II.

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Ares; rey del Olimpo.

"Toc, toc".

-¿Quien es? —Pregunto la voz de una ninfa al otro lado de la puerta, quien se acercó a abrir está misma— Oh, su majestad. —Dio una pequeña reverencia la cual yo me negué a recibir— Viene a ver a la diosa Atenea, ¿No?

Al inicio la respuesta a esa pregunta resultaba obvia: claro qué, cuando todo tomó un único rumbo y empecé a dividir mis tiempos como rey, su pareja y el buscar la cura a su mal se torno complicado. Ya a veces no podía verla como quería, tenía que salir a algo a tratar con mis tíos o demás dioses, o sino irme al mundo mortal a buscar algún ser capacitado para curar a mi amada. Pero eso no me impedía de tocar la puerta y dejarle algún regalo.

-Si, vengo a ver a mi Atenea.

Respondí. Ella se limito a abrir más la puerta y darme paso, yo cruce dándole una sonrisa como agradecimiento y espere a que cerrará la puerta.

-Su Atenea está bien rey Ares, claro, en lo que se puede considerar bien dada su situación.

Era una forma de decir que estando mal, no se encontraba aún en lo grave.

-Por favor, solo dígame Ares. Las formalidades las dejo en las salas de reuniones y resoluciones, siéntase en confianza de llamarme así.

Le comenté sonriendo, ella también sonrió. Fue entonces que llegamos al cuarto donde mi amada fue trasladada para ser cuidada.

Ella estaba ahí, sentada en la cama. Leyendo un libro, por lo que ví en la portada me di cuenta que era uno algo viejo, probablemente de la época del barroco.

La ninfa estuvo a punto de anunciarle a ella que la estaba visitando, yo le tape la boca antes de que dijera alguna palabra y llevando mi índice derecho a mis labios le hice un gesto de silencio. Ella asintió, se quedó ahí mientras yo me acerque a paso ligero dónde Atenea y entonces; colocando mi mano en el libro baje este y ella me vio.

Primero me miró muy seria, con un rostro amargado que se difuminó de inmediato con una sonrisa.

No le gustaba que le corté su lectura, pero yo amaba hacerlo.

-¿Pero a quien tenemos aquí? ¿No es nada menos que él dios de la limpieza?

Una carcajada escapó de mí, una la cual fue acompañada por risas suyas. Reímos un rato para después frenarnos, cogí su mano y besando está le hablé.

-Así es, el dios de la limpieza que gobierna un pedazo de tierra sobresaliente y que de vez en cuando atiende en un bar de París.

Otra risa de su parte, probablemente estaba recordando el momento cuando creyó que Ben era yo. Por Gaia que fue una risa la primera vez que yo comprendí por fin la situación que se sembró entre ellos dos por error.

-¿Cómo era que se llamaba Ares? ¿"La cueva de Marte" o "La guarida de Marte"?

Me quedé un momento pensativo, hacía mucho que no iba a aquel bar a hacer de empleado. Tanto tiempo que hasta Brina y Alan pensaron que estaba muerto. Cosa que se les fue el susto cuando atendí su llamada, ellos decían extrañarme y que mi Camaro también lo hacía.

This is War (Esto es la guerra) | Ares and Atenea fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora