🌟Advertencias: Hay una escena de mamadas e.e
Llevó un dedo al ojo derecho para rascarse y al mismo tiempo pegar un largo bostezo, se había quedado leyendo hasta tarde la noche anterior. Aun se sentía algo agripado, pero ya estaba lo suficientemente sano para hacer su vida de manera normal.
Le tomó un par de días recuperarse, días que se le hicieron eternos y en los que Haibara no dejó de realizarle pruebas y llenarlo de pastillas. Ya comenzaba a sentirse como un drogadicto.
De Kaito sabía muy poco. No podían llevar una conversación fluida ni siquiera por mensajes de texto, tanto por la diferencia de horario como por el estado de salud del detective.
Existían intervalos de horas entre un mensaje y otro.
Shinichi se aburría de hablarle, ya que cada vez que le preguntaba una cosa, el otro le respondía con algo relacionado a otro tema o simplemente le enviaba fotos de lo que estaba comiendo, de algún programa que estaba viendo por televisión o ardillas saltando entre los árboles y palomas que rascaban sus plumas en algún parque.
Casi daba por hecho que junto a su madre lo estaban pasando de maravilla sin su presencia. Y confirmó que llegaron a un nivel más alto de confianza cuando el mago le envió a Shinichi una fotografía de cuando era un bebé, haciéndole saber que se veía realmente adorable.
Lo maldijo para sus adentros y también a su madre, por enseñarle quizás que cosas más.
Acomodó la espalda en el asiento y miró por la ventana el cielo en total oscuridad y rodeado de nubes, fue cerrando de a poco sus ojos y se dejó mecer por el molesto ruido del motor del avión, esperando tener un viaje sin inconvenientes.
Al aterrizar en el aeropuerto, miró su reloj y se apresuró en salir a la calle para tomar un taxi y llegar lo más pronto posible. Había pasado tiempo desde que no visitaba a sus padres, incluso el lugar le pareció más grande de lo habitual.
Llamó tocando el timbre y quien le abrió fue su madre.
-¡Shin-chan! -lo saludó ella sonriente, sin darle tiempo de reclamarle, ya que nadie lo había ido a recoger.
-Buenas tardes –fue lo único que dijo cuando entró.
Observó el interior, todo estaba como lo recordaba, salvo por la ornamentación navideña, cosa que a él le pareció un exceso. Luces de colores por todas partes, toda clase de adornos de Santa, renos y muñecos de nieve, un gran árbol de navidad en una esquina y un olor a galletas de jengibre que le abrieron un poco el apetito. Se notaba demasiado la influencia extranjera que había adquirido.
-¡Qué frío eres! ¿Así saludas a tu madre después de tanto tiempo?
Rodó los ojos y dejó el equipaje a un lado –No exageres, no ha sido tanto tiempo ¿Dónde está papá? -preguntó.
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Oh! Rival (Kaishin-Shinkai) -Yaoi
FanfictionLuego de derrotar exitosamente a la Organización de los Hombre de Negro, Shinichi Kudō logra salir adelante y llevar una vida "con normalidad" trabajando como detective para la Policía Metropolitana. Todo esto gracias a su amiga Ai Haibara , ya que...