Sueños y sombras

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Diccionario ravkano:

-Lapushka: cariño.

-Otkazat'sya: abandonados, aquellos que no son Grisha.

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Irina estaba soñando de nuevo. Estaba en el interior de la Sombra, su vestimenta había vuelto a cambiar. Ahora tenía su kefta negra, la que siempre había llevado en el Pequeño Palacio.

Aquellos días estaban en el pasado y ya nada podía ser como antes.

Los volcra estaban volando encima de ella, a lo lejos casi veía una figura, pero estaba muy borrosa y podría ser engañosa. Delante de ella se encontraba la tienda que ella y Aleksander habían compartido en su viaje a Kribirsk.

Sabía quién estaría allí.

Con paso decidido, entró en la tienda. Apenas estaba iluminada por varias velas, dejando las sombras cubrir gran parte del lugar. No era extraño, a los Invocadores de sombras les gustaba que fuera así.

Y, cómo no, Aleksander también estaba oculto por las sombras. Él llevaba su kefta negra, algo que lo señalaba como el general del Segundo Ejército.

-Irina -saludó girándose-. Qué grata sorpresa. -Al ver cómo se mantenía en silencio con los puños apretados, volvió a hablar-. Te veo enfadada, ¿qué sucede, lapushka?

-No tienes ningún derecho a llamarme así -habló Irina indignada.

Aleksander giró su cabeza antes de bordear la mesa que los separaba.

-¿Y eso por qué? -cuestionó como si careciera de importancia.

-Me mentiste durante siglos. Me dijiste que querías unirte al Segundo Ejército para arreglar las cosas, para ayudar a este país. Qué tonta he sido al pensar que querías un futuro para los Grisha y los otkazat'sya. Y ahora ni siquiera hay un futuro para los nuestros, tú te has encargado de destruirlo.

Aleksander estaba a apenas un par de centímetros de distancia, observándola con un brillo peligroso en sus ojos. Las sombras se removían inquietas a su alrededor, listas para ser convocadas.

-¿Y cómo es que yo he destruido nuestro futuro? -preguntó claramente ofendido por tal declaración, sin embargo, Irina no se echó atrás.

-Tú has movido la Sombra. La has usado contra la gente.

-Era necesario -habló Aleksander solo para ser cortado.

-No. No lo era. Fue tu ambición la que quiso ver cuánto control tenías sobre tu propia creación. Y ahora nos tienen miedo, nos cazan al igual que lo hacían siglos atrás. Y todo por tu culpa -finalizó con fuerza.

Una sonrisa para nada divertida apareció en el rostro del hombre.

-No te preocupes, solucionaré eso.

Con cuidado, levantó el brazo para acariciar la mejilla de Irina. Ella dio un paso atrás, pero Aleksander fue más rápido y la agarró de la muñeca con fuerza.

-Somos iguales, debemos permanecer juntos -murmuró Aleksander con un tono frío, apretando su agarre.

Irina le observó, no con miedo ni furia, sino con tristeza.

-Ya no, Aleksander. Ya no.

X

Irina se despertó de golpe. Una suave luz se colaba por la puerta, al igual que las primeras luces de la mañana por la ventana del minúsculo camarote. Tras dejar a Mal y Alina con el resto de la tripulación para que durmieran, Sturmhond le llevó hasta allí diciendo que no había más sitios libres para dormir.

Lo bueno era que Irina tenía más privacidad que sus otros dos amigos, por lo que no había nadie cuando tuvo la pesadilla. De forma inconsciente, se miró su muñeca. Tenía varios moretones formándose ahí. Debía haberse agarrado con la mano mientras dormía.

Se arregló y, al salir, se encontró en el pasillo a Sturmhond, quien sonrió al verla ya levantada.

-Buenos días, preciosa -saludó-. La Invocadora y su invitado todavía no parecen haberse levantado, así que permíteme hacerte de guía por el Volkvolny.

Había que decir que su emoción era contagiosa. Irina se encontró formando una pequeña sonrisa sin darse cuenta.

-Bueno, veamos el barco que voy a hundir si las cosas van mal -se burló, logrando que Sturmhond soltara una carcajada mientras la guiaba fuera.

El barco era grande, con velas siendo propulsadas por el viento de varios Vendavales, al igual que Agitamareas a cada lado del barco para darles más potencia. Los otkazat'sya también ayudaban con las tareas, siendo una perfecta unión entre ambos: Grisha y otkazat'sya.

El sueño de Irina hecho realidad.

-Esto es... increíble -declaró la mujer habiéndose quedado sin palabras.

Sturmhond se movió como si sus palabras le hubieran hecho más importante.

-Sí. Aquí en el Volkvolny todos somos iguales mientras nos ayudemos los unos a los otros. La sangre es sangre. Da igual que tengas sangre de Grisha, ravkana o de Shu Han, al parecer -añadió al ver cómo la chica y el chico del otro día se acercaban a ellos dos.

-Capitán, nos preguntábamos si iba a presentarnos. Al fin y al cabo, hemos oído mucho sobre ella -dijo la mujer shu con una sonrisa juguetona en sus labios. A su lado, su hermano se rió en silencio.

Sturmhond les envió a los dos una mirada de advertencia, cosa que no vio Irina, quien ya estaba ofreciendo su mano.

-Irina Mikhaylova -se presentó dándoles la mano-. ¿Y vosotros sois...?

-Mis dos camaradas más fieles y letales -dijo Sturmhond con orgullo-. Tamar Kir-Bataar y Tolya Yul-Bataar.

-¿Sois hermanos?

-Gemelos -indicó Tamar-. Aunque yo soy más fuerte y la mayor.

Esto hizo que Tolya rodara los ojos.

-Siempre igual.

-¿Sois Grisha? Perdón, es que he visto tu amplificador -habló Irina señalando el diente de tiburón que tenía Tamar en la oreja.

-Sí. Creo que en Ravka se nos denominarian Mortificadores. Aunque no nos gustan esos términos -explicó la chica shu-. Pero es la primera vez que veo una Invocadora de sombras. Dicen que eres poderosa.

-Tal vez lo sea -habló Irina con una sonrisa divertida en su rostro, logrando que la propia Tamar sonriera.

-Me gusta.

Casi al instante, tuvo las manos de Sturmhond en sus hombros, guiándola a otra sección del barco.

-Bueno, tenemos que seguir antes de que lleguen Alina y el otro a cubierta. Ven, voy a mostrarte...

Tamar y Tolya se quedaron atrás, viendo cómo su capitán parecía querer enseñarle todo. Se veía como un adolescente tratando de impresionar a una chica.

-Así que... -comenzó a decir Tamar.

-Sí, el capitán le guiñó un ojo y coqueteo con ella -confirmó Tolya divertido-. Y eso que únicamente sólo necesita una sonrisa. Ah, y también la invitó a un trago de alcohol.

-¿De su reserva personal? -quiso confirmar Tamar sin creérselo. Tolya asintió sin que su sonrisa desapareciera-. El capitán realmente está prendado de ella. Esto va a ser divertido -añadió antes de irse a hacer sus deberes dentro del barco. Tolya no tardó en seguirla.

Total Eclipse of the Heart [Shadow and Bone]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora