CAPÍTULO 26

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— ¿Alguna vez pensaste en tener herederos, Rashid? — Pregunto tratando de no sonar con mucho interés.

Decidí venir al jardín. Él quería pasar un momento en la tarde conmigo. Por lo tanto, me ha acompañado afuera, justo a mi jardín de rosas. El lugar cada vez está más hermoso y repleto de rosas rojas. El contraste de todas las zonas verdes y las hojas, junto con el rojo de los pétalos, y el sol de la tarde sobre todo ello, hace que se vea maravilloso. Definitivamente amo éste jardín.

No pasan ni dos segundos para que Rashid me dé una respuesta.

— No — Dice totalmente gélido. Así que, me giro para ver su expresión de seriedad absoluta — No quiero, ni deseo tenerlos.

« Ok, ya vamos mal por allí. ¿Cómo le digo ahora? »

— Oh — Su dura respuesta se ha sentido como una bofetada — No tienes que ser tan serio al decirlo, solo fue una pregunta al azar.

« Ya quisiera.»

— Lo sé — Suspira y se acerca a abrazarme para besar mi cabeza — Es solo que... No tengo buenos recuerdos de mi experiencia como jóven heredero y tampoco soy apto para algo así — Eso lo sé muy bien — Realmente no me veo siendo padre algún día, no lo quiero.

— Entiendo.

— ¿Por qué has hecho esa pregunta? — Escucho su confusión.

— Simple curiosidad — Digo, pero siento una leve molestia en mi interior.

No sé por cuánto tiempo más podré ocultarselo y eso me pone ansiosa y nerviosa. No sé si mis presentimientos con respecto al embarazo sean ciertos, pero tampoco sé cómo averiguarlo. Bueno, si sé, pero esa no es una opción factible, no llamaré a Khal ahora.

Y... Dudo decirle pronto a Rashid. Con su respuesta me ha hecho dudar por completo de hacerle saber.

No sé si quizás en el futuro él tenga una oportunidad de tener herederos, pero justo ahora es lo que menos necesita y por lo visto lo que menos quiere. Además, yo tampoco estoy preparada para algo de ésta magnitud.

Definitivamente ninguno de los dos está preparado.

— ¿Tú quieres tener hijos, Ruelle? — Su voz suena llena de una leve preocupación.

— No lo sé — Digo bajo — No es algo que realmente vaya a buscar. Si pasa algún día pasará y si no, está bien. Lo que sea que suceda en el futuro estará bien para mí mientras me haga feliz.

Eso es lo que pensaba antes de que ésto sucediera. Y eso lo que aún sigue en mi mente.

No me siento preparada para ser madre, pero ya está allí. No voy a forzar nada. Solo seré paciente y tendré cuidado.

— Eso suena demasiado neutral.

— Y está bien. Al fin y al cabo será mi decisión. Si no tengo hijos, no buscaré tenerlos, pero si llego a tener una oportunidad solo voy dejar que suceda lo que tiene que suceder.

— ¿Qué sucede si tu esposo, o pareja no quiere tener hijos? — Pregunta. Yo me giro a verlo y alzo una ceja.

— ¿Estás insinuando algo? — Intento bromear, pero la verdad es que me siento inquieta.

— No — Desvía su mirada de pronto — Es solo que podría ser una posibilidad. Se supone que se trata de una decisión seria entre pareja.

Es muy obvio.

— Prefiero no pensar en lo que sucederá. Ni tú ni yo sabremos lo que podría pasar — Soy directa, sin rodeos. Él gira su rostro rápidamente y me ve algo sorprendido.

¿Quién es Rashid? ✓[Completada. SIN EDITAR.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora