Desde que el Hereje Negro creó la Sombra, en el Pequeño Palacio siempre han habido dos Invocadores de sombras para liderar a los Grisha. Sin embargo, sin que nadie lo supiera, estos dos tenían una visión muy diferente.
Aleksander Morozova deseaba má...
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Se habían reunido en un improvisado consejo de guerra Alina, Nikolai e Irina. Estaban decidiendo la mejor estrategia para enfrentarse a Kirigan en Keramzin, pero había alguien que estaba con la mente en otra parte.
-Podemos atacar todos a Kirigan en Keramzin. Estarán desprevenidos -estaba hablando Nikolai mientras señalaba un punto en el mapa de Ravka.
Irina estaba escuchando con atención, pero notó que la Invocadora del Sol ni siquiera tenía la mirada en la mesa.
-¿Alina? ¿Estás bien? -llamó, logrando que su atención se centrará en ella. La chica pareció estar un poco desorientada un momento antes de centrar sus ojos en ella.
Fue entonces cuando Nikolai vio su falta de interés.
-¿Has oído algo de...?
-Las unidades más fuertes irán al orfanato -ordenó ella, no queriendo ceder en ese punto, no queriendo que la vida de los pobres huérfanos peligrara por más tiempo.
A Nikolai no le convenció.
-El Primer Ejército lo está buscando. Tenemos el ataque aéreo para pillarlos desprevenidos.
-Ya conocemos a los nichevo'ya. No hay rastro de los Cuervos ni la espada. No tenemos forma de atacarlos directamente. Iré yo sola.
-Eso es lo que él quiere. Si alguien debe ir, seré yo.
Casi al instante, Nikolai se negó.
-No. Tus sombras no pueden hacer nada contra sus monstruos. Es lo que él quiere. No quiero que te sacrifiques cuando podemos esperar y atacar de forma conjunta. No estarías ganando tiempo para nosotros, estarías sacrificandote sin lograr nada. Y sabes que no es lo correcto.
Nikolai tenía un semblante serio, pero su mano había sujetado la de Irina, como pidiendo en silencio que le escuchara.
Al final, Irina terminó asintiendo.
-Sí, tienes razón -susurró apretando su mano. Luego se giró hacia Alina-. ¿A qué viene esto ahora?
La chica medio shu parecía estar a punto de ponerse a llorar.
-Podemos salvar a todos los niños de Keramzin. Salvo a uno. El que me encontró hace tantos años. Antes de saber que yo era la Invocadora y él... un amplificador.
Ambos se congelaron al escuchar aquello.
-¿Qué dices? -preguntó Nikolai en un susurro.
-No me digas que...
Alina asintió, confirmando sus peores sospechas.
-Es Mal. El pájaro de fuego.
-No... -dijo Irina sabiendo lo mucho que significaba el chico para la Invocadora.
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