IX.

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Artemisa; diosa de la caza.

-Me debes estar jodiendo.

Exclamé.

-Si quisiera joderte te diría algo como que estoy embarazada. ¿No crees? —Respondio con ligero sarcasmo mi hermana— Te lo digo en serio, Harmonía no tendría porque mentirme.

-Pero si eso es así... ¿Para que? ¿Con que sentido? ¿Que gana ella?

Me sentí con miedo, miedo a que si Harmonía ya lo sabía también cabía la posibilidad de que otros lo sepan. De que papá y Apolo lo sepan.

-No se, pero Harmonía me juro con odio no decirle a nadie más...

Se escuchaba desanimada.

-¿Con odió?

-Si. —Su rostro mostró inconformidad— Con odio.

-¿Por qué?

-¿Por que considera que no soy lo suficiente digna como para estar con su papá? ¿Que le da miedo saber que su papá podría cometer locuras por mi? ¿Que no quiere que le rompa más el alma como lo hice hasta antes de que se fuera? Vamos Artemisa, mayormente la de las preguntas tontas soy yo.

En otro momento me hubiera reído, pero ahora no, no podía, ni tenía porqué. Si lo hacía probablemente Atenea se iba a ofender, o resentir, que se yo. Estábamos ahí solas en mi cuarto hablando mientras esperábamos que Eros llegará. Si era posible también Anteros. Esto era una situación de peligro.

-Pero hermana. —Antepuse a mi pregunta— Se sincera ahora mismo, aunque sea conmigo. ¿Tu te ves capaz de hacerle algo malo a Ares?

Ella no respondió, se quedó pensando. Se paro del filo de la cama y camino un poco, estaba alterada y con miedo desde su conversación con Harmonía. He de decir que no era la única, y tampoco seríamos las únicas en número par. Eros y Anteros también se iban a asustar al oír la noticia.

Eros, por un momento creí que fue ese chismoso quien le contó a su hermana. Pero la idea se descartó apenas Atenea hablo del por qué....

Fue entonces que ella recién respondió mi pregunta.

-No, no sería capaz Artemisa. —Lleve mi mirada a ella— No sería capaz de hacerle más daño con todo lo que hice en el pasado, lo quiero, lo aprecio, lo amo. Por el sería capaz de si todo sale terriblemente mal abandonar el Olimpo y vivir con el por debajo del mismo Tartaro si es necesario. Pero con el bastaría para ser feliz.

Sus palabras me conmovieron, sonaba sincera, realmente dispuesta a hacer eso. Su voz fue firme, el arrepentimiento de los errores del pasado notables. Me demostraba con palabras que Ares estaba en buenas manos.

Cuando iba a responder justo una brisa de aire soplo por la ventana entrando por todo mi aposento, en cuanto voltee ví a los dioses del amor parados frente a nosotros con caras que decían que tampoco la habían pasado bien.

-¿Por qué demoraron tanto?

Exigí saber.

-Tuvimos que frenar en la tierra, necesitábamos pensar. —Exclamo Eros— Tenemos que contarles como nos fue con nuestros hermanos los gemelos.

-Eros, yo también tengo algo que contarte a ti y a Anteros. —Confeso Atenea—

-Si, ¿Que cosa?

-¡Sera mejor oírte a ti primero Eros! —Exclame mientras me acerque a Atenea para susurrarle— Capaz y se olvidan de comentarnos lo suyo si hablas primero, mejor oír qué les pasó y luego contar.

Ella solo agitó la cabeza y tras eso le pedimos a Eros que hablé. El no quiso hacerlo, así que le cedió la palabra a su hermano Anteros.

-Pues verán, fue en vano ir al Inframundo. —Dijo Anteros decepcionado— La conversación con Deimos y Fobos solo demostró que no podíamos contarles nada, ellos viven con una fuerte idea de que papá debe terminar junto a Eris.

-¿¡Que!?

Grito Atenea, seguro por los celos, inmediatamente yo cogí su mano y mirándola le pedí que se calme. Que no se olvide de nuestra noticia para ellos y que escuche aguantando sus celos lo que tenía que decirnos Anteros.

-Gracias por callarla Artemisa, y perdóneme Atenea si la noticia no sea de su agrado. —Hablaba con algo de respeto y sarcasmo— Pero así es como ellos piensan, y que luego probablemente papá busque venganza contra ti y Zeus. Que Eris es la mujer indicada para el y que muy pronto el Inframundo lo va a encontrar, y si no es el Inframundo será el reino de la Noche. Pero cualquiera menos tú.

-Espera. —Interrumpi— ¿Entonces ni Eris ni sus hermanos saben o sospechan nada?

Pregunté pues necesitaba aclarar esa duda para mí y mi hermana, una duda importante pues si ellos sabían los problemas serían más grandes.

-No, creen tener la delantera cuando obviamente no es asi. ¿Por qué esa pregunta?

El silencio se apoderó de la sala, Atenea y yo nos miramos, sin decir palabra y usando solo la mirada nos preguntamos si era buenos contarles lo de Harmonía. Anteros empezó a sospechar que la noticia de Atenea que el y Eros aún desconocía era mala. Y vaya que era mala...

Sin embargo el primero en romper el silencio fue Eros.

-¿Que ha pasado? ¿A qué se debe todo este silencio?

Sintiendo como mi hermana apretaba con fuerza mi mano y tomaba aire supe que se alistaba para contar lo sucedido en la mañana. Esperaba que fuera directa y sin rodeos, para evitar extender la conversación como lo hizo conmigo al entrar a la habitación.

-Eros... Anteros...

Se notaba que le pesaba a mi hermana soltar la noticia. ¿Cómo no estarlo? Harmonía conociendo el tema, por más que haya jurado no decirlo a nadie nada nos aseguraba que así sea. Menos siendo que era íntima con su madre.

-Harmonia sabe que me encontré con su papá.

-¿Que? —Se expreso Anteros sorprendido, inmediatamente miro a Eros quien la sorpresa también lo invadió— ¡Tu! ¡Seguro le has contado!

Estuvo a punto de atacar a Eros enojado cuando tuve que agarrarlo como pude, el muchacho tenía demasiada fuerza y no hacía esto más fácil. Aunque su reacción era entendible pues Eros no era muy distinto a Helios en cuanto guardar secretos.

-¡Se supone que no le diríamos nada a ella ni a mamá! ¡Chismoso d~

-¡Yo no me he dicho nada! ¡Estuve todo el día contigo y ayer solo la pasé con ellas!

Estaba a punto de soltar a Anteros pues me estaba cansando, para mí suerte Atenea se paró al medio de ambos y les gritó.

-¡Paren! ¡No fue Eros Anteros! Y no es todo... —Iba a soltarlo todo por lo visto, era lo mejor. Aún cuando la piel se me ponía de gallina— También sabe que estoy con su padre, incluso que salimos a hacer, donde, que comimos o que vestimos.

Los dos se quedaron callados, incrédulos, y es que motivo había. Era de locos creer que todo eso fuera capaz, de que tanta información que probablemente a un chismoso como Eros se lo pasaría por el arco del triunfo.

Aún así, Eros se atrevió a hacer la pregunta.

-¿Cómo se supone que Harmonía sabe todo eso...?

Lentamente Atenea giro la cabeza hasta donde estaba el, sus labios hicieron un ligero movimiento que creo era involuntario. Trago saliva y entonces hablo.

-Porque Nix le ha contado.

This is War (Esto es la guerra) | Ares and Atenea fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora