BUSCANDO EL AMOR ❤️Kacchako❤️

CAPITULO XXXIII

Una vez que la joven se puso su bata, Bakugou la tomo de la mano con una delicadeza que incluso él no sabía que poseía y la guió hacia donde se encontraba el caballo, el rubio la tomó por la pequeña cintura y la subió al corcel para luego él hacer lo mismo y quedar detrás de ella, comenzó el transcurso directo al palacio, ambos felices y plenos.

Había costado mucho hacer que la castaña dejará de llorar, la tomo de sus mejillas para proporcionarle besos y susurrarle de que todo estaba bien...había hecho todo eso para calmarla pero no era suficiente, estaba traumada y no sabía quién había sido la maldita basura que le ocasionó tanto dolor a su mujer.

Iba a veriguarlo y lo haría pagar por haberle causado tanto dolor, cuando llegaron Katsuki fue el primero en bajar para luego tomarla y cargarla a estilo princesa, de ese modo, ingresó al castillo para dirigirse a sus respectivas alcobas, abrió la puerta de Uraraka y la colocó en la cama de forma suave para luego sentarse enfrente de ella.

-¿Te vas?- pregunto de manera suave.

-Debés dormir cara de ángel- la mira a los ojos- ya casi amaneve y ninguno de los dos ha dormido.

-Y-yo...- decía su rostro sonrojado- m-me gustaría que te quedarás...ya sabes...- trata de no ver a su prometido- a dormir conmigo...

Katsuki forma una sonrisa ladina, esa mujer lo iba a matar por tanta maldita ternura y belleza que incluso ella era ignorante de tales dones.

-Descuida cara de ángel- la toma de sus mejillas y la obliga a verlo- en cuanto nos casemos no te podrás desaser de mi tan fácilmente...- acerca su rostro al de ella y queda a milímetros de sus labios- porque no permitiré que te me escapes de las manos...

Dicho esto junta sus labios para comenzar a besarla, era suave, sin prisa, tenía todo el tiempo del mundo para disfrutarla y esplorar cada sentimiento que él sabía ella le daría, fueron separándose poco a poco para luego juntar sus frentes.

-Creo que deberías irte ya...

-¿Ah? ¿Acaso me estás corriendo desgraciada?- su voz sonó gruesa.

-Si- dice de manera simple- creo recordar que dijiste que esperará hasta la boda, así que vete ya.

-Maldita astuta- la mira con su típico seño fruncido- mira que utilizar mis propias palabras en mi contra...ningún idiota se ha atrevido a tanto descaro como tú.

-Bueno siempre hay una primera vez- comenzó a reírse la castaña, Bakugou creía que podía morir en ese instante.

-B-bueno sí...- desvía su rostro sonrojado para que ella no pueda verlo- me largo pero no porque me lo dijiste tú maldita cara redonda sino porque yo decido hacerlo.

Se le anta de la cama y se dirige a la puerta para abrirla, antes de cerrarla por completo siente como es jalado de su camisa, sus labios son interseptados por los de ella, estaba sorprendido por tal acción que no lo dio tiempo de corresponder.

-Descansa Bakugou-kun.

Cierra la puerta dejando a un rubio perplejo, parpadea un par de veces antes de reaccionar, una sonrisa se forma en sus labios, dirige su mano izquierda a esa zona, aún puede sentir los besos de la castaña, jamás se imagino estar enamorado y tenía que admitir que se sentía como un completo estupido pero por ella valía la pena.
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El día estaba hermoso, el sol iluminaba el cielo con todo su esplendor mientras los pájaros cantaban al volar, la brisa del aire podía entrar por la ventana provocando que se sintiera relajada, suspiró por puro placer, estaba feliz.

-Él día de hoy se ve radiante mi lady- habla su mucama.

-¿Tú crees?- se mira al espejo mientras ve como terminan de arreglarla.