II.

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Atenea; diosa de la guerra.

Estaba desempacando mis maletas con el cuidado de no estropear la ropa, fui sacando una por una y dejando está en los cajones y colgadores de los roperos, estos eran grandes y hermosos de color negro carbón que hacían contraste con el blanco de las paredes. En cuanto acabe eso aproveché que el hotel "Fraternite" tenía una piscina, pues en estos tiempos dónde pasaba mi vida en hoteles de lujo agarre la costumbre de nadar.

Bajando hasta el lugar de esta aún con la ropa que arribe al hotel espere hasta entrar a los baños para damas, en dónde sacando de mi bolso tenía un traje de baño enterizo negro y un bikini azul cómo mis ojos. Este último fue algo que compre por mi viaje en Alemania dónde el dueño del local considero que solo yo podía tenerlo al combinar con mis ojos, el bikini era algo vulgar pues para una mujer de poca "carne" como yo aún dejaba o mejor dicho, resaltaba agrede mis atributos. La primera vez que me lo probé fue en Bélgica, en uno de los baños de damas cuando ya me había familiarizado con nadar en piscinas profundas, el problema fue que me dió vergüenza; pues mis senos que eran de un tamaño promedio diría yo que sé veían algo grandes y llamativos con este, y ni hablar del hilo que era en la parte trasera de abajo que dejaba ver mis piernas definidas, aún cuando a mis glúteos les daba una bonita ilusión óptica de ser más grande. Todo eso llevará a qué nunca quisiera usarlo por más que siempre me debatía en hacerlo, pero tenía miedo de que me vieran como algo sexual siendo yo una vírgen.

Al final tuve el debate y el final de siempre, opte por el enterizo negro, para cuando salí cambiada la piscina se encontraba vacía lo cual me trajo una sonrisa al rostro. Entre a esta y empecé a nadar libremente mientras pensaba en si está vez tendría suerte.

Si Ares estaría aquí, y si era así... ¿Estaría molesto conmigo por la forma en que lo lance del monte? No, más importante, ¿Lo encontraría aquí? Digo... En los otros países y ciudades tenía más motivos para estar, hasta España era una probabilidad mucho más grande que París, incluso Inglaterra. Pero esa noticia que ví, qué hablaba de tres hombres brutalmente golpeados por supuestamente un demonio, encima castrados, sus relatos de que el hombre se paró aún cuando se defendieron con sus pistolas que no eran para nada legales, sus rostros no parecían de buenas personas sino de abusadores sexuales, todo eso me decía que tenía que venir a París. No, era algo en mi que se vendía eso para venir aquí.

Bueno, pasó algo más de una hora cuando decidí salir, fui a los baños para recoger mi bolso con la ropa y el bikini, también me coloqué la toalla alrededor de mi y subí así hasta mi cuarto. Tras una ducha relajante y el cambiarme la ropa salí del hotel.

Las calles eran hermosas con el diseño que tenían, el cielo se veía hermoso en cualquier hora del día siendo que ahí apenas llevaba 3 o 4 horas en total, los pájaros que pasaban parecían músicos cantando, las parejas de los hoteles se veían muy felices haciendo turismo, creo que tenía bien ganado el título de "la ciudad del amor".

Me subí a una moto que alquile por internet y que solo tuve que recoger, lo cual hice antes de llegar al hotel, está era una estilo deportiva en la cual podía ir pegada lo cual adoraban pues me permitía sentir el aire jugar con mis cabellos. Subiendo a esta lo primero que hice fue ver mi pequeño bloc de notas en los cuales tenía una lista de posibles lugares en dónde podría captar el aroma de Ares, lo tenía memorizado pues pase mucho tiempo encerrada en su cuarto del Olimpo que ahora estaba vacío para eso. Artemisa al enseñarme el como "cazar" a alguien me dijo que el aprender su aroma era algo importante lo cual considere verdad, hay muchas cosas que los dioses podemos cambiar como las apariencias, pero el aroma de cada uno es unico.

Así fue que con la moto empecé a buscar por todos los lados que me diera el día, una hora con los gimnasios más cercanos, luego fue otra con los estadios de boxeo, una más en lo que eran cosas brutas que a él le gustarían probablemente como el fútbol así que busque en canchas y demás, pero nada. Total, que ya eran las once y el hambre en mí sonaba, justo se me había antojado una carne al término medio. Así qué decidí posponer la búsqueda hasta mañana, iba con la moto por una avenida comiéndome el tráfico pues con este vehículo no era necesario esperar. Ya casi en el cruce de dos avenidas algo sucedió.

