IV. Fiesta en la calle de neón (Parte 2)

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Kaito llevó sus manos su boca debido al asombro y la desesperación comenzó a jugarle una mala pasada. Le empezó a faltar el aire y sentía la garganta más seca de lo normal, estaba teniendo pequeños espasmos y un ataque de tos. Conan lo miró preocupado y luego de un rato logró tranquilizarlo un poco.

-Intenta mantener la calma. Que hayan entrado no significa nada aún. No tenemos certeza de si te siguen buscando o no. Es obvio que tendrían curiosidad e intentarían averiguar sobre la persona que se infiltró en su red.

El muchacho intentó poner sus ideas en orden. Tenía claro que se había metido en un gran embrollo y nada le garantizaba su seguridad. Habían profanado su casa, ya no se sentía seguro en aquel lugar, pero tenía claro que era lo que tenía que hacer.

-Tenemos que infiltrarnos en esa fiesta y conseguir toda la información que nos sea posible. Haré lo que me pidas –Kaito se sentía seguro de sí mismo.

Los chicos se pasaron gran parte de la noche organizando todo y eso le dio un poco de tranquilidad a Kaito. Ambos estaban ansiosos por que llegara el día. Conan se quedaría al margen del lugar escuchando todo por el micrófono que llevaría Kid. Todo esto con ayuda de Jii-san. Y una vez en el lugar, el mango entablaría conversaciones hasta dar con algún sujeto que le proporcionara algún dato importante de las cabezas al mando, luego de eso las cosas se irían dando de a poco y proseguirían con la investigación y el plan.

Kaito miró el reloj en la pared –Es tarde, detective. Creo que no tenemos nada más que agregar por hoy. Agradezco tú ayuda ¿Te acompaño a casa? ¿Te pido un taxi o vienen por ti?

-No es necesario –Lo miró -Pasaré la noche aquí.

Kid quedó inmóvil ante el osado comentario y pestañeó un par de veces. La idea se le había pasado por la cabeza desde que supo que habían entrado a husmear su morada, pero le sorprendió el hecho de no tener que pedirlo. Aunque, a decir verdad, no hubiese tenido la valentía de hacerlo, también porque sentía que pasaba a llevar su ego, prefería callar, aun estando totalmente asustado.

- ¿No tienes trabajo que hacer mañana? -No supo que más preguntar.

Conan se giró dándole la espalda –No. En el Departamento de Policía saben que me ausento la mayor parte del mes. Trabajo desde mi casa el noventa por ciento del tiempo...por motivos personales y ellos lo aceptan.

Se sentía en el ambiente el peso de los sentimientos encontrados que emanaban del detective al pensar en eso. Y ambos habían tenido suficientes emociones fuertes por esa noche, así que Kaito persistió en que era hora de dormir. Le ofreció al detective el cuarto de invitados, incluso la de su madre, la cual no había sido utilizada hace más de un año, pero el detective se negó y recostó su cuerpo en el sofá, con la clara finalidad de estar cerca de la puerta ante cualquier eventualidad. Después de todo estaba en su deber proteger al que lo necesitaba, y él había hecho la promesa consigo mismo de proteger a Kaitō Kid.


Ambos durmieron sin interrupciones esa noche, aunque sí les había costado conciliar el sueño. Se cuestionaron toda la situación. En un principio cuando se conocieron habían querido apartar al otro de su camino y ahora se hallaban los dos en la misma casa, con el fin y el afán de cooperar juntos.

Kaito se despertó sobresaltado cuando sintió los rayos de sol apuntándole directamente a la cara. Se dirigió en seguida al primer piso, pero su invitado no se encontraba allí y el único rastro que dejó fue una nota encima de la mesa.

"Gracias por alojarme anoche. Te recomiendo que estos días no pases mucho tiempo en casa, podrían estar observándote.Nos vemos en el lugar y hora acordada, si necesitas algo no dudes en contactarme"

Oh! Rival (Kaishin-Shinkai) -YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora