Lo despertó un manotazo en la cara, hizo una mueca de disgusto y abrió los ojos poco a poco. Ya era de día, vio a Kaito a su lado durmiendo con las extremidades estiradas hacia todas partes. Verlo en esa posición le sacó una sonrisa, no le importaba haber sido despertado de tal manera, saber que él estaba su lado lo hacía feliz.
Admiró aquella pálida piel desnuda y le subió la manta hasta la cintura para abrigarlo y al verlo completamente desnudo sintió preocupación, no quería que pescara un resfriado. Se acordó de que estaba en iguales condiciones, pero de todas maneras levantó la sábana, una erección matutina le recordó la noche anterior.
Volvió a mirar al chico a su lado y se acomodó apoyando la cara en su mano en modo de soporto. Quedó hipnotizado viendo como el torso, levemente marcado, del mago subía y bajaba. Le fue inevitable concentrarse en sus pezones, sintiéndose como un completo pervertido. Se detuvo cuando vio un camino de pequeñas marcas moradas que partían desde un poco más arriba del pectoral derecho hacía el cuello.
Juntó sus cejas, extrañado y se acercó para verlas con más claridad. Pensó que podía ser una hemorragia en los vasos sanguíneos o algún tipo de reacción alérgica y se llevó una mano a la boca, debido al asombro cuando descubrió que se trataban de chupetones que el mismo había provocado.
No eran muchas, pero si lo suficientemente notorias. Estuvo tan emocionado que no midió la brusquedad de sus caricias y en parte, se sentía culpable, pero por otra, dichoso, conociendo una parte completamente nueva en sí mismo, una donde recalcaban que ese territorio era marcado como suyo.
Kaito sintió la respiración del detective golpear contra su piel, cosa que logró despertarlo.
-No quería despertarte –se disculpó completamente embobado.
Lo miró sin conectar su boca con el cerebro y habló con voz somnolienta, pero, sobre todo, tierna.
-Qué bonito eres.
Shinichi cambió su expresión a una sonrisa.
-Buenos días, cariño.
El mago estiró los brazos para rodearle el cuello a Shinichi y obligarlo a que se acercara a él, para quedarse así por unos segundos. Hasta que, el gruñir el del estómago del detective se hizo presente.
Soltó una risa –Shin-chan tiene hambre.
El nombrado, enterró aún más su cabeza en el cuello del contrario y pasó su lengua por su piel para molestarlo, sintiendo el cuerpo de Kaito estremecerse, logrando su objetivo.
-Tonto –le dijo y empezó a hacerle cosquillas.
-¡Cosquillas no! -le pedía entre carcajadas -¡Auxilio! ¡Esto es intento de asesinato!
Shinichi reía junto a él sin detener las cosquillas y dejar de hacer bromas al respecto, recalcándole que era un detective y que estaba perdido ya que sabía cómo deshacerse de un cadáver.
Tuvo algo de piedad, así que lo dejó respirar un poco. Kaito ya tenía los ojos llorosos, pero su expresión era relajada y cuando dio unas cuantas bocanadas de aire, Shinichi lo besó sin previo aviso. Sus miradas decían claramente "te quiero".
Cuando se separó, volvió a recordar las marcas.
-Lo lamento –se disculpó apenado –Creo que anoche fui un poco brusco.
-No pasa nada –lo tranquilizó suponiendo que había marcas en su cuello, ya que Shinichi no dejaba de mirar esa zona –Me gustan, porque las hiciste tú.
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Oh! Rival (Kaishin-Shinkai) -Yaoi
FanficLuego de derrotar exitosamente a la Organización de los Hombre de Negro, Shinichi Kudō logra salir adelante y llevar una vida "con normalidad" trabajando como detective para la Policía Metropolitana. Todo esto gracias a su amiga Ai Haibara , ya que...