¿Quién es Rashid? ✓[Completada. SIN EDITAR.]

CAPÍTULO 15

— No voy a ponerme eso — El rostro de Divine refleja completamente su inseguridad al ver lo que le muestro.

— Es la primera vez que el príncipe saldrá de ésta forma con el harem ¿No es así? — Yo le extiendo el vestido que he hecho lleno de brillo, siendo revelador, pero evitando ser extremadamente excesivo.

El príncipe fue invitado a un club de alta clase que será inaugurado el día de hoy. Se ha invitado a algunos miembros del consejo y a su Alteza con el harem. Eso era de lo que Rashid hablaría en el desayuno el otro día, pero hubieron unos que otros inconvenientes.

El caso es que yo me he encargado oficialmente de crear cada atuendo que utilizaremos para salir de palacio. Todos tienen similitud en cuanto a brillo y tela, pero hay modelos diferentes. Estoy harta de ver a las chicas vestidas con tanta tela. Los trajes que suelen usar y los vestidos suelen ser lindos, pero son demasiado cubiertos e incómodos en ciertas ocasiones. Y eso es solo porque Rashid se encargó de que fueran así "por seguridad". Siendo claros, teniendo harapos o no, las chicas son increíblemente hermosas, cubrirlas no hace una diferencia. Además las he visto quejarse más veces por todo lo que usan que por no tener tanta libertad al salir y ya para mí eso es mucho.

Mientras yo esté en palacio puedo agregar un toque diferente, aunque eso no le agrade mucho a Rashid, sé que a ellas si les alegrará.

— Ésto definitivamente me sienta fabuloso — Jasmine se pasea frente al espejo con un vestido negro ceñido al cuerpo, le llega por sobre los muslos, lleva tirantes y decoraciones a los largo con cristales. Su cabello está recogido en una coleta, lleva sandalias de tacón a juego con el vestido y su maquillaje es neutro, así como el de todas nosotras, y Serafine quien lleva su rostro libre de maquillaje.

Se supone que ella es una niña, no debería entrar a lugares así, pero es una inauguración, además las cosas por aquí funcionan algo extrañas, ellos creen que una niña en el harem del palacio está más que bien. Fuera de palacio no está permitido en lo absoluto, pero dentro está bien como una futura miembro eficaz. Asco es lo que me da pensar en ello... Y se lo dejo pasar a Rashid porque su intención al tener a Serafine dentro del harem fue para protegerla de un futuro terrible al que sus padres podrían haberla sometido. Aquí ella es tratada como a todas las demás por el príncipe, con respeto y atención adecuada.

Aún así, eso no evita ciertas circunstancias como la de participar en los bailes, claro cuando son minuciosamente aprobados por el príncipe. Si él decide que es inadecuado para alguna, la rutina de baile queda totalmente descartada si eso las incluye a todas.

« Yo me excluyo del asunto porque soy rebelde. Jeje. No mentira... O, bueno, si un poco. »

En fin, ahora que se ha invitado a todo su harem a un asunto oficial, obviamente Rashid no dejaría a Serafine a la deriva totalmente sola mientras todas nos vamos y los guardias en los que confía están cumpliendo su labor junto a él, por eso ella no puede faltar.

El vestido de Serafine es por mucho más recatado, sin embargo no es aburrido y es igual de precioso que los demás. El de ella es negro con dorado, la parte de arriba es ceñida a su cuerpo, dorado con encaje de flores en negro, luego en su cintura sale una falda no tan pomposa que llega hasta por encima de sus rodillas sin ser extravagante con algo de tul negro. Sinceramente, su vestido me gusta mucho, su brazos van descubiertos, pero la parte de arriba llega a su cuello, el encaje brilla y sobre el tul caen varios hilos de brillo y mini cristales que hacen una combinación increíblemente perfecta.

— Tu te ves fabulosa, pero no más que yo. Eso es seguro — Serafine luce muy contenta con su apariencia y no pierde tiempo en alardear sobre ella. El vestido la hace lucir más preciosa, su cabello está perfectamente arreglado en ondas, haciendo que ese color casi dorado se vea increíble. Sus sandalias tienen algo de tacón, pero es bajo. No lleva maquillaje, pero no hay necesidad, el vestido y el brillo hacen que ese color azúl increíblemente espectacular y peculiar que parecen portar casi todos aquí dentro se vea mucho más asombroso. No hay una chica del harem que no tenga ese magnífico azúl en sus ojos, yo soy la única excepción con mis ojos de color ámbar que a veces parecen confundirse con el dorado.