Total Eclipse of the Heart [Shadow and Bone]

Sturmhond

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Aquello era extraño. En el puerto tan solo había dos barcos.

-Pasa algo raro -murmuró Irina viendo cómo cargaban uno de los barcos. Apenas había gente.

-Los haría zarpar Bohdan -respondió Alina intentando dar algún sentido a la situación, cosa que Mal no estuvo de acuerdo.

-El Primer Ejército no tiene jurisdicción.

Alina bufó sacando un periódico con un dibujo de ella, Irina y Kirigan en la Sombra, como si estuvieran controlándola.

-Quizá la promesa de 20 millones de kruge baste para entrar al muelle -comentó Alina cabreada.

-Ojalá estuviera vivo para volver a pegarle -gruñó Mal, hasta que notó a Irina a su lado-. Perdón.

-Ni se te ocurra decirlo. Hasta estando muerto da problemas -habló Irina totalmente enfadada, las sombras moviéndose peligrosas a su alrededor. Cómo le gustaría decirle alguna que otra cosa a ese idiota hambriento de poder-. Ahora tendremos más problemas.

-Bueno, eso da igual -dijo Mal rompiendo el periódico con fuerza, echándolo a un lado.

Alina se rió de sus acciones.

-Muy noble, pero seguro que han impreso más. -Entonces se puso más nerviosa-. ¿Ahora qué?

-A por el azote marino -susurró Mal como si fuera obvio, cosa que solo hizo que Alina pusiera los ojos en blanco.

-Un momento -comentó Irina al notar algo-. Ese barco no tiene bandera. Puede contratarse.

Sin esperar más respuestas, se levantó y se dirigió a la mujer y el hombre que estaban dando órdenes. Ambos eran shu y bastante parecidos, tal vez eran hermanos o gemelos. La primera tenía cabello corto, rasgos afilados y dos hachas colgadas de su cinturón. El segundo tenía su pelo recogido en una pequeña coleta y una katana a la espalda.

-Perdón. Necesitamos zarpar de inmediato -pidió sacando de su bolso una de las orquillas, entregándosela-. Podemos pagar. Es de oro.

La chica lo mordió antes de pasársela al otro, que lo observó a la luz de la luna.

-Bastará -indicó ella sin aportar mucho más.

-Venga, rápido -dijo el otro hombre-. Os llevaré ante el capitán.

-Gracias -agradeció Irina antes de instar a Mal y Alina a que subieran. Justo entonces, volvió el oficial que les había perseguido aquella misma mañana junto a sus soldados.

-¡Vosotros! Alto -ordenó, cosa que a la chica shu no le gustó, quien sacó una de sus hachas para apuntarlo contra él.

-¿Quieres pelea, ravkano? -amenazó con fiereza.