A la mañana siguiente ninguno sintió la alarma del despertador, cosa que extrañó a Hattori, sabía que eso era poco común en su amigo Kudō, por lo que no le quedó de otra que ir a la habitación.
Siempre había sido un bruto. Claro que no tuvo detalle en tocar la puerta, además estaba en su casa, hacia lo que quería. Pegó un grito de sorpresa cuando pilló a los dos muchachos bien abrazados, ya que no habían cambiado de posición en toda la noche.
Levantaron sus cabezas adormiladas y despeinadas intentado comprender quienes eran y donde estaban.
-¡Lo siento! -Heiji dio un portazo arrepintiéndose de haber ido a husmear.
Kaito volvió a restregar su cabeza en la almohada sin querer levantarse y Shinichi pestañeó varias veces antes de entender que era lo que había pasado.
Se asustó y se levantó a abrir la puerta también de golpe y llamar a Hattori.
Los tres estaban desayunando en silencio, lanzándose miradas fugaces sin atreverse a abrir la boca, generando una especie de competencia para ver quién era el que perdía primero, y quien lo hizo fue Shinichi.
-Ya estuvo bueno –se paró evitando que los otros dos vieran lo avergonzado que estaba –Alístense que salimos en 10 minutos –se marchó.
No les costó tanto como pensaban conseguir equipo de buceo. Por suerte el guía que les tocó parecía ser un chico joven y bastante relajado, además un grupo de chicas se sumó a ellos. Decidieron ir con alguien ya que el plan era distraerlo mientras este enseñaba a Kaito y así poder marchar por su propia cuenta hacia su destino.
A penas les fue posible, los detectives abandonaron el grupo y partieron rápidamente ignorando las indicaciones del guía que prohibía ir directamente al punto donde se dirigían ellos. Bucearon a ritmo constante, dejando en claro que dominaban perfectamente la actividad y de vez en cuando se hacían señas, hasta que dieron con una enorme caja metálica que era a penas visible ya que se camuflaba con las algas del fondo marino.
Shinichi dio unos golpes en ella comprobando el material. Heiji encontró lo que parecía ser una compuerta bien asegurada. Era imposible abrirla sin romper o forzar el candado y en esos momentos no tenían nada para hacerlo. Y pensándolo bien, hacer eso era bastante arriesgado. Miraron por los alrededores un poco más para analizar el terreno y verificar que no se les pasaba ningún detalle.
Heiji le hizo un gesto con la mano a Kudō para indicarle que ya era tiempo de volver, después de todo ya sospechaban el contenido.
Al subir a la lancha que los había conducido al lugar, se encontraron con el resto del grupo dirigiéndoles miradas molestas y exigiendo una explicación. Seguramente los pocos minutos que habían significado para el par habían sido muchos más que unos pocos.
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Oh! Rival (Kaishin-Shinkai) -Yaoi
FanfictionLuego de derrotar exitosamente a la Organización de los Hombre de Negro, Shinichi Kudō logra salir adelante y llevar una vida "con normalidad" trabajando como detective para la Policía Metropolitana. Todo esto gracias a su amiga Ai Haibara , ya que...