VI. Máscara Perfecta

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Luego de ese incómodo momento, Haibara se puso de pie y se aproximó a la puerta, con claras intenciones de irse, pero antes de abandonar la casa del detective se giró en su dirección y agregó -Ya conoces las reglas, cualquier efecto nuevo que sufras no dudes en avisarme - le dedicó una mirada fuga y se despidió -Buenas noches.


Efectivamente y para su mala suerte, ya ahora, Shinichi Kudō padeció efectos secundarios, tenía dificultades para respirar, un poco de temperatura y sí, indigestión. A pesar del malestar, para el detective esos síntomas no eran nada nuevo. En un principio cuando tomaba los prototipos solo sufría dolores en el corazón, espasmos, fiebre y la insoportable sensación de sus huesos derretirse. Pero una vez que su cuerpo comenzó a generar anticuerpos, los efectos secundarios comenzaron a hacerse cada vez más presentes. Existía veces en las que vomitaba, sus ojos se hinchaban en sangre, extremidades que no reaccionaban ante ningún estímulo e incluso un par de veces su cuerpo ni siquiera recuperaba su forma adulta. Kudō conocía las consecuencias, en repetidas ocasiones Haibara le negó el consumo de dicha pastilla, debido a obvias razones. Tuvieron muchas discusiones al respecto, pero al fin y al cabo Shinichi sabía que era por su propio bien y aceptaba la responsabilidad de incluso nunca recuperar su forma original. Y gracias a la insistencia de la chica lograron legar al acuerdo de que consumiría el nuevo prototipo del APTX4869 solo una vez a la semana. Al estar modificado el efecto duraba solo por 48 horas si seguía todas las indicaciones y para su fortuna cuando decidió unirse al cuerpo de policía, el Inspector Megure no tuvo problema en dejar que el muchacho trabajara desde la casa y se presentara dos días a la semana en la oficina.

Al asomarse los primeros rayos de sol, el detective pudo tomar un respiro, luego de haber pasado una noche no tan buena debido a sus malestares. Para su mala suerte no solo sufrió de molestias físicas, si no que su mente no dejó de culpabilizarlo por los actos que iba a cometer y las decisiones que había tomado. Hacerse pasar por ladrón y encima con el que estaba más obstinado. Parecía que no le bastaba con ser un mentiroso y engañar a todo el mundo con la mierda de que el gran detective Shinichi Kudō había vuelto. En conclusión, se sentía fatal física y anímicamente.


La mañana prosiguió sin novedades y al llegar la hora en la que comenzaría a arreglar los últimos preparativos para el robo de la noche, Shinichi se encaminó a casa de Jii Kōnosuke, pero al salir se encontró con alguien que no esperaba, fuera de su casa.

- ¿Qué haces aquí? -Preguntó con un tono un poco inocente.

-Vine a asegurarme de que todo salga según lo planeado.

- ¿Eso significa que vas a acompañarme? -Le miró asombrado.

-No voy a perderme por nada del mundo tu espectáculo, además, te dije que el prototipo estaba modificado, debo mantener a mi paciente en observación.

Haibara lo miraba de manera sarcástica, no iba a abandonar al detective, todo por fines netamente científicos y en parte para calmar su ansiedad de ver en vivo y en directo el arriesgado acto que iban a cometer. A pesar de que Shinichi conocía ambas intenciones de la chica (Había aprendido a "leerla" al pasar de los años) no le molestaba la idea de que lo acompañara.

Siguieron su trayecto y llegaron a casa de Jii, quien los invitó a pasar. Kaitō Kid se encontraba en una de las habitaciones realizando los últimos ajustes al traje blanco. Su amigo y asistente le informó de la llegada de Shinichi y Ai Haibara. No estaba usando un disfraz, por lo que no salió de la habitación hasta que tuvo todo listo. Los demás esperaron en la sala todo ese rato. Jii-san no dejó de explotarle la cabeza a Shinichi con información, pero dentro de todo, la situación la tenían bajo control, por el momento.

Oh! Rival (Kaishin-Shinkai) -YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora