Ruelle:
No puedo evitar sentirme mal al ver a Rashid en ese estado tan débil y agotado al extremo.
Me he sentado en la cama pretendiendo intentar que durmiera más cómodamente. Pero él ha buscado su propia comodidad aferrándose a mi cintura.
- Pero mira - Dije en voz baja hacia Rashid, quien estaba profundamente dormido. Toqué su rostro con suavidad y lo acaricié por completo. Ya había curado su herida con mi sangre, y había limpiado el rastro del líquido rojizo - Duerme como un bebé - Comenté al aire y sonreí.
Pasaron unas dos horas quizás. Ya mi cuerpo se sentía algo incómodo, por lo que me moví y salí con cuidado del agarre de Rashid; instintivamente él se movió y buscó su comodidad sobre la cama. Lo observé unos segundos notando cómo respiraba con calma mientras dormía plácidamente. Me acerqué moviendo los mechones de cabello dorado que caían sobre su rostro y comencé a dar beso tras beso sobre éste.
No había extrañado hacer eso porque no lo recordaba antes, pero volver a hacer aquél mismo gesto que repetía cada vez que podía cuando nos habíamos casado, se sentía realmente bien.
Lo admitía, me gustaba mimarlo. A Rashid le gustaba mucho recibir ese tipo de atención de mi parte.
- Supongo que volveremos a vernos y hablar en unos días - Seguía hablando como si él pudiese escuchar - Debes estar tan agotado. Han sido tantas cosas.
Podía sentirlo. Sentía la inmensa debilidad en su cuerpo, en su energía, todo él. Y para recuperarse, lo principal que necesitaba era dormir.
Realmente no hice mucho durante el tiempo que estuvimos ambos allí solos dentro de la habitación. En la noche fué mamá quién me llevó algo de cenar. Al parecer ella era la que se sentía más en confianza para llegar allí arriba y pasar, aunque no se quedó a hacerme compañía.
- Estaremos abajo por si necesitas algo más. Sé que no saldrás de aquí hasta que Rashid se estabilice un poco más. Así que cualquier cosa, me avisas - Dijo con tranquilidad, dejó un beso sobre mi frente y se fué.
Luego de cenar no hice mucho. Rashid llevaba ciertas horas durmiendo, y yo no tenía qué hacer. No encendí el televisor, no tenía teléfono, no quería leer un libro,y muchas de las cosas en la habitación que eran mías ya no estaban. Por lo que me sentí algo perdida y extraña. Quería hacer algo, pero no quería salir de la habitación aún.
- Me voy a morir del aburrimiento - Solté al aire estando acostada en una orilla de la cama, mientras me movía algo inquieta.
- Morir del aburrimiento suena muy extremo.
Eschuché una voz masculina en un tono algo bajo que me hizo dar un salto estando allí acostada. Tan distraída estaba, que el sustito me ha hecho caer de la cama de repente.
«Lo admito. Fué ridículo y algo gracioso.»
- Dios mío- Me levanté del suelo y me asomé por encima de la cama - Joder. Me has asustado - Reí al darme cuenta de lo que había pasado - ¿Hace cuánto están allí? No los he notado en lo absoluto- Pregunté al ver a Hasid y Hasret cerca de uno de los muebles de la habitación.
- Sabemos que es inapropiado entrar aquí sin autorización. Pero no hemos podido evitarlo. Lo siento - Expresó Hasid con rapidez.
- Y llevamos aquí solo unos segundos - Hasret respondió a mi pregunta.
- Ya veo. Lo más lógico es que me hubiese dado cuenta si llevasen más tiempo allí - Mencioné lo que consideré más lógico al meditarlo. Luego los miré nuevamente - Y no se preocupen. Está bien que hayan pasado. De hecho, pensé que vendrían antes.
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¿Quién es Rashid? ✓[Completada. SIN EDITAR.]
RomanceRuelle. Una chica que se permite el lujo de vivir su vida al máximo. Una chica que no se permite los límites. Una diva por excelencia, con un carácter fuerte y un corazón noble y bondadoso. Ella siendo solo ella, transmitiendo luz y brillo a cada lu...