CAPITULO XV

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-Aahh...- se escuchaban los gemidos de la dulce joven.

-¿Te gusta?- dijo con tono seductor.

-S~siii...aahh!

-Sshhhh- le dice en el oído- te pueden escuchar nena...

-¡N-no...N-no m-me impr-importa!

Las embestidas del joven se volvieron erráticas, la pasión, el deseo y el amor que esas dos almas se estaban mostrando era verdadero y sincero, ambos se entregaban a la lujuria y al amor que sabían que no podía ser pero no podían evitarlo.

-¡Aahhh!- gime la chica con desesperación- T-t-te ¡AMOOOO!

Despertó de golpe y su respiración era rápida, estaba sudando y no podía entender porque había recordado esa noche.

Sus manos estaban temblando y mierda no podía dejar de oír esa hermosa voz que jamás podrá olvidar y cómo hacerlo con un demonio ¿Cómo? si ama tanto a Mina que ya no puede sacarla de su terco corazón.

-Mmmm Kirishima- habla una voz a su lado- ¿Estás bien amor?

Eijirou ve a su actual pareja, su rostro reflejaba preocupación, era una hermosa joven que había conocido en uno de los bailes de Kaminari, le regaló una sonrisa y le dio un beso en su espalda desnuda.

-Estoy bien cariño- habla tenue- vuelve a dormir.

Vio como la joven se volvía a comprar en su cama y se tapaba su figura desnuda con la sábana, se levantó y se puso su ropa interior fue directo al balcón, necesitaba pensar y mucho aire, era todo un caos estar enamorado de otra mujer cuando andas con otra mujer, vaya mierda tenía que estarle pasando a él.

Dirigió su mirada al cielo estrellado, una noche así era digno de apreciar y no pudo evitar pensar en ¿cómo estaría Mina en esos momentos?, ¿Aún recordará los momentos que pasaron juntos?, dió un largo suspiro él sabía que la había cagado de la peor manera...dejar a la mujer que amas en el último minuto es algo para arrepentirse toda su puñetera vida pero ya no podía volver el tiempo atrás y ya era hora de dejar de recriminarse...era lo mejor para todos.
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Bakugou se encontraba acostado viendo hacia el techo y no podía dejar de pensar en lo que había dicho el rey Kai, él casado con Toga ni en un millón de años, tenía que admitir que daba buen sexo pero nada más, él jamás se imagino estar casado con una mujer como ella es más nunca se imagino estar casado con ninguna mujer.

No pudo evitar voltear a ver a Ochaco y tenía que admitir que se veía hermosa, un completo ángel con su rostro relajado y sus labios medio abiertos, está maldita lo estaba cabreando y lo peor de todo es que no sabía el ¿por qué estaba de esa manera?...enamorarse él puta, jamás, esas tonterías de el amor hacia otra personas son simples mierdas sin sentido.

No pudo evitar suspirar y decidió levantarse, la vio por última vez antes de abandonar la recámara, necesitaba estar lejos de ella, necesitaba pensar, fue al jardín para tomar un poco de aire.

-No deberías estar aquí- habla sin despegar la mirada del cielo estrellado.

-Y-yo quería saber si estabas bien- responde la castaña.

-Sabes para ser alguien tan ajeno a mi- se gira para verla- eres una entrometida cara redonda.

-No considero que sea así Bakugou-kun- se acerca a él- aunque no lo creas me preocupo por ti...

-Si claro- dice en tono burlón.

-¡Es verdad!- sus mejillas estaban levemente sonrojadas- se que no era de gran importancia venir a este lugar contigo pero...pero estoy feliz de haberlo hecho.

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