— Oh, lo siento. No te ví — Se disculpó y luego se alejó intentando pasar de largo.
« ¿Qué diablos?»
— ¡Detente! — Nuevemente la irritante voz de ese tipo que al parecer la estaba molestando. Llevé mi vista hacia el molesto hombre y lo observé. Tenía una marca en su rostro. Vaya que si había sido una bofetada algo fuerte.
Parpadeé desconcertado al sentir cómo ella se colocó detrás de mí, tocando mi espalda baja sobre la tela de la camisa de vestir blanca que llevaba puesta. Cosa que me hizo soltar un respingo al sentir la corriente eléctrica que me atrevesó de pies a cabeza por su toque.
— No te acerques, Ilian. O si no — Tocó nuevamente mi espalda, pero ésta vez fué varias veces, y habló en tono de susurro — Eh, tú. ¿Cómo te llamas? — Preguntó, cosa que me hizo caer en desbalance.
Por una jodida mierda.
«¿No me recordaba?»
Me quedé pasmado al darme cuenta de ello. Sentía que mis emociones estaban quebradas y sensibles. Como si un solo toque más sobre ellas podría hacer que me viniese abajo, pero debía ser firme.
— Eh, es contigo, grandote — No podía ser posible. Estaba demasiado cerca, demasiado para mí y para lo que estaba sintiendo. Y escucharla decir aquello era mucho. Tuve que tomar un respiro profundo e intentar que mi voz no temblase.
— Rashid. Mi nombre es Rashid — Le hice saber.
— Ah, bueno — Volvió a tocar mi espalda al tomar mi camisa y vió desde detrás de mí — Rashid te va a golpear si te acercas, Ilian — Luego tocó uno de mis brazos palpándolo como si estudiase mis músculos — ¡Vírgen María! — Soltó bajito — Y mira que está grandote. Ni siquiera se te ocurra acercarte porque no van a quedar ni tus cenizas.
— Déjate de estupideces y regresa a tu habitación.
— No recuerdo la primera vez que haya seguido las reglas de personas idiotas como tú. Y no creo que vaya a comenzar a hacerlo ahora — Soltó su agarre en mi camisa e intentó alejarse.
No.
No podía dejar que se alejara.
— Ruelle — No puede evitar llamarla de manera que podría resultar desesperada. Y tomé su muñeca entre una de mis manos al volverme con rapidez.
Ella me vió totalmente confundida, y luego su expresión fue de sigilo. Se acercó por completo y me vió desafiante.
— No recuerdo que mi nombre haya sido dicho. Y yo tampoco te lo he dado — Dijo de manera seria — ¿Quién diablos eres tú? — Me observó unos largos segundos — ¿Y cómo sabes mi nombre?
Debía reaccionar rápidamente. Quedar como un completo idiota no era una opción para mí. Debía ser astuto, porque si ella no me recordaba podría estar jodido en muchos sentidos.
Toda ella, su presencia, y esa mirada que me veía con rabia y desconfianza me hacía saber que había cambiado. No era la misma Ruelle. Era poderosa, ya no era humana, y había algo que la hacía parecer... Peligrosa. Podía sentirlo.
— Hay muchas cosas que podría saber sobre ti — Dije de manera seria, sincera y directa. Aunque en la posición que me encontraba ya no estaba totalmente seguro.
— ¿Cómo podrías? — Preguntó cautelosa.
— No lo sé — No sabía qué mierda decir. Mi corazón estaba acelerado y pensar se me estaba haciendo difícil — Descúbrelo por tí misma — Decir aquello fué lo primero que se me ocurrió, y no sabía si sonaba ridículo de mi parte.
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¿Quién es Rashid? ✓[Completada. SIN EDITAR.]
Storie d'amoreRuelle. Una chica que se permite el lujo de vivir su vida al máximo. Una chica que no se permite los límites. Una diva por excelencia, con un carácter fuerte y un corazón noble y bondadoso. Ella siendo solo ella, transmitiendo luz y brillo a cada lu...