41. Movimientos.

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Alison Campbell. 

De todo lo que me dijo el primo de Liam, solo comprendí dos cosas; la primera es que debo cuidarme y esconder mi embarazo, fingiendo normalidad y la segunda es que Liam y yo debemos tomar algún tipo de distancia. Eso no es algo difícil para ninguno de los dos, ya hemos pasado por distanciamientos y en esta ocasión eso es de suma importancia. El tío de Liam no debe enterarse de mi extraña "relación" con Liam o de mi embarazo, ya que seríamos un blanco fácil.

Las vitaminas y recomendaciones de Benjamín me han ayudado a evitar un poco las náuseas y el agotamiento excesivo. Sin embargo, lo único que no puedo controlar es mi apetito, el cual Angelica ha notado y siempre me ayuda a conseguir lo que quiero a escondidas de todos.

Últimamente, Liam se ha mantenido alejado de todos, ya que la medicación le causó efectos secundarios. También pelea con Benjamín diariamente, hasta que llegan a los golpes y Eliot intenta separarlos. Ya es una rutina de la que todos hemos sido testigos.

Todas las chicas nos encontramos en la sala de estar; Narkissa está sentada al otro lado de esta, sentada en un sillón, Petya está en el sofá con la cabeza de Sky en su regazo, Angélica está sentada a mi lado y las hijas de Eliot están jugando con sus juguetes sentadas en el suelo. La niña mayor intenta entretener a la niña más pequeña que apenas puede sentarse. Ver a la pequeña me produce ternura y me hace pensar que si mi hijo nace será así.

Yo si quería tener hijos, pero dentro de muchos años, no a esta edad y no en estas condiciones. Sé que nada será fácil y mi mayor problema serán los comentarios de otras personas. Sin embargo, sus opiniones valen una mierda para mí, ya han dado su opinión sobre mi vida y no dejaré que hagan lo mismo con mi hijo, no seré igual a mi madre, quien nunca defendió a su hija de los comentarios y críticas.

—Alison —me habla Sky—, ¿te quedarás con nosotros mucho tiempo? —pregunta con curiosidad.

—No lo sé, tal vez no. —respondo y ella me da una pequeña sonrisa triste.

—Hay algo que no entiendo, si ella no es parte de su familia, ¿por qué está aquí? —pregunta Narkissa, mirando a Angélica y luego a mí.

—Porque es mi amiga y no tengo que dar más explicaciones. —Angélica responde algo cortante.

—Ya veo, ya veo. Gran amiga. —habla con vacilación y Petya rueda los ojos.

—Disculpen a mi hermana, ella es así desde que nació —espeta Petya—. Alison tiene mucha suerte de tener una amiga como Angélica, ¿cómo se conocieron?

—En el trabajo, trabajamos juntas en una empresa hotelera.

—El mundo hotelero; fiestas formales, gente corporativa, trámites. Qué aburridas son —interviene Narkissa—. Y yo que pensaba que tenías una vida más divertida. Con el hijo que tienes, no se puede esperar menos.

Ese comentario me saca de mi circuito. ¿Con el hijo que tiene?, ¿Quién se cree que es para decir algo así?

—¿Con el hijo que tengo? —Angélica indaga con poca paciencia.

—¡Narkissa! —secunda Petya.

—Sí, pero no te preocupes, no lo digo de mala manera, solo pensé que tu vida era pura adrenalina por como es. No te enojes. De hecho, no podría decir nada malo de tu hijo, debo aceptar que es un potencial de hombre muy llamativo. Tal vez solo necesite una mujer a su nivel. —dice con petulancia.

Me pongo seria ante tal cosa y trato de quedarme en mis casillas para no decir cosas de las que pueda arrepentirme. Angélica, por su parte, se burla de ese comentario con ironía.

IAN - [Todos tienen su lado oscuro] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora