VIII. APTX Fantasmal

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Jii Kōnosuke se sentó desesperanzado en el sofá de la sala. Haibara se apoyó contra la pared con gran angustia y sin saber cómo ayudar. Le sorprendió ver como ocurría lo que ella nunca se imaginó, ver a Shinichi Kudō quebrarse al punto de las lágrimas por el ladrón.

El detective, que se encontraba de espaldas, inútilmente tratando de ocultar su estado. Respiraba de manera entrecortada y sabía que tenía que calmar esos sollozos y encontrar la solución más pronta.

-Jii-san ¿Kid tiene algún lugar secreto donde planee sus actos y esconda su material? -se le ocurrió preguntar.

-No...el joven amo se reúne conmigo en el Blue Parrot la mayor parte del tiempo. El resto de las veces ni siquiera es presencial.

-Kudō ¿Estás seguro que Kid abandonó tu casa anoche? -preguntó Haibara esperanzada intentando darle ánimos a su amigo.

-No puedo estar totalmente seguro de eso, pero dudo que...

Una idea se apoderó de él como lo hacía cada vez que intentaba resolver un caso. La probabilidad de que Kaitō Kid no abandonara su casa era muy baja. También contaba con un dato extra y era que Kid no poseía algún lugar privado para preparar todos sus espectáculos ¿Qué otras opciones le quedaban? Lo conocía más de lo que deseaba y sabía perfectamente que no involucraría a sus conocidos o cercanos en una situación como esta, por lo tanto, solo quedaba una opción y era que el joven mago aún permanecía oculto en algún lugar de la casa, después de todo, era un genio del engaño.

No le dio explicaciones a los demás presentes y comenzó a inspeccionar minuciosamente la estructura de la casa, tenía que existir alguna habitación secreta que estaba ignorando.

Entraba a cada una de las habitaciones tocando paredes y el piso en busca de algún sonido hueco. Lamentablemente no estaba obteniendo resultados y su deducción dejaría de tener validez si la última habitación, que era del mago, no daba indicios de poseer un cuarto escondido.

Miró detenidamente por cada rincón, tocando paredes y dando leves golpeteos en el piso con sus pies. Abrió cajones intentando encontrar alguna llave o botón que abriera alguna trampilla en el techo. Por supuesto que no encontró nada más que papeles, lápices, preservativos, ropa donde no debía, una linterna y uno que otro cachivache sin importancia.

El gran cuadro que adornaba la pared captó su atención ¿Por qué tendría Kaitō Kid una pintura tan grande de un hombre en su habitación? Se preguntó.

Se acercó un poco para observarla más de cerca. Comenzó analizando su rostro, un hombre adulto como de la edad de su padre, vestía un traje negro y palomas blancas revoloteando junto a él, tenía bigote, contextura media y rasgos similares a los de Kaitō Kid. Podía asegurar eso, ya que al tomar su lugar el parecido físico era tan grande que ni sus amigos podían notar los pequeños detalles que los diferenciaban. En conclusión, eran casi idénticos.

Apoyó su mano derecha en el cuadro, que dedujo fácilmente se trataba de un mago y de a poco la fue moviendo para sentir la textura y adivinar de que material estaba hecho.

Bastó con una ligera presión para que la pintura se girara formando una especie de puerta giratoria y llevándose consigo al detective a otra habitación.


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Oh! Rival (Kaishin-Shinkai) -YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora