CAPÍTULO 11

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Pasan los días y no me parece ver absolutamente nada extraño.

— Ya regreso, iré a llevárselo a Divine. Seguro le hará sentirse algo mejor — Salgo de la cocina con una pequeña bandeja donde coloqué un plato ondo con algo de sopa.

Divine no se siente muy bien del estómago el día de hoy y estuvo desanimada sin comer desde ayer. Mamá siempre suele prepararme lo que he hecho para ella y siempre funciona, espero que ésta vez ésto también le funcione a ella.

Mis pasos me dirigen lejos de la cocina y cuando finalmente llego al lugar en el que están las escaleras me topo con una situación que casi me hace soltar la bandeja en mis manos.

— Señor Alí, debo ir abajo — Le escucho decir levemente a Divine. Sé que se siente algo débil.

« ¿Qué hace ese imbécil aquí? »

Alí está tomando la muñeca de Divine con fuerza e intenta hacerla avanzar hacia arriba.

Mis pies rápidamente me llevan arriba y llego allí.

— Divine ya lo traje, mejor vamos antes de que se enfríe — Digo lo primero que me viene a la mente y ellos me notan — Oh, Señor Alí. Perdone mi interrupción, pero Divine no se encuentra del todo bien. Necesita ésto que el príncipe ha pedido para ella. Sí necesita hablar con su alteza acabo de verlo, dijo que vendría enseguida a ver a Divine, puede esperarle — Miento y me percato de un pequeño destello de miedo apoderarse de su mirada.

« Claro. Una porquería y un cobarde. »

— Suelta a la chica, Alí — Escucho la voz completamente sería de Madani y llevo mi vista al pasillo de arriba donde se encuentra él de pie viendo en nuestra dirección.

— Solo le iba a hacer una pregunta — Se excusa soltándola, se mueve para bajar las escaleras y justo al hacerlo noto un collar algo extraño en su cuello. Lo único que logro detallar de éste es una piedra roja que puedo reconocer como un rubí — Tranquila. No necesito hablar con su alteza ahora — Habla y sé que se refiere a lo que dije antes — Espero verte pronto en la reunión de la próxima semana — Es lo último que dice para continuar bajando las escaleras y luego desaparecer allí abajo.

— ¿Estás bien, Divine? —  Ella se toma  del barandal y solo asiente — ¿Qué quería?

— No lo sé, has llegado justo en el momento en el que tomó mi muñeca — Veo justo a esa parte de su cuerpo y noto una marca roja que él ha dejado con su mano al apretarla.

Luego miro a Madani, quién también ve en esa dirección y luego me mira.

— Divine debemos ir arriba. No debiste salir — Insto y subo unos escalones, pero luego me detengo al no sentirla subir. Me giro y aún está allí — ¿Qué sucede?

— Nada — Niega — Es solo que estoy algo mareada.

— Madani ¿Puedes...

No tengo necesidad de terminar de hablar cuando va hacia Divine y la alza en sus brazos.

— Señor Madani no es necesario — Dice ella preocupada.

Él no responde nada avanzando hacia arriba, yo también voy con ellos y me adelanto a abrir la puerta guiandolo hasta la cama de ella.

— Le agradezco mucho — Dice Divine al ser colocada en su cama, Madani solo asiente y luego sale del harem.

Se supone que la entrada de otro hombre sin la autorización del príncipe está más que prohibida. De hecho, tanto como para que se pague un muy alto precio si esa regla es violada, pero ésta vez ha sido necesario. Además, aunque Madani no me agrade en lo absoluto no creo que sea alguien de quien deba tener cuidado.

¿Quién es Rashid? ✓[Completada. SIN EDITAR.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora