CAPÍTULO 12 (Especial:Divine)

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Divine:

Pasar mucho tiempo en Kyriem después de cierta temporada pensé que se sentiría como un poco más de lo de siempre. Me sentía bien, pero nunca había algo diferente. Tenía trabajo, estaba constantemente pendiente de los Príncipes y Su Majestad, y por supuesto, de todo lo que Ruelle nos había confiado a Nikki, Zedd, y a mi.

Por otro lado también estaba él... El señor Madani.

Para mí todo estaba totalmente bien hasta que llegaba al punto en el que me encontraba con su nombre, y todo lo que él significaba.

Agradecía enormemente la confianza de Su Majestad para darme una responsabilidad tan grande como lo era el estar al tanto del Diamond Soul, junto al Señor Madani. Pero también era eso lo que en ocasiones tendía a ponerme más estresada y tensa de lo que ya estaba.

Estaba bien, podía soportar mi trabajo. Había aprendido a ser realmente confiada al hacer lo que hacía, Ruelle me había enseñado eso. Yo sabía que era buena, y me esforzaba por ser mejor. No quería decepcionar a Su Majestad, ni  Ruelle, ni a mí misma. Por lo que siempre trabajaba un poco más. Sabía que nadie más me lo estaba exigiendo, y que probablemente ésto le preocupaba un poco a los demás que me tenían aprecio, pero aún así no me detenía. No podía.

Y tenía una razón muy buena para no detenerme.

Y por más estúpido que sonase.

Se trataba de él.

¿Por qué todo el tiempo tenía que ver con él?

Madani.

O como por respeto había acostumbrado a llamarle : El señor Madani.

Odiaba la manera en la que me sentía cuando estaba cerca de él. Porque siempre me sentía insuficiente.

Y en ocasiones.

También sentía que lo odiaba a él.

Pero lo peor del caso no era solo eso. Sino que aún así... Él no dejaba de gustarme.

Aún así...

No podía dejar de amarlo...

Llevaba años enamorada del mismo hombre. Años enamorada del mismo hombre que me hacía sentir mal, y al mismo tiempo me hacía sentir... ¿Bien?

El señor Madani había sido alguien especial para mí en cierto momento de mi vida, pero el momento no duró mucho. No después de saber que al parecer yo no era suficiente.

Así era como realmente yo lo sentía.

No era suficiente para él.

El Señor Madani quería mucho más de mí, pero en ese instante tenía mis manos atadas. Ambos, de hecho.

Aunque en esa época Su Majestad permitía lo que estaba sucediendo, los tres sabíamos lo mal que estaba lo que pasaba. Yo corría el riesgo de ser castigada por el consejo, al igual que el Señor Madani y Su Majestad. Había llegado al punto de intimar con él, había llegado al punto en el que me había enamorado como una chica inocente que por primera en su vida recibía ese tipo de afecto por parte de un hombre. Pero tuve miedo, por lo que intenté ser muy cuidadosa. Con el pasar del tiempo, mi falta de confianza y mi forma de actuar tan meticulosa, provocó que el interés del Señor Madani en mí se esfumara.

Bueno, al menos eso fué lo que comprendí en una fiesta de las que el antiguo consejo solía dar.

Ese día cada miembro del Harem nos encontrábamos bastante cerca de Su Majestad, sin alejarnos de él. Y en un momento específico, noté una melena rubia que acompañaba al Señor Madani. Noté a la chica que lo acompañaba, y sentí que algo dentro de mí se había quebrado. Como si hubiese escuchado el cristal frágil de un jarrón estrellarse contra el suelo.

¿Quién es Rashid? ✓[Completada. SIN EDITAR.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora