This is War (Esto es la guerra) | Ares and Atenea fanfic

Capitulo 4:

Lo que siento por ti.

I.

Eros; dios del amor y la atracción.

8 meses después,
Monte Olímpo.

-¿Entonces Deimos y Fobos se niegan a volver al Olimpo madre? —Pregunte algo sorprendido, pues en todo este tiempo mis hermanos gemelos apenas y estaban aquí. Pero parecía que finalmente tomaron una decisión—

-Asi es hijo. —Decia ella queriendo ocultar sus lágrimas mientras bebía un poco de vino— Dicen que no pueden estar en un lugar como esté, que les da asco oír los insultos contra su padre y han decidido irse al Inframundo.

Irse... Si ya casi pasaban más tiempo ahí que aquí, y sino era en uno de estos lugares era porque estaban en zonas calientes del mundo en términos de guerra cumpliendo con sus deberes. Si, era difícil vivir sabiendo que a papá lo insultaban, más a mi y Anteros que conocíamos la verdad. Al final no optamos por contarle ni a Harmonía ni a ellos, que eso quede entre nosotros.

-Madre, bella y hermosa madre, usted que sin llevar corona podría ser reina de lo que desee. —Tenia que usar palabras bonitas, tenía que intentar calmarla— No deseo sonar cruel con usted, ¿Pero no creíste que era demasiado obvia esa decisión?

Ella sólo volvió a darle un sorbo a su vino, vino que venía de Dionisio que quien, tras la "fuga" de papá se había vuelto el amante predilecto de ella, aunque igual y Hermes la visitaba.

-Pero aquí estoy yo, yo les doy amor, los consiento. ¿Que les puede faltar cuando tienen el amor de mamá? —Entono dramática, mirándome y esperando a que dijera algo que ella quiera oír. Pero no podía hacer eso, no quería hacerla sentir mal pero nunca le mentiría— ¿Que cosa más tenía que darles? ¿Por qué tus hermanos no pueden ser como tú, Ante y Nia?

-Madre, Deimos y Fobos son diferentes... Ellos han pasado más tiempo que nadie con papá y tú lo sabes, es normal. Más cuando tú lo reemplazas a papá tan rápido.

Tuve que ser directo, dejarle en claro eso, Deimos y Fobos no eran para nada como Harmonía, Anteros y yo. Eran orgullosos, celosos y conflictivos a más no poder como papá, para ellos que mamá apenas Ares se fuera dejara de ocultar sus salidas con los demás amantes fue símbolo de traición. De cierta forma eso tuvo que ser otro motivo para su partida.

-Hijo, yo soy una mujer libre. Tengo derecho a hacer mi vida.

-Y ellos tienen derecho a no gustarle eso y alejarse, no han hecho nada malo contra tus amantes mamá. Pero tampoco planean seguir viendo eso como si fueran Hefesto.

No sé si sentía que iba contra ella, pero es que tampoco iba a dejar que hable así. Ese discurso lo conocía bien y sabía cómo responder, cada quien es libre de hacer y amar a quién quiera. Yo entendía perfectamente los deseos mundanos de mi madre, pero también la incomodidad de mis hermanos. Pero creo que tomaron la decisión más sabía, no tenían porque seguir en un lugar así pues no lastimaron a nadie, se incomodaron si, pero en secreto.

-¿Pero no les importa que su madre se sienta mal por qué se han ido lejos? —Bebio otro sorbo, estaba algo nerviosa— Yo los llevé a los dos 9 meses, yo les di la vida.

-Y papá su motivo de vivirla.

-Ya veo, no planeas ayudarme. —No mamá, no planeo decirte lo que quieras oír— Entonces me iré con tu hermana. Adiós Eros.

Deje que se fuera, no iba a detenerla, significaba que ella gane y todo lo que dije fuera en vano. Supe que finalmente se marchó cuando azotó la puerta, toda una drama Queen.

