4. No necesitas saber más.

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Liam Connor.

Suena mi celular y es la llamada que estaba esperando. Mis pertenencias ya han llegado a la ciudad y justo cuando más las necesito. Salgo de la empresa aprovechando que no tengo trabajo que hacer y conduzco hasta la casa que compré esta mañana, según las fotos y papeles es la casa perfecta para mis necesidades y si que lo es; está fuera del alcance de la gente, es grande, con muchas habitaciones y eso es justo lo que necesito.

Al llegar, el camión ya está afuera de la propiedad. Les digo a los hombres que entren las cosas mientras reviso la casa en detalle, cuando bajan las cajas negras doy la orden de acomodarlas en una habitación. Ésta será mi habitación especial.

Después de que los hombres se van, subo al segundo piso y abro las cajas negras, encontrándome con mis compañeras; entre estas una Beretta 92 F, Walther P99, CZ SP-01. Varias navajas entre ellas tengo algunas cabriteras y capadoras; también cuento con cadenas gruesas y delgadas, corbatas, cuchillos.

Podría hacer una lista, pero eso llevaría demasiado tiempo.

Me decido por la pistola Walther P99 para proteción y agarro un martillo. Estoy decidido a encontrar a ese violador esta noche.

Repaso mentalmente todo lo que sé hasta ahora: varios atentados de violación ocurrieron en los callejones de las calles del sur donde hay una variedad de restaurantes y tiendas. Esa rata tiene las cosas bien calculadas, en esos lugares es muy común ver chicas comprando o cenando con sus amigas. Ya sé por dónde empezar mi búsqueda.

Me pongo una chaqueta negra, una gorra del mismo color y mis respectivos guantes de cuero negro. Se podría decir que es mi estilo psicópata, un estilo que me hizo creer Corwin.

Subiendo a mi auto reviso la dirección y conduzco hasta allí, sus calles son normales. Sin embargo, los callejones son extremadamente oscuros, perfectos para cometer pecados. Aparco el auto cerca de los callejones donde nadie lo ve y me bajo para caminar discretamente comprobando los movimientos de todas las personas que me rodean, buscando un tatuaje o una cicatriz.

Camino por varios restaurantes elegantes, pero no hay señales de la rata. Pasan los minutos y las horas y no hay nada. Cae la noche y eso me da una buena sensación, es más probable que me encuentre ese sujeto por la noche. Mientras vuelvo por las calles veo algo curioso; hay un hombre parado en la esquina de un callejón mirando su reloj y por encima de su muñeca puedo ver algo parecido a un tatuaje, solo que su sudadera me impide identificar de qué se trata. El hombre camina unas calles y yo lo sigo, quiero verle la cara, pero con la capucha de su sudadera, se me es imposible. Cuando me detengo por un momento, siento que me observan, y eso no es bueno.

Miro a mis lados con cautela y en la esquina de la calle veo como se esconde una persona de cabello castaño. <<Maldita entrometida>>. Qué demonios está haciendo aquí.

Doy la vuelta a la esquina y espero apoyado contra la pared, minutos después pasa y la asusto sujetándola con fuerza de la muñeca.

—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunto enojado.

—¿A quién vas a matar? —inquiere.

—¡Te hice una pregunta!

—Yo, yo estaba cenando con una amiga y te vi a través del cristal del restaurante.

—¿Y no pudiste quedarte con ella? No quiero a nadie en esto.

—No lo hagas.

—¿No hacer qué? No estoy haciendo nada. —miento.

—Mentiroso.

Estaba a punto de responder, pero concentro mi atención en el hombre que entra en un callejón. Si entro yo, se pondrá en alerta antes de pueda ver su rostro y reconocer si es o no el violador. Miro hacía atrás a Alison y se me ocurre una hermosa manera de divertirme.

IAN - [Todos tienen su lado oscuro] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora