Diccionario ravkano:
-Oprichnik: guardia personal de los Oscuros.
-Otkazat'sya: abandonados, aquellos que no son Grisha.
-Lapushka: cariño.
-Sasha: diminutivo de Aleksander.
-Moi soverennyi: mi señor.
-Moya soverennyi: mi señora.
Aleksander se despertó de golpe. La visión de la habitación del Pequeño Palacio a oscuras lo tranquilizó un poco. Siempre se sentía más seguro en la oscuridad, sobretodo cuando su pasado llamaba a la puerta. Era una maldición, cada vez que tenía esa pesadilla, recordaba con claridad el sentimiento de miedo, miedo a perder a Irina. Las pesadillas que tenía, siempre trataban de lo mismo: perderla.
No podría soportar tal cosa.
Girándose, encontró confort en el hecho de que el cuerpo de Irina estaba a su lado. Cuanto habían cambiado desde que ocurrió aquello. Ahora Aleksander tenía el cabello corto y la barba más espesa, mientras Irina tenía el cabello largo y en vez de la palidez habitual de su rostro había adquirido una tonalidad rosada.
Su pesadilla no había despertado a la Grisha. Una pequeña sonrisa tiró de los labios del hombre. Así era ella y lo prefería.
Estaba a punto de amanecer, por lo que Aleksander decidió levantarse. Tan solo se movió un poco cuando sintió que Irina se removía inquieta, acercándose más a él. Otra sonrisa más grande apareció en el rostro del general.
Acarició con cuidado los cabellos negros. Cuando creyó que ya se había vuelto a dormir más profundamente, depositó un tierno beso en su frente y se levantó, arropándola con las sábanas.
A pesar de tener un asiento en el comedor con el resto de los Grisha, la mayoría de las veces (por no decir todas) desayunaban en la sala contigua al dormitorio. Era suficientemente espaciosa para dos personas, con grandes ventanales para poder ver los terrenos verdes del Pequeño Palacio.
Irina se había quejado diciendo que para qué tenían ese lugar si podían ir a comer con el resto de su gente. Aleksander respondió que porque no eran iguales a ellos y que a veces tan solo quería comer sólo con ella.
Irina había girado los ojos antes de decir que hiciera lo que quisiera. Aún así, no se quejó cuando compartían siempre que podían el desayuno.
Aleksander avisó al oprichnik delante de la puerta para que trajeran el desayuno. Poco después vino una sirvienta con brazos temblorosos. Dejó el carro y con una inclinación se fui corriendo por el pasillo.
El Invocador de sombras dio una sonrisa torcida. Prefería que los otkazat'sya le temieran. El recuerdo de Irina tirada en el suelo hizo que las ventanas del comedor fueran abducidas por las sombras, que se deslizaron silenciosas y peligrosas desde las esquinas.
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Total Eclipse of the Heart [Shadow and Bone]
FanfictionDesde que el Hereje Negro creó la Sombra, en el Pequeño Palacio siempre han habido dos Invocadores de sombras para liderar a los Grisha. Sin embargo, sin que nadie lo supiera, estos dos tenían una visión muy diferente. Aleksander Morozova deseaba má...