XIX. De Territorio a Línea de Fuego

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🌸N.A:  antes que nada quería aclarar que en esta parte de la historia no voy a basarme en el canon de cuando Shinichi conoció al primer Kaito Kid. En resumen, para entender, hagan en cuenta de que los episodios 472-473 del anime y 570-573 del manga, no ocurren como tal. Bueno ustedes se van a dar cuenta a lo que me refiero XD 



Extrañaba la sensación de adrenalina que sentía al preparase para uno de sus atracos. A pesar de que había pasado poco tiempo desde el anterior, tenía la percepción de que no era así y que llevaba meses sin presentarse como Kaitō Kid. Acudió a reunirse con Jii-chan esa misma noche en el salón de billar, quería comenzar con los preparativos cuanto antes y lo más importante, responder aceptando el desafío.

-Listo -sonrió satisfecho cuando terminó de escribir la nota –Ahora necesito pensar en como dar un buen espectáculo. Me siento tan emocionado de volver a la pista que quiero que esta vez sea algo especial.

-Pero, joven amo –Jii-chan hizo el alcance -¿No cree que dada su situación actual llamar demasiado la atención no será muy arriesgado?

Kaito lo evaluó por unos momentos –Se trata de Kaitō Kid, de todas maneras, llamaré la atención -se limitó a decir sin tomarle realmente el peso.

Cada vez que era consciente de que tendría una nueva joya en sus manos, se tomaba el tiempo de averiguar e informarse de dicha piedra y esta vez no fue la excepción.

La joya que Jirokichi Suzuki había añadido a su colección era reciente. Se trataba de un par de aretes hechos de ametrino, nombrados como Las lágrimas de la princesa. Según lo que leyó en internet y lo que le contó Jii-chan, la gema de colores miel y violeta debía su nombre a una leyenda que contaba la historia de una princesa perteneciente a una tribu y un extranjero de tierras españolas, en la cual ambos se enamoraban. Existían diferentes versiones, pero cada una tenía un final trágico.

Kaito en sus días normales lo hubiese encontrado algo simpático, pero la sensación que lo inundaba en esos momentos dentro de su cabeza era nueva, no lograba identificarla con claridad, solo sabía que se imaginaba a si mismo dentro de la historia y a su querido detective. Se preguntaba si existía la posibilidad de que, si alguno se extraviaba, la tristeza del otro lo ayudaría a encontrar el camino de vuelta a casa.

Despeinó su cabello agitadamente para volver a concentrarse en lo suyo –Lo siguiente en la lista es conseguir mis elementos de Kaitō Kid y para eso debo volver a casa.

-¿Cree que sea seguro volver?

-No lo sé -desconfiaba, pero tenía que hacerlo –No te preocupes, esta vez no tiene nada que ver con ellos, así que no creo que haya problema –se puso de pie y caminó hacia una ventana mirando al exterior perdidamente –Supongo que lo mejor será mantener el protocolo de siempre.

Jii-san se preocupó -¿No pensará ir a estas horas?

Le sonrió con ternura –Lo haré mañana, con luz de día y acompañado -estiró su cuello, se empezaba a sentir cansado –Tu haz lo de siempre, procura encargarte de las luces, las posibles trampas, vías de escape y yo prepararé el resto.

Trabajar en los preparativos de los robos conllevaba un tiempo estimado y la costumbre era tan grande que ya no veía necesario agregar mucho más, además, como había dicho Jii-chan ya se estaba haciendo tarde y ambos necesitaban descansar. Se despidió de su amigo y se dirigió a casa de los Kudō. Sabía que la familia no le preguntaría nada, pero por algún motivo quería evitar el contacto por esa noche, así que al llegar, optó por colarse a su habitación por la ventana, se quitó los zapatos y comenzó a ascender como un profesional.

Oh! Rival (Kaishin-Shinkai) -YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora