CAPITULO LVIII

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-¿A dónde vamos mi señora?- pregunta una curiosa peliazul.

-A ver a una vieja amiga- mira por la ventana del carruaje- me enteré de que está delicada de salud y quiero verla- mira a Nejire- ella es como si fuera una madre para mí, cada que me caía o mi madre me maltrataba solo bastaba con que me diera un beso para sanar mis heridas.

-Que lindo gesto.

-Asi es...mira llegamos.

Ochaco descendió del carruaje con ayuda de su paje, la pequeña cabaña estaba igual a como lo recordaba, cuando era pequeña se escapaba para visitar a su nana pero con los constantes exigencias de su madre dejó de acerlo...hasta cierto punto por temor a ser descubierta, tocó la puerta y fue recibida por una joven mujer.

-Buenas tardes- saluda Ochaco.

-Su majestad- hace una reverencia- me honra con su presencia en está humilde casa.

-Por favor no hagas eso- se ruboriza- vine a ver a tú abuela ¿Se encuentra?

El rostro de la joven se entristece y asiente con la cabeza, se hace a un lado para que la castaña junto con Nejire ingresen a la pequeña cabaña.

-Sigame por favor.

Ochaco sigue a la joven que la guía a un cuarto en donde se encontraba la mujer que ella considera como una segunda madre, se acerca a ella y coloca la canasta en el buró a lado de la cama, se sienta en una silla que está ubicado enfrente de la misma.

-Querida niña ¿Cuánto tiempo sin verte?- su voz sonaba cansada.

-Chiyo-san- coloca su mano sobre la contraria- mucho tiempo...no la había visto desde que mi madre la despidió por mi culpa.

-Oh querida, no fue culpa tuya- la mira- tarde o temprano se iba a dar cuenta de que era yo la que te obsequiaba esos dulces.

-Lo sé pero- sus ojos comenzaron a cristalizarse- no sabes cuanta falta me hiciste...sin ti, no había nadie quien me protegiera de mi madre.

-Querida niña...no me he sentido del todo bien y temo que mi hora ha llegado pero no quisiera irme sin antes decirte la verdad.

-N-no entiendo ¿a qué se refiere?

-Vivi muchos años para la familia Uraraka- la miraba con ojos opacos- yo estaba mucho antes de que tú llegarás a la familia...querida lo que te diré no es fácil de asimilar y tampoco comprender pero no quiero dejar este mundo con este peso tan grande que cargo...- la mujer observa atentamente a Ochaco- tus padres no son tus padres.

La castaña se sorprende y aleja su mano de la contraria para llevarla a su pecho mientras que la izquierda acaricia su vientre...sus lágrimas son derramadas y una mirada de confusión se muestra en el rostro de ella, tenía que calmarce por el bien de su bebé.

-P-pero que dices- su voz sonaba entrecortada- sé que mi madre era despiadada conmigo pero tampoco es motivo para inventar calumnias Chiyo-san.

-Por favor permíteme explicarte las cosas- Ochaco traga duro para luego mirarla con atención- cuando yo conocí a tú madre era una hermosa joven de 16 años una bella joven casadera, ella y su majestad Masaru eran muy buenos amigos, tan cercanos como si fuesen hermanos o eso es lo que sentía el rey pero desafortunadamente tú madre sintió más que una simple amistad...ella amaba tanto al rey Masaru que anhelaba casarse con él, un día llegó una bella joven hija del archiduque de Tailandia, al verla el rey Masaru quedó encantado con ella y quién no, si era una hermosa joven con carácter, inteligente e independiente era lo contrario a todo lo que él conocía... tú madre no era ni un poco de lo que la reina Mitsuki fue y es, su majestad comenzó a cortejar a la bella joven claro que ya no le prestaba la misma atención a tú madre por lo que decidió hacerse amiga de la reina Mitsuki para poder quitar la atención que rey le tenía...pero sus intentos fueron nulos al anunciar su compromiso...eso la destrozó pero no se rindió, quería al rey Masaru para ella pero al final fracaso, a los pocos meses se casaron y tú madre le tomo mucho odio y rencor a la reina. Sus padres la comprometieron y casaron con tú padre pero ella se negó rotundamente a consumar el matrimonio pero su posición estaba en riesgo así que debía hacerlo si o sí...intentaron varias veces para que ella quedará embarazada pero nunca pudieron concebir un bebé...aún después de casarse seguía llendo al castillo para estar cerca de su amado fue ahí cuando se enteró de que la reina Mitsuki esperaba al heredero Katsuki...eso la destrozó pero aún así seguía siendo muy cercana a la familia real, un día su majestad Mitsuki le confesó su emoción al enterarse que la reina de china estaba embarazada, ellos eran amigos muy cercanos por lo que decidieron comprometer al bebé con el príncipe Katsuki que ya contaba con tres meses de nacido, tú madre estaba muy indignada con su destino pues no podía creer que una criatura que aún no nacía ya tenía todo lo que ella anhelaba que era casarse con un Bakugou, después de eso el rey Masaru y la reina Mitsuki llegaron con una criatura de apenas un mes de nacida... tú madre les pidió que te dieran a ella para hacerte pasar por su hija, nadie sospecharía ya que gracias a la depresión se encerró por varios meses en su casa...nadie la había visto y solo la servidumbre sabía la verdad, Mitsuki y Masaru aceptaron felices y como no si eran muy buenos amigos pero ninguno de ellos sabían del infierno que tú tuviste que pagar...lo siento tanto mi niña...créeme que si yo hubiese podido salvarte de esa mujer lo hubiera hecho sin importarme las consecuencias.

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