Luz del sol

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Diccionario ravkano:

-Otkazat'sya: abandonados, aquellos que no son Grisha.

-Sasha: diminutivo de Aleksander.

-Merzost: magia, creación antinatural.

La calma no duró mucho, los monstruos de Kirigan no tardaron en aparecer

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La calma no duró mucho, los monstruos de Kirigan no tardaron en aparecer. Zoya e Inej tomaron la delantera, intentando destruirlos. Irina se fijó en Nina, quien estaba desmayada en unos columnas de piedra.

-¡Nina! ¡Nina! -gritó arrodillándose a su lado, intentando despertarla-. ¡Nina!

Al final, sus ojos se abrieron, viéndose confundidos al notar que lo que veía era el cielo azul.

-¿Qué ha...?

-No hay tiempo para explicártelo, tienes que ir con Mal y Alina -indicó señalando al lugar donde estaba ambos en el suelo, con Alina gritando por que Mal volviera-. ¡Ve!

La mujer no perdió tiempo y corrió hacia ellos. No tardó en notar que el chico estaba muerto, pero la mirada de Alina hizo que intentara salvarlo. Daba igual que fuera una fantasía.

Irina vio aquello con desesperanza. Habían acabado con la Sombra, sí, pero a costa de la vida de una persona. Escuchó entonces a alguien levantándose con dificultad: era Aleksander.

-¿Qué crees que pasará ahora? Los otkazat'sya no tendrán ningún uso para los Grisha. Los matarán uno a uno, hasta que nos hayamos extinguido de este mundo. El mundo no necesita Santos, Irina, necesita monstruos.

Interrumpió su discurso llevándose la mano a su costado. Estaba muy malherido.

-No, Aleksander, lo que este mundo necesita es un poco más de empatía y menos odio. Necesita diálogo y aceptación. No miedo, no envidia. No lo que querías hacer -habló con lágrimas en los ojos.

Era como volver siglos atrás, cuando eran simples niños jugando con sus poderes, protegiéndose el uno al otro.

¿Cómo habían acabado así?

Aleksander tuvo que ver algo en sus ojos, porque su semblante se volvió menos agresivo.

-Los años que pases sola te machacarán, te endurecerán. ¿Quién estará ahí para protegerte? -preguntó preocupado, una suplica en sus ojos-. ¿Quién te salvará?

-Yo misma me salvaré, Aleksander. Con los años, he aprendido a hacerlo. Pero tus actos... no tienes redención.

Él negó con la cabeza, no queriendo aquello.

-No, no, ¡no!

Soltó un grito de dolor cuando uno de sus nichyevo'ya se separó de su cuerpo. Irina se quedó mirándolo asustada, pero antes de que este pudiera atacar, Inej lanzó la espada, esta se clavó en el pecho de la criatura y se deshizo.

Aleksander observaba el lugar donde había estado nichyevo'ya, el miedo escrito en su cara. Irina sabía lo que estaba pensando.

-No puedes controlarlo todo, Aleksander -negó ella, intentando tranquilizarlo.

-Pensé que podía controlarlo todo. Encontrar la paz. Y por un momento... creo que lo logré -murmuró cerrando los ojos recordando a una Irina del pasado, que bailaba con él, reía con él, sonreía con él.

Aleksander lo comprendió entonces. No necesitaba aquello. Solo la necesitaba a ella.

Un dolor agudo se hundió en su pecho. Era la espada de Inej, la que estaba siendo empuñada por Irina. En vez de caerse hacia atrás, su ex-esposa le ayudó a sentarse en la arena.

Era el acto más compasivo que podría haber hecho Irina: acabar con la vida de Aleksander.

Este sujeto sus manos, no asustado por él, sino por ella.

-Sin mí, irán a por ti -dijo con rapidez.

Irina le sonrió con cariño, acariciando su mejilla con cicatrices negras. Ni siquiera pareció asquearle la sangre negra que brotaba de sus labios.

-Estaré bien, Aleksander. Te lo prometo -dijo antes de inclinarse y besar su frente-. Descansa, Sasha. Los monstruos ya no pueden alcanzarte.

Aleksander vio una última vez a Irina con sus propios ojos antes de cerrarlos para siempre, sabiendo que ella iba a estar bien.

La Invocadora de sombras tomó una profunda respiración, ofreciendo un rezo a todos los Santos por el espíritu de Aleksander. Luego se levantó y volvió con Nina y Alina. Lo que vio la desconcertó.

Alina estaba abrazando a un Mal bastante vivo mientras Nina se alejaba con el rostro pálido, como si hubiera visto un fantasma.

La verdad golpeó a Irina como un saco de ladrillos.

Alina había usado el merzost.

X

Había muchas perdidas, demasiadas incluso. Nikolai no quería contarlas ahora, sobre todo tras el ataque del último nichyevo'ya antes de que Kirigan muriera. El monstruo le había clavado la garra en la parte derecha de su pecho y ahora tenía no dolor pero sí una sensación extraña recorriendo todo su cuerpo.

Sacudió la cabeza, tenía que centrarse en otras cosas.

-¿Estás bien? -preguntó Tamar a su lado, Tolya estaba al otro.

Nikolai le dirigió una mirada seria, observando la pierna que había sido curada por Fedyor, quien ahora estaba encargándose de otros soldados heridos.

-Un descanso antes de ver las pérdidas. -Hizo una pausa, recordando a su amigo muerto en combate. Muerto porque había intentado salvarlo-. Dominik.

-Hizo lo que cualquiera hubiéramos hecho por los demás. Por ti -recalcó la mujer medio shu. Él era el rey de Ravka, él sí o sí tenía que sobrevivir.

Los Curvos no se metieron en la conversación, tan solo le observaron en silencio. Su mirada se desvió de ellos, pasando a los cadáveres alineados, y allí, al fondo, comenzaron a llegar Nina, Alina, Inej, Irina y Mal.

Nikolai se levantó tan rápido que casi se cayó, por suerte, Tolya actuó con la misma velocidad y colocó una mano en su hombro, impidiendo que se chocará contra el suelo.

El rubio le dio un gracias rápido e intentó dirigirse a los recién llegados, pero lo que se encontró fue con una persona que había saltado sobre él. Irina le estaba abrazando con fuerza, casi queriendo recordar que estaba allí, que seguía vivo. Nikolai la abrazó incluso con más fuerza.

Ella estaba bien y eso era lo único que importaba.

Jesper y el resto de Cuervos observaban la escena, algo sorprendidos.

-¿Estáis viendo lo mismo que yo, mo? -preguntó el zemeni señalando a la pareja-. Osea, no estamos teniendo una ilusión colectiva.

Kaz asintió.

-Se ve que alguien recapacitó sobre sus relaciones y decidió cambiarlas -susurró viendo como el rey, Irina y los gemelos se marchaban de allí. Jesper seguía muy sorprendido.

-Cambio a un loco del poder por un rey. Mira que no es tonta -dijo con una sonrisa divertida antes de que su rostro se volviera pensativo-. Un escritor podría relatar su historia. Pero, ¿cómo se llamaría?

Wylan, su ahora novio, negó con la cabeza, sabiendo que nadie iba a poder detenerlo.

-Ah, ya sé -dijo Jesper con sus ojos brillando-. Total Eclipse of the Heart.

Total Eclipse of the Heart [Shadow and Bone]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora