Irina Mikhaylova se ha enamorado un total de tres veces. Estas son las historias que tuvo con cada uno de ellos.
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Aleksander Morozova
Irina era muy joven, hacía años que había perdido a sus padres, pero seguía con Baghra y Aleksander. Todavía la gente de Ravka perseguía a los Grisha. Los mataban gritando que eran demonios, acusándolos en cuanto veían sus poderes.
No se quedaban en un sitio por mucho tiempo. Irina había aprendido todo lo que sabía gracias a Baghra, quien traía libros de enseñanza y aprendían no sólo de Ravka sino de otros países. Hubo un día que Irina dijo que quería visitar Shu Han, adorando su cultura.
Baghra la miró con una expresión neutra antes de decirla:
-Si quieres que te abran en canal, no te detendré.
Irina nunca más volvió a preguntar.
Pero, a pesar de que algunas cosas no habían cambiado, otras parecían estar a punto de hacerlo.
La joven Invocadora de sombras nunca había estado de forma tan íntima con una persona. Había leído libros románticos que en ocasiones la hacían sonrojarse, pero aparte de eso, su yo adolescente no había experimentado placeres que otras Grisha de su edad ya habían hecho.
No era algo que la preocupara, había cosas las importantes y que necesitaban de toda su concentración. Aún así, no podía evitar mirar a Aleksander y sonrojarse a veces.
Y, cómo no, el otro chico lo notó enseguida.
-¿Te encuentras bien? ¿Tal vez tengas fiebre? -dijo preocupado, colocando una mano sobre la frente de Irina. Aquello solo hizo que sus mejillas se tornaran más rojas. La preocupación de Aleksander incrementó-. Voy a llamar a un Sanador.
Ya estaba por marcharse cuando Irina le detuvo.
-¡No! -gritó cogiéndole de los hombros. Se relajó un momento antes de intentar volver a hablar-. No, estoy bien, estoy bien, te lo prometo. Es solo que...
Irina se detuvo, mirando hacia otro lado, la vergüenza a punto de hundirla. Aleksander cogió sus manos con cuidado y cariño.
-¿Qué sucede? -La Invocadora susurró algo, pero el chico no la entendió-. ¿Qué?
-¿Puedes... puedes darme un beso? ¡No hace falta que lo hagas! ¡Yo...
Aleksander tenía las mejillas rojas, pero antes de que Irina se marchara, muerta de la vergüenza, se acercó a ella y besó sus labios.
Era el primer beso de ambos, pero no sería el último.
Isak Nass
Isak era muy diferente a Aleksander, muchísimo más. Era tranquilo, tímido y cuidadoso con la gente. Enseñarle a usar su poder era como respirar, agradable y no se necesitaba pensar en nada, solo disfrutar de ello.
Su dedicación la sorprendía cada día, ya no sólo dedicación por su entrenamiento, sino también por su hermana pequeña. Estaba claro el lugar donde residían las fortalezas de Isak.
Irina ya no sólo le mostraba cómo mover sus manos para invocar, hablaba con él de todo y nada a la vez. Ya no sólo le indicaba la forma en la que colocar sus pies para no caerse, sino que caminaban en ocasiones por los campos de entrenamiento cuando no había nadie más.
Ya no sólo recibía de él los libros que le había prestado sobre teoría Grisha, también recibía flores de pétalos azules.
Cada día, Irina esperaba con más ansia la hora de entrenamiento, olvidándose de su pelea con Aleksander y los problemas de la guerra.
Era como sentirse joven otra vez.
Solo entendió lo que ocurría cuando un día, mientras los Agitamareas estaban haciendo un ejercicio, Isak se unió a ellos y logró realizarlo junto a ellos, algo que antes no había conseguido.
De la emoción, Isak corrió hacia Irina y la levantó con sus fuertes brazos, dando vueltas sobre sí mismo sin parar de reír. Irina soltó una larga carcajada y cuando vio los ojos chispeantes del hombre, comprendió todo.
Estaba enamorada.
Nikolai Lantsov
Era extraño ver al niño que había conocido décadas atrás convertido en un adulto. Pero ahí estaba, solo que no sólo estaba el príncipe de Ravka, segundo hijo del rey y la reina. Frente a ella también estaba el divertido y a veces presumido corsario del Volkvolny: Sturmhond.
Era él quien le había dicho a Irina que era la persona más fuerte que conocía. Era él con quien había estado hablando durante horas mientras el sol se ponía en el horizonte.
Nikolai Lantsov no era solo un príncipe, era mucho más. Y ahora lo veía mientras sus labios se juntaban, siendo un beso lleno no solo de cariño, sino de algo más, esperanza.
Irina se separó de él, viendo el rostro de Nikolai, el cual estaba iluminado por las velas de la capilla en la que se escondían antes de irse lejos de allí para combatir contra Aleksander.
En sus ojos había algo que había visto en dos hombres diferentes: amor.
La Invocadora de sombras acarició la mejilla de Nikolai antes de volver a besarlo.
Ambos estarían bien, tenían juntos un futuro por delante.
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Como siempre, ¡todavía queda un capítulo más! El próximo día se publica el capítulo 'Au', entonces sí que se habrá terminado el fanfic.
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Total Eclipse of the Heart [Shadow and Bone]
FanfictionDesde que el Hereje Negro creó la Sombra, en el Pequeño Palacio siempre han habido dos Invocadores de sombras para liderar a los Grisha. Sin embargo, sin que nadie lo supiera, estos dos tenían una visión muy diferente. Aleksander Morozova deseaba má...