Un olor, uno fuerte, salvaje, pero atrayente, dulce aún con como se imponía... ¡Era el aroma de Ares!

En seco frene la moto mientras me acercaba a la vereda para no obstruir el tráfico, me quite el casco para no fastidiar mi olfato, mire a todos lados. El problema era la orgía de aromas que había, todos se mezclaban entre si, tenía que concentrarme, no podía perder ese olor, no ahora.

Deje caer mi casco y arranque la moto, luche para separar el aroma de Ares de los demás, empecé a seguirlo casi a ciegas pues mis ojos solo se centraban en esquivar los vehículos, creo que el estaba en uno pues cuando sentí que estaba cerca era en cuestión de segundos y cambios de semáforo que se alejaba. La persecución fue larga, en más de una ocasión me saltee los semáforos rojos, pero finalmente el aroma se hizo más fuerte. Fue debido a eso que frene y mire a mi alrededor, había un montón de departamento, tiendas y un bar... El bar tenía la mayor concentración de su aroma, pero no solo eso, sino que el nombre de este me gritaba en mi cara que ahí estaba mi hermano.

"La cueva de Marte."

Apague mi moto, saque la llave, entre corriendo al bar. Mire por todos lados y este tenía una extraña combinación de estilo rústico con cuadros de la antigüedad, pinturas donde se veía al dios Marte como protagonista. Empecé a caminar algo ciega pues me dejaba guiar por mi olfato, aquí se sentía rodeado de Ares pues el aroma estaba en todos lados, el tenía que ser dueño o cliente especial debido al nombre del local.

Unas meseras pasaron a mi lado y sentí como el aroma de mi hermana me abofeteaba, el problema fue cuando me asqueé al saber en qué partes se impregnó más el aroma... Asco.

Sin embargo su aroma se hizo fuerte en una zona especial, era la de la puerta de empleados, ¡Ahí tenía que estar! Estaba segura de eso, finalmente podría encontrarlo y pasar a la siguiente etapa del plan. Así que caminé, camine a paso rápido, lo más rápido que pude, llegué ahí. Justo iba abrir la puerta cuando está fue abierta desde adentró.

Un hombre alto y fornido, de cabello corto pero con cierto rizado salió, este me miró un momento y yo lo hice. Creo que el era Ares y que había cambiado su forma física, pero el aroma era fuerte en el.

-¿Pasa algo? ¿Puedo ayudarla?

Su pregunta fue muy repentina, creo que no me reconoció, bueno, también es que me había pintado el cabello de castaño y tenía un tono pálido en vez de azulado. Probablemente era eso, de repente no era bueno recordando caras que dejó de ver.

Así que si era eso pues tendría que darle unas cuantas señales para que se de cuenta de quién era.

-Hey, ¡Hola! —Sonrei para mostrar confianza— Me llamo Minerva, ¿Y tú? —Pregunte mientras estiraba mi mano—

-Ju, que curioso nombre y que vengas a un local dedicado a tu némesis. Me llamo Ben.

"Local dedicado a tu némesis". ¿Habría entendido la señal?, ¿Este sería su local? O sea, salió de la puerta de empleados pues el mismo cartel en la puerta decía eso, ¿Pero era su dueño o solo un trabajador más?

-Y dime Minerva, ¿Que puedo ofrecerte que no sea empleo? —Creo que eso fue una broma pues me mostró una sonrisa— ¿Quieres un trago? Déjame decirte que los clientes nuevos tienen un descuento en su primera noche.

¿Ares que estás tramando hermano mío...? Está bien que quieras jugar al juego de no recordarme y esperar a que lo diga, pues tú me respondiste la señal con lo de némesis. ¿Pero esperas a qué sea yo quien hable para revelar nuestras identidades?

Que no crea que iba a ser yo quien se revele primero siendo que lo estuve buscando como dije, así que le seguiré el juego un poco. A ver si se incomodaba siendo coqueteado como creo que el hacia...

-No sé, creo que quiero pasar la noche siendo atendida por alguien como usted. Y tal vez así compré unas cuantas bebidas Ben...

This is War (Esto es la guerra) | Ares and Atenea fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora