XLIV. Tinta azul y roja

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🌟Aclaraciones: La autora no está de acuerdo con estos tipos de comportamientos. Nunca obliguen a nadie a beber (lo que sea) sin su completo consentimiento. No sean 💩


Lo que en un principio parecían ser veinte personas terminaron por ser un poco más. A Shinichi le presentaron a tantas, que tuvo que armarse de paciencia para poder memorizar cada nombre y rostro. Todos ellos lograron acomodarse perfectamente en el espacio del salón organizado especialmente para ese tipo de acontecimientos.

Estaba acompañando a Kaito, que charlaba con quien había presentado como un viejo conocido suyo. Sin embargo, no ponía mucha atención a lo que hablaban, entre medio se distraía mirando como interactuaban los demás y la habilidad de Chikage para pasearse entre los pequeños grupos que se formaban.

-¡Kaito! -una chica saludó desde lejos y se les acercó con viveza.

Fue de un segundo a otro que Shinichi se dio cuenta de que ella había unido sus labios en un fugaz beso. Esos mismos que se dan en la mejilla cuando una persona saluda a otra y a pesar de que fue cosa de un segundo, el detective quedó tan descolocado que no entendía ni donde estaba parado.

-¡Hey! -Kaito la sujetó de los hombros para que se girara a mirarlo a él y le sonrió con notorio nerviosismo –Estoy aquí.

-¡Qué vergüenza! ¡De verdad lo siento mucho! -ella se llevó las manos a la boca por su error y turnando sus ojos en ambos chicos –Es que se parecen demasiado.

-Sí -rodó los ojos –Suelen confundirme con él.

Esta vez, él, sin soltarla de los brazos, imitó el gesto de darle un beso de piquito. Kudō pestañeó con una ligera presión para asegurarse de que estaba viendo bien.

-Otra vez me disculpo por confundirme -volvió a dirigirse a Shinichi con naturalidad.

Este solo le devolvió la mirada, restándole importancia y esperando a que Kaito le explicara que estaba pasando.

-Óyeme una cosa, Madison –le dijo para explanarle a ella y a Shinichi -Él no está acostumbrado a esto. Además...¿Cómo decirlo? -apuntó al detective haciendo una mueca.

-¡Oh! ¡Ya entiendo! -exclamó logrando entender que ellos dos estaban saliendo y que no era algo común para el otro chico ese tipo de cercanías.

-¡De todas maneras! Me da gusto volver a verte –le sonrió el mago y la hizo girar tomándola de una mano para que se diera la vuelta completa –Luces perfecta.

-¡Gracias! -reposó las manos sobre el pecho –Y tú no eres la excepción -le hizo saber y se animó a iniciar una conversación con el chico con el cual Kuroba estaba hablando antes.

-Lo sé -respondió orgulloso.

-Kaito –Shinichi lo jaló de un brazo para apartarlo un momento -¿Qué fue eso? ¿Y quién es ella?

No estaba ni cerca de montar una escena de celos ni nada similar.

Solo tenía curiosidad de por qué ella se había tomado tal atrevimiento de besarlos tan repentinamente. Tenía el claro conocimiento de que en muchos países y culturas se saludaban dándose un beso en la cara, pero de los únicos que sabía que lo hacían en la boca, era por parte de los rusos.

-Es una amiga –le aclaró con gesto inocente -La conocí cuando estuve quedándome aquí -apuntó a un grupo de jóvenes -¿Ves a ese grupo de allá? Son conocidos de mi madre y

Oh! Rival (Kaishin-Shinkai) -YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora