II. Un pasado pesado

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La ansiada noche había caído y un impaciente Shinichi recogía sus cosas para rápidamente salir del departamento de policía y deambular por las calles de la ciudad para dirigirse al punto de reunión. Siguió las indicaciones que esa misma mañana Kaitō Kid le había entregado; el lugar se trataba de una sala de billar, el letrero de "Blue Parrot" le daba la bienvenida. Abrió la puerta y con paso firme se acercó a la iluminada barra donde servían alcohol. Observó el lugar detenidamente, por cada mesa de billar donde diversos grupos de hombres se encontraban jugando y a su vez buscaba con la mirada a quien sería su "compañía" esa noche, pero era casi imposible saber cómo estaría vestido Kaitō Kid.

- ¿Puedo ofrecerle algo para beber? - amistosamente el hombre de la barra interrumpió sus pensamientos. Un hombre un poco mayor, delgado, con gafas y bigote. Shinichi estaba casi seguro de que su edad debía rondar la misma que la del profesor Agasa.

-No por el momento, gracias -explicó cordialmente.

-Dos mojitos por favor Jii-chan –Dijo un joven a su lado mientras le guiñaba el ojo.

Supo de inmediato de quien se trataba, el detective lo miró con el ceño medio cabreado, Kaitō Kid se encontraba disfrazado de un joven de su misma edad, cabello negro bien peinado, tal vez demasiado para la ropa deportiva que llevaba puesta

-La casa invita - extendió los dos vasos el bartender.

El ladrón no tardó ni un segundo en llevarse el vaso a la boca y dar un fuerte trago. Por acto reflejo el detective hizo lo mismo. No estaba acostumbrado a beber alcohol por lo que el trago le resultó de lo más amargo y lo dejó en la mesa poniendo una cara de desagrado.

-Vayamos al grano –dijo- ¿Tienes la información?

El joven Kid lo miró divertido y levantando una ceja respondió -Claro que la tengo, toma – le dijo extendiendo un pequeño dispositivo de almacenamiento –Trata de no cometer el mismo error que yo, señor detective.

- ¿Cómo vas con eso? Por lo que veo tu cabeza sigue unida a tu cuello.

-Si, por el momento...¿Como piensas entrar a la red y no ser descubierto? - preguntó dando otro sorbo a la bebida.

-Eso no es asunto tuyo...¿Y tú piensas devolver la joya que robaste? - preguntó de vuelta el detective molesto.

-Yo no robé nada. Ya te dije, al salir del baño me topé con el alboroto.

Ambos cruzaron una mirada incómoda, el ambiente se estaba poniendo tenso cuando finalmente Kaitō Kid lo rompió.

-Bueno, de todas maneras, ya tienes lo que quieres, ahora, un trato es un trato. Mi cabeza a cambio de tu información.

- ¿Algo más que deba saber?

-Sí. Qué no podrás solo, las herramientas y tecnologías que te ofrece la policía no son suficientes. Necesitas a alguien realmente experto en programas para poder hacerlo bien, todo está lleno de códigos.

-Tengo a la persona indicada para eso. Ahora con tu permiso tengo trabajo que hacer.

Kaitō lo sostuvo del brazo justo cuando Shinichi se había puesto de pie.

- ¡No tan rápido! Aun no me has garantizado si los sujetos conocen mi verdadera identidad o no.

-No tengo modo de saber eso ahora mismo, pero como te dije, la persona que me ayudará podrá saber eso- Se interrumpió.

Una fuerte clavada en el pecho le hizo perder el aire. El detective intentó seguir hablando, pero las taquicardias le impedían entablar palabra alguna. Las clavadas como mil agujas se hicieron presente en su corazón y a la vez sentía como sus huesos se derretían.

- ¡Eh detective! ¡¿Qué te sucede?! - un preocupado Kaito lo sujetaba del hombro – Jii, ayúdame a sacarlo de aquí.

Ambos lo sujetaron de un brazo y lo sacaron a rastras hacia una sala vacía, lo tendieron cuidadosamente en el suelo y Kaito posó una de sus manos sobre la frente de su contrincante. El detective ardía en fiebre y los gritos y espasmos eran cada vez más intensos. Jii estuvo a punto de llamar a una ambulancia, pero Kaito le arrebató el teléfono de las manos.

-Creo que sé lo que le ocurre –le explicó.

Y así fue, de un fuerte grito el cuerpo adulto del detective se encogió, la ropa le quedó grande, dando paso al cuerpo de niño más conocido como Conan Edogawa.

-Esto cada vez va peor- soltó el niño con la voz agitada.

Kaito tenía una expresión seria y jii observaba impactado la escena. El joven se había encogido ante sus ojos y de forma espontánea fue en busca de un vaso de agua.

-Que poco digno de tu parte, ven, te ayudaré a sentarte.

El ladrón le extendió su mano mientras Conan intentaba cubrir su infantil cuerpo con las ropas que anteriormente encajaban a la perfección con su figura adulta. Jii-san regresó con el vaso de agua y se lo extendió al niño, este le agradeció y bebió todo el contenido del vaso.

-Vas a tener que hacer algo con eso, colega ¿Cómo piensas atrapar al culpable con ese cuerpo? Después de todo, la policía y el resto del mundo sigue pensando que volviste realmente y que ya no mantienes tu anonimato cada vez que pisas un lugar.

El detective miró de forma molesta al ladrón, sacudió su cabeza y agachó su mirada buscando entre los bolsillos del pantalón su teléfono celular. Revisó su agenda buscando el número de la persona a quién quería comunicar la situación. El marcador sonó hasta que obtuvo respuesta del otro lado.

- ¿Qué quieres a esta hora Kudō?

-Haibara, necesito tu ayuda.

- ¡¿Y esa voz?! ¿Qué sucedió?

-No lo sé exactamente, pero mi cuerpo se encogió, es una larga historia.

- ¡¿Qué estabas haciendo?!

-Haibara, no es el momento para dar explicaciones ¿Tienes tiempo de una visita ahora mismo?

-Si, pero ¿Dónde estás? ¿Te vamos a buscar o puedes llegar tú solo?

El detective miró a las dos personas que le hacían compañía- ¿Existe la posibilidad de que me lleven a mi residencia?

-No hay problema detective -Asintió Kaito con el pulgar arriba- Mientras pueda saber del estado de mi cuello cuanto antes, mejor.

Conan volvió a hablar al teléfono -Voy para allá, estamos en un asunto serio, necesito que alistes todas tus cosas para hackear información, la vida de una persona está en riesgo.

-Está bien, tendré todo listo ¿Conoces al menos la identidad de la persona para poder avanzar en algo?

-Claro que la conozco...se trata de Kaitō Kid.

- ¡¿Qué?! ¡¿Kaitō Kid?!

-No tengo más tiempo, te veo en veinte minutos- colgó.  



Hallo! :33 aquí la segunda parte, lo siento la demora pero tuve un accidente con mi mano izquierda y recién me estoy recuperando, de verdad muchas gracias por sus votos y comentarios de animo n.n recuerden que cualquier duda o sugerencia me la pueden dejar sin problemas 

Los quiero <3 

Oh! Rival (Kaishin-Shinkai) -YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora