Como se trataba del cumpleaños de Gina, Kaito se había tomado la molestia, o más bien, obligado a Shinichi a vestir un atuendo especial que él mismo había escogido.
-Esta camisa me pica –se quejaba el pequeño rascándose el cuello mientras caminaban –Y parezco un tonto con esta ropa.
-No tiene mucha diferencia con la habitual –le refutó -Deja de quejarte y sonríe.
Kaito activó la cámara frontal de su teléfono, se agachó a la altura del detective y sonrió. La foto tomada mostraba a un alegre Kaito junto al pequeño Kudō totalmente adorable con esa camisa roja, corbata de moño negro y pantalones del mismo color con suspensores. Sin que el otro supiera se la envió a Yukiko y Hattori.
-A ti no te afecta, ya que te ves estupendo.
Miró la tenida del mago, que solo constaba de un pantalón y camisa negra, con una chaqueta azul rey que le encajaba a la perfección. Evitaba mirarlo, ya que bastaban solo un par de segundos para que el pequeño sintiera calor en la cara.
Él lo sabía, pero por esta vez, fue modesto -Arréglate ese pelo.
Lo ayudó a acomodarse el cabello y siguieron su trayecto.
-Así que, aquí es –el detective miró la fachada a través de la gran reja que rodeaba el lugar.
-Estamos afuera –Kaito habló por el teléfono y a los pocos minutos divisó a Isabelle salir por la puerta junto con una dama que parecía ser una empleada doméstica.
-¡Qué caballero más guapo! -la pelinegra saludó a Conan-kun y Kaito sonrió orgulloso e inflando el pecho como si se tratara de su propio hijo.
-¿Yo no recibo cumplidos?
Isabelle le sonrió -¿Cómo estás? -lo saludó cuando las grandes rejas terminaron de abrirse y los muchachos ingresaron.
-Qué bonita te ves –le hizo sabes el mago con toda confianza.
Saludaron educadamente a la otra mujer que parecía de unos años mayor que ellos y entraron por la puerta principal de la casa. Esta vez, los chicos si quedaron impresionados con la grandeza del lugar. No había que ser un experto en el tema para darse cuenta a simple vista que todo era extremadamente caro y como los dueños eran extranjeros, la distribución de todo era algo diferente. Poseía una gran sala con amoblado y adornos lujosos, no solo tenía una escalera, eran dos ubicadas una en cada esquina que conducían al segundo piso, con barrotes y barandales de fierro con diseño.
-Yo pensé que tu mansión era grande, pero esto es otra cosa –exclamó Kaito mirando hipnotizado el candelabro que colgaba en el centro de la sala.
-Síngame, por favor –les pidió otra mujer vestida de la misma manera que la que los acompañó en la puerta.
La siguieron por un largo pasillo que conectaba directamente hacia una segunda sala y esta misma, hacia un patio. Todo estaba decorado para una celebración, unos cuantos globos, una gran mesa llena de comida. Shinichi se fijó que la cantidad de adultos que había era mayor a la de niños que revoloteaba por el lugar, sin contar a los sirvientes y al mirar al exterior se percató de que incluso había un castillo inflable donde otros niños jugaban.
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Oh! Rival (Kaishin-Shinkai) -Yaoi
FanfictionLuego de derrotar exitosamente a la Organización de los Hombre de Negro, Shinichi Kudō logra salir adelante y llevar una vida "con normalidad" trabajando como detective para la Policía Metropolitana. Todo esto gracias a su amiga Ai Haibara , ya que...