Me lleve la mano y me apreté un poco la frente para soltar un largo suspiró por el estrés de la conversación de hace poco.

Camine por mi cuarto hasta el ropero que había, uno moderno que compren uno de mis cuántos viajes en nombre del amor por el mundo mortal. De este moví todas mis prendas que estaban en un cajón y saque un celular, este había sido el regalo de la Lechuzita... Dijo que necesitaba ayuda de alguien que conociera la vida normal de las personas pues ella solo era una persona actualizada con los temas de las guerras, armas y gente de casta militar. Creo que también añadió el hecho de que le incomodaba ver a tantas mujeres que ella tachaba de Afroditas, pero que Inmediatamente le hice callarse pues esas, esas eran mujeres libres, seguras de si y sin miedo a vivir su vida sentimental y sexual como cualquier ser con deseos. En fin, yo consideraba que quería tener conversación conmigo por el chisme.

Eran las 4:34 de la tarde, se estaba demorando en llamarme pues habíamos acordado que me llamaría a las 4 en cuanto llegará al siguiente país de Europa. Pues si, su casería de amor había comenzado, jeje, aún cuando ella no lo consideraba así. Si supiera todo lo que Artemisa y yo coincidíamos, aunque bueno, esa otra virgen cazadora era casi igual de sería que ella. Solo para el chisme se volvía My friend, porque si le decía que ella también debería darle entrada al amor pues me disparaba sus flechas. ¡Que rezará que yo no le dispare las mías!

"Ring, ring, ring..."

¡Por fin! Rápidamente marque en contestar y lleve el aparato a mi oído mientras dije:

-Oficina del amor, enamoresé o váyase al diablo. Se comunica con el director general Eros.

-¿Por qué eres así? —Dijo estresada—

-Ay no se, te lo mereces con todo lo que me haces esperar. ¿Por qué esa demora querida?

-Sufri un atraso con mis maletas y papeles, el guardia del aeropuerto pensó que eran falsos. —Sono avergonzada— Pensó que era una terrorista o algo así.

-Claro, si eres tan original de usar como nombre mortal tu nombre romano... Eres una genia «Minerva».

-Callate, a cualquiera le puede pasar todo eso.

-A cualquiera menos a ti. ¿Cómo va tu búsqueda? —Pregunte mientras me acostaba en mi cama y me acomodaba—

-Mal, no hay rastro de él por Alemania, Bélgica, Holanda, Croacia, Bosnia, Italia y ni hablar de Grecia. —Sonaba decepcionada, en todo el tiempo que empezó su caza apenas y regresaba al Olimpo los fines de semana— Busque pistas en internet con gente que recientemente se haya hecho famosa peleando, de modelo o así. Pero nada.

-Que pena querida, ¿pero donde estas ahora?

-Llegue a Francia, hay un periódico con una noticia peculiar que coincide con el perfil violento de Ares. Pero no sé... Ya pasé por seis ciudades distintas pensando que sus periódicos hablaban de él y al final eran unos putos psicópatas.

-Querida, linda, hermosa. No me refiero al país, tu sabes muy bien a qué me refiero. —Un tono contentó iba con mis palabras —

-¿De verdad? Pero si ya debes estar adivinando en qué ciudad.

-Si, pero necesito que lo digas.

-Esta bien... —Creo que suspiró pues algo de golpes de aire se escuchó por el parlante del celular— Llegué a París.

-¡Awwwwww! ¡La ciudad del amor!

-¿De verdad sigues con eso? Ya ocho meses y aún tienes esa tonta idea.

¿Y como no la iba a tener? Digo, no creo que sea algo muy posible, pero ella ya pasó por las ciudades más cercanas a Grecia y ahora un periódico la llevaba a una ciudad que no tenía más motivo que ese papel. ¡Y era la ciudad del amor!

-Querida soy dios del amor y la atracción, se porque te lo digo.

-Te hablo luego, buscaré un hotel para pasar la semana en la ciudad.