Total Eclipse of the Heart [Shadow and Bone]

Sangre real

Diccionario ravkano:

-Moi tsarevich: mi príncipe.

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Con su llegada a la Hiladera, se repartieron ciertas responsabilidades. Nikolai se colocó como consejero en el consejo de guerra, ya que su hermano había tomado el control del Primer Ejército sin ni siquiera tener instrucción militar.

Irina tomó su lugar como general del Segundo Ejército con Fedyor como segundo al mando. Nikolai había relatado la forma en la que no sólo Irina le había salvado de varios volcra (fue sólo uno), sino que había mantenido a salvo a Alina Starkov, quien ya algunos la llamaban Santa y su imagen comenzaba a aparecer en las iglesias.

Esa historia había logrado que la gente se mostrará más abierta y se acercara a ella. Lo que hizo que la aceptaran fue su personalidad. Aparte, Fedyor no era como Iván, él no miraba mal a la gente y no le importaba conversar con quien fuera.

Sorprendentemente, alguien no tomó bastante bien el hecho de que Irina se convirtiera en general y fue la propia Alina.

-Alina, no tienes experiencia militar -Nikolai intentó que entrara en razón.

-Yo poseo dos amplificadores de Morozova. Me he enfrentado a Kirigan y seré yo quien destruya la Sombra. Yo podría liderar al Segundo Ejército -dijo con los brazos cruzados en el pecho.

Fedyor y Zoya, quien había vuelto a cruzar la Sombra para ver caer a Kirigan, miraron a la Invocadora del Sol con desconfianza. Se fiaban mucho más de Irina que de ella para dirigirlos.

-Alina -comenzó a hablar Irina-, apenas has sido Grisha por un año. Sólo has estado dentro del Primer Ejército. No sabes qué técnicas usan cada orden Grisha, ni tampoco los puntos fuertes o débiles de cada uno de ellos. No los conoces. No podrías liderarlos.

No sabía de dónde había venido ese deseo de liderar el Segundo Ejército, pero estaba claro que ella no debería estar al mando.

-Alina, déjalo -pidió Mal intentando alcanzarla, pero esta ya se había dado la vuelta y se estaba marchando.

Ese no fue sino el primer problema que tuvieron. El segundo ocurrió cuando los reyes llegaron. El rey ni siquiera notaba lo que pasaba a su alrededor por culpa del veneno que le habían introducido. La reina era más diplomática con ellos, más cuando se enteró de que Irina había salvado a su querido hijo de la Sombra. Hasta se ofreció a hacerle un nuevo traje.

-Que no sea negro -pidió Irina al instante, sorprendiendo tanto a la reina como a Nikolai.

-Sí, tal vez un color azul marino. Con el dorado de Ravka -añadió el príncipe con una sonrisa.

La reina asintió y dije que se lo comentaría a su costurera.

Los reyes no eran el problema en sí, el problema era el hermano de Nikolai: Vasily. Por los Santos, Irina se había olvidado de lo pesado que podía ser.

Su prepotencia era ridícula y hacía comentarios en la sala de guerra que hacían que todos desearan que se callase. Y lo peor era que nadie podía decirle nada, tan solo Nikolai, y ni siquiera él se libraba de los comentarios de Vasily.

El día anterior estaban discutiendo sobre la edad mínima para entrar al ejército. Vasily quería bajarla, el resto del consejo lo consideraba una barbaridad, lo cual causó varias peleas.

-Haya paz, hermano -intercedió Nikolai-. Todos queremos lo mejor para Ravka, sobre todo tú y yo.

Pero Vasily no iba a aceptar sus palabras.

-Lo mejor para Ravka es que haya un Lantsov sentado en el trono.

Todos se quedaron sin aliento. Básicamente acababa de llamar bastardo a Nikolai. Hasta este estaba sin palabras, y antes de que pudiera protegerse de sus palabras, Irina intervino.

-Nikolai ha demostrado ser un Lantsov al pelear codo con codo con su nación, moi tsarevich. Si al rey o usted les sucediera algo, Ravka estaría en buenas manos -finalizó con decisión.

Estaba claro que al príncipe heredero del trono no le gustaron sus palabras, pero el resto de personas asistieron estando de acuerdo con ella. Nikolai se vio agradecido, inclinando levemente su rostro.

-Gracias por apoyarme -agradeció él más tarde, cuando terminaron todo y estuvieron lejos del resto-. Por cierto, te queda bastante bien tu nuevo uniforme. Un corsario bastante conocido en el Mar Auténtico te dirías que estás preciosa.

Irina se rió mientras se miraba su nuevo kefta. Tenía un color azul marino, más suave que los keftas Etherealki, y el relieve plateado había sido cambiado en su mayoría por unos dorados, pero también estaban presentes todos los colores del resto de órdenes Grisha. A la gente le había gustado este cambio.

-Gracias y no tienes que agradecermelo.

-¿Incluso si es verdad? -cuestionó en voz baja Nikolai, como si estuviera inseguro. Poco después volvió a recuperar su vitalidad-. Negaré haberlo dicho si lo repites, pero no me importa no tener sangre Lantsov. Es más, ser un bastardo es un punto a mi favor con toda la endogamia que hay.

-Nikolai, me da igual si tienes sangre ravkana, shu, fjerdana, Lantsov o de cualquier otra -interrumpió Irina-. Lo que me importa es que no ves el trono como un trofeo, como lo hace Vasily. No ves a tus súbditos como solo eso, súbditos. Ves personas y quieres lo mejor para Ravka. Te importa, te importamos. Tú podrías ser un buen rey.

Nikolai se detuvo mirándose las manos, al levantar la cabeza, su expresión era una de puro agradecimiento.

-Gracias. Significa mucho viniendo de ti. Significas mucho para mí -finalizó en un susurro.

Irina sonrió, apretando su mano. Repentinamente, apareció Tolya al final del pasillo, dirigiéndose a ellos.

-¿Qué sucede? -preguntó Nikolai al ver su expresión, listo para entrar en acción si la situación lo requiriera.

-Tenéis que venir conmigo. Ha llegado un Grisha que afirma conocerte a ti y a Alina. Dice que tiene información importante sobre Kirigan.

-¿Te ha dicho un nombre? -preguntó Irina.

Tolya asintió.

-Es un Durast llamado David Kostyk.

Los ojos de Irina se abrieron de golpe.

-Encuentra a Fedyor y dile que vaya a donde está. Avisa también a Alina.

-¿Le conoces? -preguntó Nikolai para saber si se enfrentaban a un aliado o a un enemigo.

-Sí. Y Aleksander siempre lo mantenía cerca de él. Tal vez nos pueda decir dónde está su base.