XV. Besos de Diamante

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Shinichi y el Profesor subieron a Kaito a la sala y lo recostaron en el sofá. El mago estaba consciente pero la temperatura había ascendido, el dolor no se aliviaba y unas marcas moradas en forma de líneas habían aparecido desde la herida hacia el resto de la zona inflamada. Kaito tenía los ojos amarillentos, unas ojeras muy marcadas y el rostro cada vez más verdoso.

-Necesitamos inventar algo, no podemos llevarlo así al hospital -sugería Haibara.

-No quiero ir a ninguna parte –se quejaba él.

-¡Kaito entiende! ¡No estás bien! -gritaba Conan.

De repente, la puerta se abrió de golpe y todos miraron en esa dirección.

Shuichi Akai se acercó a ellos y preguntó sin dejar de mirar el estado de Kaito -¿Qué es todo esto?

-Le dispararon y empeora a medida que avanzan los minutos –le explicó el Profesor Agasa.

Akai comenzó a examinar la herida del muchacho -¡¿Y cómo se les ocurre tenerlo aún aquí en ese estado?! ¡Tenemos que llevarlo a un centro de asistencia! -se giró un poco exaltado hacia los niños, quienes agacharon la cabeza.

Conan le explicó rápidamente toda la historia a Akai.

-Y es por eso que no podemos llevarlo a ninguna parte sin levantar sospechas de algo.

-Así como va, morirá en un par de horas –dijo tomándole la temperatura a Kaito que estaba empezando a delirar –Cámbialo de ropa y téngalo listo, yo mismo lo llevaré para que lo atiendan –dio instrucciones el hombre de ojos verdes abandonando la casa.

-Detective -susurró apenas Kaito y el nombrado se acercó -En una escala de porcentaje del 1 al 100% ¿Cuánto te importo?

-¡Imbécil! ¡Deja de hablar! -regañó el niño sin tomarle el peso a los delirios del otro.

-Ya estuvo bueno, Kudō ¡Ayúdame a cambiarle de ropa!

Con extremo cuidado vistieron al mago y apenas estuvo listo, Akai lo llevó en brazos hacia su Ford Mustang rojo. Haibara los acompañó porque no iba a quedarse tranquila esperando encerrada y el más grande le explicó a cada uno lo que tenían que decir, ya que era más que seguro que fueran interrogados. Repitieron sus diálogos hasta que los memorizaron por completo.

Gracias a la gran habilidad de conducción de Akai, lograron llegar rápidamente al hospital y de una vez los enfermeros llevaron al herido a pabellón.



Esperaron por lo menos dos horas en las que estuvieron en completo silencio, hasta que finalmente un médico salió y se aproximó al grupo.

-¿Cómo está? -Conan fue el primero en preguntar.

El doctor lo miró con semblante serio y luego se dirigió a Shuichi Akai ya que era el único adulto.

-Logramos estabilizarlo, pero se encuentra grave, la herida está propensa a infección y no logramos bajarle la fiebre, estas horas son vitales –hizo una pausa –No les voy a mentir, existen posibilidades de que no sobreviva, lo siento.

Haibara se llevó las manos a la cara sintiéndose culpable y el otro pequeño se sentó en el suelo debido a la impresión.

-Por temas de protocolo necesito comunicarle la situación a la policía -explicó el doctor y Akai asintió.

Oh! Rival (Kaishin-Shinkai) -YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora