7. ¿Voces?

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Alison Campbell

Esto es una locura; a veces no entiendo mis ideas, pero si soy honesta, no siento que Liam sea una mala persona, es solo una persona que actúa mal. Ya creo entender sus intenciones y sé que lo hace para ayudar a los demás.

—Gracias. —digo mirando el fuego que se ve a lo lejos.

No me responde; entonces me vuelvo a mirarlo, el naranja de las llamas de fuego se refleja en el negro de sus ojos y hace que su mirada fría se torne escalofriante, esa mirada sin sentimientos me hace imaginar sus pensamientos, pienso que muy en el fondo debe sentir remordimiento por sus actos.

—¿No quieres saber por qué te di las gracias? —hablo de nuevo.

—No, pero tengo la sensación de que me lo vas a decir de todos modos. —responde aún mirando el fuego.

—El antepenúltimo nombre en la lista, Dylan Fischer fue mi primer novio —revivir esos momentos de mi vida me da un hueco en el pecho—. Hace más de un año lo secuestraron y ... bueno, sus padres no tenían el dinero que pedían, no el suficiente, cuando lo consiguieron ya era demasiado tarde. Por eso te agradezco que lograras hacer pagar su muerte.

Sentirme feliz por la muerte del padre de mi mejor amiga es cruel, Amanda debe estar devastada y yo estoy aquí agradeciendo a su asesino por su muerte.

—Como digas. —responde sin más.

Al ver su mirada siento que algo anda mal; mis teorías son correctas, él siente remordimiento. Su mirada vacía no significa tranquilidad, sino culpa. Estoy completamente segura.

—Puedes decirlo, no diré nada. —comento, tratando de que él acepte sus sentimientos.

Liam se gira y me mira con una ceja levantada.

—¿De qué estamos hablando? Me perdí.

—Te sientes culpable por lo que hiciste; pero no te preocupes, para cualquier problema mental y emocional hay solución, de hecho hay tratamientos. —le explico y frunce el ceño.

—Sí, tienes razón —habla y siento una leve alegría—. Deberías acudir a tratamientos, tus problemas mentales y emocionales me provocan estrés. —Y en un segundo mi felicidad se fue.

—Estoy hablando de los tuyos.

—No tengo problemas.

—Si los tienes.

—No sabes nada.

—Explícame, quieres que te entienda pero no me explicas.

—Yo nunca dije eso.

—Si te das cuenta de lo maldito que eres.

—El maldito al que te estás follando —dice y me quedo en silencio—. Créeme que así te lo explique; nunca lo entenderás, nadie puede entender cómo soy.

—A lo mejor yo pueda.

Ríe falsamente.

—Alison responde algo: ¿qué harías si tuvieras varias personas hablando, dando opiniones y obligándote a hacer cosas que no quieres en todo el día? —pregunta, y es la pregunta más extraña que me han hecho.

—No lo sé ... tal vez me estresaría o me volvería loca. —repondo con sinceridad.

—Bien, ahora imagina que no son personas sino voces que crea tu propia mente, voces que nunca podrás silenciar. —dice y veo como sus manos aprietan la tela de sus pantalones.

—¿Qué? —cuestiono.

No vuelve a hablar y solo escucho su respiración lenta.

<< voces >> repito en mi mente, ¿Liam sufre de algún desorden? Entiendo cada vez menos.

IAN - [Todos tienen su lado oscuro] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora