En la cabaña de Baghra

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Diccionario ravkano:

-Lapushka: cariño.

Irina se dirigió a la cabaña de Baghra de mal humor

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Irina se dirigió a la cabaña de Baghra de mal humor. Aún podía escuchar a Aleksander llamándola detrás de ella, por lo que se giró y le señaló con su dedo índice, obligándole a no seguirla con la mirada.

-Si quieres actuar como una niña, actúa como tal. Pero no vengas a verme hasta que se te pase esto -habló él con dureza, girándose para volver por donde había venido.

-Sí, hablaremos cuando te replantees esto.

-No voy a hacerlo -explicó dándole una mirada por encima del hombro-. Starkov tiene que aprender a estar a la altura de nuestros mejores Grisha.

-Lleva un día aquí, un solo día. ¿Qué esperas? ¿Qué tenga nuestro control? -escupió ella acercándose más a él.

-Si no hubiera sido tan estúpida y no hubiera ocultado su poder, no tendría estos problemas. Que se atenga a las consecuencias.

-Zoya invocó el viento en el entrenamiento de Botkin. Eso está prohibido. Intentó dañarla sin razón alguna. Necesita tener un castigo -habló con vehemencia.

-No voy a enviar a una de mis mejores soldados porque una niña no puede lidiar con esto -respondió él acercándose más a ella, apenas dejando un par de centímetros de distancia.

-Mira -terminó Irina poniendo orden-. No sé qué problema tienes con Alina, pero esto tiene que parar ya. Alina Starkov no es tu enemiga. Es una Grisha, alguien como nosotros -señaló a ambos. Aleksander giró la cabeza, como si no pudiera escuchar aquello-. Encargate de esto, general Kirigan.

Dicho aquello, siguió su camino por los jardines hacia la cabaña de Baghra, ignorando la furia que había desatado en la mente de su esposo. Sabía cómo presionar sus botones cuando quería y llamarlo por su apellido falso era uno de ellos.

La cabaña seguía igual de calurosa que siempre, pero no la extrañaba. Baghra iba a quejarse de la visita hasta que notó quién era. Sin decir nada, fue a preparar dos tazas de té mientras Irina se sentaba frente a su silla.

-¿Mal día? -cuestionó entregando la taza. Tan solo consiguió un gruñido de parte de la otra-. ¿Aleksander? -Otro gruñido-. A veces me sorprende tu ignorancia, niña. Durante siglos te esperaba más perspicaz que esto.

Irina pasó una mano por su cara.

-Baghra, ahora no -pidió. No tenía la energía suficiente para pelear sobre cuáles eran las verdaderas intenciones de su hijo y lo que él haría si obtuviera demasiado poder. Bastantes peleas habían tenido durante años las dos mujeres.

La anciana la observó con cuidado antes de suspirar con pesadez.

-A veces la ignorancia protege nuestro pequeño mundo de felicidad. Te permitiré seguir manteniendola, pero debes saber que no durará eternamente -avisó bebiendo de su propia taza.

Total Eclipse of the Heart [Shadow and Bone]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora