LXIII. Caballo de Troya

205 19 188
                                    


22.00 p.m

Shinichi colocó ambas manos sobre sus rodillas para tomar aire, la lluvia no dejaba de empaparle la cara y amenazaba con nublarle la visión, pero ese no era un motivo real para detenerse. Comenzó a peinar el perímetro encontrando una forma de llegar hasta Kaito.

-¡Profesor necesito visualización de la escena! -pidió a gritos por el micrófono.

-Estamos buscando un mejor ángulo -le explicó Haibara. Se esforzaba en no sonar tan nerviosa –Jii-san acaba de enviar otro dron. A penas encontremos la manera de entrar te lo haremos saber.

El problema es que tenía que ser ahora, seguía oyendo la acalorada discusión por el otro intercomunicador, no le estaba gustando nada el rumbo que estaba tomando y lo peor era que no podía hacer nada.

-Tuvo que venir mamá a salvarte el pellejo ¿y todo para qué? -Hitoshi siguió incitándolo con odio –Si al final eres igual que nosotros. Un delincuente ¡Un asesino! –por cómo se oía su respiración notó que Kaito comenzaba a perder el control de sí mismo -¡Dispara! ¿Cuál es la diferencia entre un muerto o tres? Hazle un favor a tu amigo y dispárale también porque lo que le espera no es ni comparado con lo que me hiciste tú a mí ¡Vamos!

-¡No lo escuches! -le gritó Hakuba, que en ese momento se encontraba con él. Se escuchó un sonido seco y el detective adivinó que se había llevado un golpe –No eres nada de eso y lo sabes -insistió con voz adolorida -Eres incluso mejor de lo que tú piensas.

Todo se quedó en silencio, como si aquellas palabras comenzaran a surgir algún tipo de efecto dentro de él, pero desdichadamente no fueron más que un detonante.

-¡KAITO! ¡NO! -Shinichi soltó un grito ensordecedor antes de que una cascada de disparos casi le reventara el tímpano.  

~ 16 horas antes ~

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

~ 16 horas antes ~

07.00 am

Kaito intentaba disminuir su ansiedad jugando a mezclar los naipes una y otra vez sin dejar de rumiar aquellos pensamientos que lo ayudaban a ver todo con mucha más claridad.

Cuando llevas meses conviviendo con todo tipo de criminales, manteniendo un ritmo de vida como si fuese un torbellino de emociones, mintiendo, cometiendo actos ilegales, asesinando y de paso metiendo a tus mejores amigos en todo eso la sensación de caminar por un campo minado se vuelve una eternidad.

Así se sentía él, como si no hubiese vivido otra vida aparte de esa, como si todo lo demás se tratara de una creación de una mente que no era la suya.

Se pasó la mano por la frente. Sudaba tanto a causa de los nervios que se estaba acostumbrando a tener la piel pegajosa, pero se esforzó en disimular.

Oh! Rival (Kaishin-Shinkai) -YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora