BUSCANDO EL AMOR ❤️Kacchako❤️

CAPITULO LI

-Gracias por acompañarme a tomar un café Deku-kun- habla delicadamente- en verdad necesitaba mucho distraerme y despejar mi mente.

-Estoy para servirte Uraraka-san- responde el pecoso- además yo tenía ganas de verte- dice sonrojado.

Ochaco sonríe con ternura, sabe que es difícil para él dejar de tener sentimientos hacia ella pero se alegraba de ver que en verdad estaba intentando verla con otros ojos.

-¿Haz sabido algo de Kacchan?- toma un sorbo.

La sonrisa de la castaña va desapareciendo poco a poco y un rostro triste se refleja.

-No- mueve su cuchara- ya no he obtenido ninguna carta de él y...y yo tampoco he querido mandarle, tal vez esté ocupado por eso no ha tenido tiempo de escribirme...- mira su taza con melancolía, dirige su mirada a su amigo y una sonrisa se forma- pero está bien yo esperaré todo el tiempo que sea necesario.

Midoriya la ve con preocupación y pone su mano sobre la ajena para darle confort.

-Kacchan volverá pronto Uraraka-san- la mira con determinación- él volverá por ti.

Izuku ve como sus ojos se iluminan por la ilusión de sus palabras, un brillo hermoso que nunca pudo precibir hacia él... Uraraka amaba de verdad a Bakugou y él...

-Muchas gracias Deku-kun- sonríe en grande- eres un gran amigo.

Amigo...si, es todo lo que podía ser de ella...

-¡OCHACO!

Ambos jóvenes dirigen su mirada a la voz que acaba de gritar su nombre de ella reina, la castaña queda paralizada y el temor se apodera de ella, su madre la veía con un rostro furioso.

-M-madre...¿Q-qué...?

-Vamonos ahora mismo- la toma de la mano y la jala con poca delicadeza.

-¡Sueltela!- se para un peliverde enojado- no tiene derecho de tratar a su monarca de esa manera.

La madre de Ochaco se gira indignada por la osadía de el joven.

-¿Qué no tengo derecho?- aprieta el agarre de la muñeca de la castaña- esta niña es mi hija y reina o no soy su madre por lo que tengo derecho de reprenderla por su comportamiento vulgar y decoroso.

El corazón de la joven comenzó a latir a gran velocidad y un gran temor le impidió reusarse cuando su madre la jalo para su carruaje, miró con pánico a Midoriya y él solo vio como se iba con esa mujer, tardó un par de minutos en comprender que Ochaco no quería estar cerca de esa persona por lo que fue rápidamente a su carruaje para comenzar a ir a la mansión Uraraka.

Cuando llegaron la mujer bajo sosteniendo a la joven de su muñeca con mucho más fuerza que la anterior, la servidumbre hacia reverencia cuando veía a la reina pasar pero a Ochaco poco le importó eso, el pánico estaba apoderado en ella, llegaron a la que era su habitación y solo escuchó la puerta ser cerrada.

-M-madre...- el ardor en su mejilla era inevitable gracias al golpe recibido.

-Es la segunda vez que te veo con ese hombre- la abofetea en la otra mejilla- el rey no está y tú andas de puta con él...¿qué hice para merecer una hija como tú?

Ochaco pone ambas manos en sus mejillas mientras las lágrimas empapan su bello rostro, siente como la toma por sus cabellos para comenzar a jalonearla.

-¡BASTA!- grita la castaña- ¡YA NO MÁS!...¡KATSUKI...AYUDAME!

Sabia que era en vano pues su esposo estaba a kilómetros de distancia y no podía oír sus lamentos.