CAPÍTULO 23

1.6K 239 15
                                    

5 meses después:

No diré que todo va mucho mejor, pero tampoco está peor. Todo sigue su curso normal.

Después del cumpleaños de Serafine pude hablar con Madani sobre lo que pasó esa noche. No quería que las cosas se volvieran incómodas y afortunadamente no se tornaron de esa manera, él se disculpó por su atrevimiento y me dejó claro que no pretendía irrespetar a Rashid, ni a lo que nosotros tuviésemos.

A pesar de que estaba más que claro que a Divine aún continúa gustando de Madani y que ella vió lo que pasó esa noche, su actitud hacia mí no cambió. Quizás en un principio fue algo raro, pero ella decidió hablarme sobre lo que había pasado con ellos antes, yo fuí muy sincera al decirle que yo no siento por Madani nada más que una amistad, la única persona que me interesa de manera romántica es Rashid y que no prentendía quedar en medio de lo que sucedía entre ella y Madani. Divine fué muy honesta al decir que la única persona que sentía algo allí era ella por el hombre de los ojos grisáceos, así que no tenía sentido dar muchas explicaciones.

( Obviamente, dentro de mí, yo sí creo que aún hay un sentimiento extraño entre esos dos. Madani solo se ha confundido conmigo. Puedo estar más que segura de eso.)

Pero la verdad es que, el asunto con respecto a ese tema quedó cerrado. Yo no tengo nada que ver allí, así que será tema de ellos. Bueno, eso sí lo que yo creo es correcto.

Por otro lado. Con respecto a Rashid y a mí las cosas han estado tranquilas. No han cambiado mucho. Khaia sigue siendo su prometida, según ella y el consejo (cabe destacar que el padre de Madani por alguna extraña razón comenzó a tomarme algo de respeto y además, se ha negado a aceptar el acuerdo de compromiso entre Rashid y Khaia, algo que está muy a favor de Rashid.)

Khaia en varias ocasiones intentó seguir a Rashid, pero éste siempre terminaba a mi lado así que eso comenzó a cansarle hasta el punto en el que solo pareció rendirse. Ahora solo la vemos poco cuando aparece junto a algún guardia del consejo. O en las reuniones en las que ha estado presente cuando nos presentamos ante Rashid como el Harem, eso no ha quedado olvidado.

- No, Rashid - Suelto una carcajada al sentir su respiración haciéndome cosquillas sobre mi cuello. Estoy siendo abrazada por él cariñosamente mientras estamos en la cama.

«No piensen mal, no lo hagan.»

Siendo sincera si hubo una especie de cambio. Rashid de alguna forma ahora es mucho más cercano a mí, hay algo entre ambos que se siente tan correcto. Ese carácter receloso es menos visible cuando está conmigo, y es tan cariñoso y afectivo que resulta adictivo. Es como si quisiera más de él para mí y él estuviera dispuesto a dármelo sin objeción alguna. Conozco los límites anteriores y no me atrevo a cruzarlos por respeto a él, no lo presiono solo dejo que fluya.

Sorprendentemente no han habido más ataques de descontrol, ni al ser provocados por el consejo, ni por su problema para controlarse a sí mismo cuando se enoja. Pues, ciertamente...no, mejor dicho: Sospechosamente, todo está muy tranquilo.

- Tengo derecho a besarte todo lo que se me plazca y dónde se me plazca. Lo has dejado muy claro anoche - Dice sonriendo con tranquilidad cuando se aparta de mi cuello y me ve como un muchacho travieso que está cumpliendo su cometido.

- Eres un atrevido - Me mantengo sobre él pasándo mis brazos por sobre sus hombros anchos.

Llevo unas que otras noches durmiendo con él desde el cumpleaños de Serafine. Y siendo totalmente obvia, puedo decir que unas cuantas de esas veces no hemos venido precisamente a dormir en su habitación. La noche anterior habíamos terminado haciéndolo en ese lugar de la piscina que él llamó anteriormente como: " Su lugar de relajación" o algo similar, pero no ha sido suficiente. Al llegar a su habitación ninguno de los dos parecía haber tenido suficiente.

¿Quién es Rashid? ✓[Completada. SIN EDITAR.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora