Kaito subió por la calle hasta que el pavimento se acabó y le dio la bienvenida a la tierra seca, llena de pequeñas piedras y una silvestre vegetación que desafiaba al salir en ese tipo de terreno. Era un lugar muy abierto y tan alto que se podía ver gran parte de la ciudad desde la cima. Miró hacia todas partes intentando divisar a alguien y no muy lejos logró ver un auto avanzando hacia él.
Se paró firme y con la cabeza bien alta a esperar.
Dos figuras masculinas bajaron del auto deportivo que seguramente costaba una cantidad exagerada de dinero.
-Kaitō Kid, he oído hablar mucho de ti –dijo el primero con un acento extraño.
Kaitō sonrió -Lamento no decir lo mismo, aun así, es un gusto conocerlo a usted y a su acompañante.
-Dejemos las formalidades de lado -agregó el segundo con voz grave –Tenemos algo que te interesa.
-Y yo supongo que querrán algo a cambio –Kid miró fijamente a ambos sin rodeo –Si me dan lo que quiero, no tengo problemas en cumplir con mi parte.
El primer hombre en hablar dio un paso al frente -¿Cómo sé que puedo confiar en ti?
-Me tiene acorralado, saben dónde vivo y mi identidad, vean por donde lo vean salgo perdiendo.
-Queremos saber dónde te ocultas y a quien le contaste sobre nosotros -manifestó el segundo.
El ladrón sintió una extraña sensación, pero les siguió el juego –Soy un mago, jamás revelaría los secretos que conozco al resto del mundo –hizo una señal con la mano ya que uno de los hombres iba a reclamar algo –Trabajo solo, ya deberían saberlo, mi padre trabajaba de la misma manera...Y hablando de él, aun no me han dado siquiera una pista relacionada.
El primer hombre se acercó a él, Kaito dio un paso atrás, pero al hacerlo sintió una gran presencia que se lo impidió. Miró hacia arriba y al reconocer el rostro del otro casi le provoca cambiar su expresión seria a una de sorpresa.
Era el mismo hombre de nacionalidad china que estaba de guardia la noche de la fiesta. Sabía que si no actuaba rápido estaría en desventaja. Soltó una carcajada y al momento de querer mover sus manos, los dos personajes que tenía en frente le apuntaron con un arma.
No le quedó de otra que levantar ambas manos demostrando que no haría nada. Pero jugaba con gente sucia, no tuvo tiempo ni de pestañear cuando sintió el disparo en su lado derecho y la sangre comenzó a brotar y manchar su ropa.
Sus rodillas fallaron, pero no tocó el suelo ya que el hombre a sus espaldas lo sujetó por las axilas, arrastrándolo con extrema facilidad hacia la cajuela del auto.
-¡Vigila que no se acerque nadie! -recibió instrucciones el segundo hombre –Seguramente no ande solo.
Y así era, Shinichi que había estado observando la escena tampoco tuvo tiempo de reaccionar. Se sentía furioso y las ganas de atrapar a los culpables le impulsaron a acercarse a ellos. No dudó ni un segundo en aturdir con la parte trasera de su pistola al sujeto que supuestamente iba a vigilar. Los otros dos se encontraban demasiado ocupados amordazando y atando a Kaito que luchaba atrás como podía.
Con un movimiento rápido, el detective tiró al robusto hombre al suelo y posicionó el arma dentro de su boca, dejándolo indefenso de poder hacer algo. Al mismo tiempo, el otro hombre le apuntaba directamente a la cabeza.
-Suéltalo -exigió Kudō refiriéndose a Kaito –O le reviento la cara.
-Adelante –dijo el hombre tranquilo aun apuntándole.
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Oh! Rival (Kaishin-Shinkai) -Yaoi
FanficLuego de derrotar exitosamente a la Organización de los Hombre de Negro, Shinichi Kudō logra salir adelante y llevar una vida "con normalidad" trabajando como detective para la Policía Metropolitana. Todo esto gracias a su amiga Ai Haibara , ya que...