miré. No nos decíamos nada, solo nos quedamos así, en su rostro se dibujo inconformidad, en el mío no se que se dibujaba. Total, que al final yo hablé y pregunté.

-¿Tu que crees? ¿Podemos creerle a Harmonia?

-¿Tu eres idiota? Es nuestra hermana, pensé que habías leído suficientes novelas para saber que hacer. —Sonaba algo agresivo— Aunque sinceramente me gustaría no creerle, pero algo me dice que hay que hacerlo. Eso es lo peor.

Se dejó caer de espalda contra la nube, acomodo sus piernas para echarse y después rodar hasta el filo de esta. Cayó pero al instante voló, ahora estaba frente a mí con los brazos cruzados mientras usaba sus alas para volar.

-¿Y tú?

Ahora le tocaba a el preguntar.

This is War (Esto es la guerra) | Ares and Atenea fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora