Desde que el Hereje Negro creó la Sombra, en el Pequeño Palacio siempre han habido dos Invocadores de sombras para liderar a los Grisha. Sin embargo, sin que nadie lo supiera, estos dos tenían una visión muy diferente.
Aleksander Morozova deseaba má...
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La gente gritaba a su alrededor, huyendo para mantenerse alejados de los nichyevo'ya. La reina Tatiana aullaba por la muerte de su hijo mientras Nikolai intentaba mantenerla alejada del cadáver.
Los soldados les disparaban, pero las balas no hacían nada. Fedyor y Tamar intentaron controlarlos con su poder, pero tampoco funcionaba.
-¡No hay ni corazón ni sangre! -informó Tamar con frustración.
Irina se levantó de donde estaban ocultos. Convocó un corte de sombras y se lo lanzó a uno de los nichyevo'ya. El corte de sombra se unió a las sombras de la propia criatura. Esto le llamó la atención, ya que se dirigió hacia ellos.
Alina convocó su poder y disparó un rayo de luz destruyendo las sombras, pero poco tiempo después volvió a formarse.
No había casi esperanzas de destruirlos, pero entonces, encontraron su punto débil: cada vez que querían atacar a alguien, tenían que hacerse sólidos.
-Nikolai -susurró Irina al ver que uno de los nichyevo'ya se acercaba a él y su madre.
-¡Irina! -llamó Nadia al ver que se levantaba de golpe y corría para ponerse frente a la reina y el príncipe.
Todos pensaban que iban a atacarla, por lo que hubo un instante de sorpresa cuando los nichyevo'ya se quedaron frente a ella sin hacerla nada.
Adrik y Nadia aprovecharon para dispersar las sombras con el viento.
-¡Sal de aquí! -gritó Irina a Nikolai. Este negó con la cabeza.
-No sin ti.
-Saca a tu madre y a todas las personas que puedas. Los retendremos todo lo que podamos. Pero tienes que irte ya, eres el futuro de Ravka.
Por fin, la situación le pegó con fuerza, dejándolo más pálido que su madre. Su "padre" había muerto, su hermano era un cadáver en el suelo.
Él era el nuevo rey de Ravka.
-Mantente a salvo, es una orden -dijo antes de marcharse de allí con su madre.
Irina regresó con el resto del grupo, corriendo en la otra dirección para buscar otra forma de huir. Ella estaba al final del grupo, todos estaban bastante nerviosos, intentando buscar una habitación vacía.
Una sensación golpeó con fuerza a Irina. Una atracción sin igual que la hizo girarse para ver a Aleksander al final del pasillo. Se le veía tranquilo, con un kefta nuevo con algunos zarcillos dorados sobre los negros. En su rostro había varias marcas de los volcra, negras por el uso del merzost.
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