III.

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Eros; dios del amor y la atracción.

-Suelta a Eros Apolo. —Exclamaba Artemisa, quién ordenaba a su hermano que me dejé— No tienes porque agarrarlo así.

-¡Estaba en tu cuarto hermana! ¡Quien sabe que hacía este enfermo esperándote ahí!

-Por favor Apolo. —Intervine— No te reflejes en mí, ¿Si moradito?

Estuvo a punto de golpearme, pensó que me asustaría pero ni los ojos cerré cuando su puño fue detenido por el grito de Artemisa.

-¡Alto! —Su asquerosa mano morada estaba a escasos centímetros de mi— Te voy a pedir amablemente que te retires Apolo, yo invite a Eros a venir.

-¿Que? ¿Te das cuenta de a quien invitas? —Me señaló con la mano que casi me golpea— ¡Es hijo de Ares! ¿Que suce~

-¿Si te noqueó de un golpe como papá? Tranquilo moradito, no soy partidario de la violencia sino del amor.

Estuvo a punto de decirme algo, tal vez un insulto, capaz a mi madre o mi padre. Pero solo se limito a soltarme pues Artemisa lo volvió a decir. Tras estoy para evitar caer al suelo vole con mis alas. Mientras me pasaba la mano para sacudir las células que haya podido dejar aquel dios de las artes en mi, como me asqueaba.

Camino hasta donde Misa, parándose a su lado y dando media vuelta me lanzó una amenaza aún cuando su hermano no quería que él haga más ahí.

-Cuidate bastardo de Ares, te estaré vigilando. Y tu. —Volteo a mirar a Artemisa— Ten cuidado con quiénes te juntas, a Atenea no le gustaría saber que su amiga más cercana se rodea de la maldita estirpe de Ares.

Quise reírme, por como hablaba tan seguro, pensando que eso haría enojar a Atenea. A mí nueva mami. Por favor Apolo, lo único que haría enojar a ella es que tú te atrevas a volver a tocarme, y eso que no estoy contando a papá que te despedaza.

Apenas el idiota egocéntrico con mentón de trasero y cabello feo que parecía cortado por las peores manos de la cometería que parecía la fusión del peinado de Hestia con un mullet que hace tiempo paso de moda se fue de nuestras vistas y entre al cuarto de Misa con ella que recién volví a hablar.

-Menos mal se fue ese idiota. —Exprese mientras me tiraba al colchón de Misa— Por dios como lo detesto, por eso odio a los niños mimados.

-Oye. —Reprocho ella—

-¿Que?

-Es mi hermano.

-¿Pero me dirás que no es un idiota?

-Bueno, —No negaría una verdad— lo es.

Apenas confesó nos empezamos a reír mucho, tanto que por un momento olvide el mal rato que ese idiota me hizo pasar.

-Pero Eros, ¿Cómo es que Apolo te encontró?

-Eso es una excelente pregunta. —Dije alardeando de sus capacidades de interrogación— Pero lastimosamente no se, yo solo estaba acá tomando mi sueño de belleza mientras te esperaba cuando lo oi gritar. Creo que te estaba buscando.

-¿Si? Tan tarde no creó, a no ser que sea para preguntarme si sé dónde está mi padre.

-¿Y sabes dónde está tu padre —Pregunte—

-Si, lo traje de los cabellos hasta acá pues quiso montarse a una vírgen mía.

-Ay dios, hazme acordar por favor de dispararle una flecha de plomo. O decirle a Anteros que le vaya a decapitar al soldado de batalla.

-Sabes que eso es imposible, solo en sueños.

-Pues soñaré tan fuerte que Hypnos y sus hijos tendrán que hacerme el sueño realidad preciosa. —Hable con toda la sinceridad del mundo, más que una broma era un deseo que me gustaría ver cumplido—

Apenas dije eso ella me miro algo mal, se que de su parte solo quería justicia para mí padre pero sin llegar a hacerle mal al suyo. O eso es lo que daba a entender, de lo que si estaba seguro es que ella era leal, incluso más que yo pues yo era muy chismoso.

Ella se fue a su vestidor y empezó a cambiarse, por mi parte yo solo me puse a ver mi celular por si tenía algún mensaje de mami dos o padre.

Me lleve una gran sorpresa cuando ví el mensaje de mami dos.

Atenea: Estaba regresando a la casa de tu padre pues me dejaba la tarjeta tras ver una serie, entre con el duplicado que me dió. Justo él salió de la ducha sin toalla... Ando roja como un tomate.

Yo no pude evitar gritar y conociéndome lo bastante bien pues no iba a aguantarme las ganas así que lo hice.

Zorraaaaaaaaaaaaaaa! —Grite esa palabra en un buen sentido— ¡Sabía que esa lanza la dejaría así!

-¿Que paso? —Pregunto Artemisa que salió de su vestidor— ¿Por qué andas gritando así?

Le puse todo el celular en la cara, no tenía porqué contarle si con leer el mensaje ya bastaba. Ella se quedó releyendo el mensaje de Atenea una y otra vez hasta que reaccionó.

-No...

-¡Si! ¿¡Sabes que significa eso!?

-¿Vas a decir una de tus vulgaridadés verdad? —Su tono se volvió seco rápidamente—

-¡Claro que sí! ¡Significa que ahora mami debe dejarse ver sin tela ante papá!

-Okay, eso no fue tan vulgar.

Rápidamente ella cogió alguna de sus cosas, como por ejemplo un celular que temprano en la tarde le traje del mundo humano. Coloco el ship que también le di, tras encenderlo y configurarlo este funcionaba perfectamente.

Por mi parte fui respondiendo al mensaje de mami dos.

Yo: Y espérate lo roja que vas a quedar tras el baño de sangré.

Inmediatamente puse eso guarde el celular y empecé a alistarme para salir, tenía un favor que hacerle a Artemisa. La pobre quería ver a papá, yo lo entendía pues hasta antes de que esté último escape gracias a Atenea ella era de las pocas que lo trataban como un amigo. Así que iba a llevarla con él, la Lechuzita se supone que le había de avisar de nuestra visita.

Eso sí, teníamos que ser rápidos, pues la excusa que puse yo ante mi bella madre Afrodita que me requería fue que iba de shopping con una ninfa. De suerte Harmonía no dijo nada desde ayer, estaba cumpliendo la promesa que le hizo a Atenea.

-¿Lista Misa? —Pregunte mientras calentaba mis alas para volar con alguien a mi espalda—

-¿Si estoy lista? Estoy más que preparada Eros. —Dijo ella guardando su celular en el bolsillo— Vamos, que extraño mucho a mi hermano y si llegamos antes capaz lo encontramos aún con su novia.

-Novia que también es tu hermana, he.

-Eros, cuando lo dices así es raro. Si a uno le digo hermano evito decirle al otro también hermano en la misma oración.

-¿Me estás fastidiando no? Vives en el Olimpo.

-¿Eso me prohíbe de pensar que es raro si lo pones así? —Pregunto ella con algo de sarcasmo—

-Pues no.

Respondí sin poder decir más, ella se acercó y salto a mi espalda. Se agarró tan fuerte que casi nos caemos.

-Bueno Misa, es hora de que finalmente vuelvas a ver a tu hermano. ¡Let's go!

This is War (Esto es la guerra) | Ares and Atenea fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora