XVIII. Familias y Disfraces

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Se separó de él como si valiera la pena disimular, lo que era ridículo ya que el matrimonio había sido testigo de cómo su hijo tenía su lengua metida hasta la campanilla en la boca de su amante.

- ¿Cuándo volvieron? -preguntó poniéndose de pie y sacudiendo su ropa, Kaito lo imitó.

-Hoy por la mañana -respondió Yukiko intentando distinguir el rostro del mago, pero este mantenía la mirada fija en el suelo.

Yusaku estaba en lo mismo, analizando al chico que acompañaba a su hijo y solo le tomó casi medio minuto para reconocerlo.

- ¿Eres mago? -le preguntó casi afirmando.

Kaito subió tímidamente la cara dando de golpe con la penetrante e imponente mirada del hombre –Sí señor -asintió escuchándose más nervioso de lo que quería aparentar.

Su esposa entrecerró los ojos y exclamó entusiasmada -¿Eres el hijo de Toichi Kuroba? ¿Kaito-kun? ¿Ese es tu nombre, no es así? -Kaito afirmó con la cabeza y Yukiko juntó sus manos -¡Qué grande estás!

Shinichi miró a su madre, luego a Kaito y finalmente a su padre intentando comprender que ocurría.

-Supongo que podemos hacer las presentaciones correspondientes –Yusaku miró a ambos chicos –En un lugar más cómodo que la entrada.

-¡Así es! ¿Por qué no tomamos un té? Y me cuentas sobre tu novio, Shin-chan.

A Shinichi le dio un ataque de tos tan exagerado que en un principio hasta el mismo creyó que su cuerpo, debido al nerviosismo y la vergüenza habían reaccionado involuntariamente, pero como el ataque de tos y los agitados latidos en su corazón no cesaban, entendió que no era un simple reflejo y se tiró al piso esperando a que concluyera.

-Qué conveniente –Kaito rodó los ojos divertido.

Y finalmente, pasó. Incluso olvidó lo que era volver a su forma de Conan, tuvo que aceptar su condición y no le quedó de otra que ir a cambiarse. Kaito iba a seguirlo, pero Yusaku se lo impidió y esperaron unos minutos hasta que el mini Kudō volvió a la sala, esta vez vistiendo ropa adecuada a su tamaño.

- ¡Esto es culpa de ustedes! -agitaba los brazos tiernamente intentando soltarse del agarre de su madre –Todo iba bien hasta que ustedes volvieron, ahora quizás en cuanto tiempo no recupere mi cuerpo normal.

-Creo que tu cuerpo ya no te pertenece del todo –la ex actriz lo miró con ojos coquetos y sugerentes, logrando que Kaito se atragantara con el té y que su hijo quedara con el rostro rojo.

Yusaku dio un sorbo a su taza y miró a los chicos analizándolos, levantando levemente una ceja –Deben estar metidos en un buen lío para que estén cooperando juntos.

-No es nada de lo que tengas que preocuparte –se apresuró a responder su hijo de forma tajante, no quería que su padre se involucrara.

Kaito lo miró de reojo pensando –Casi muero y tú dices que no es nada de qué preocuparse.

No hacía falta mucha presentación, Yukiko y Yusaku sabían quién era Kaito, y el también había conocido a la madre de Shinichi cuando era un niño. El único que estaba un poco perdido era el pequeño.

-¿Y de dónde se conocen? -preguntó aburrido a su madre.

-Fui alumna de su padre.

Kaito se acomodó en la silla, ganándose la mirada analítica de Yusaku.

-Dices que no hay nada de que preocuparse, pero yo veo a tu amigo recuperándose de una reciente operación -miró a Kaito –Seguramente se trata de una herida provocada por arma blanca...o de fuego.

Oh! Rival (Kaishin-Shinkai) -YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora