42. Sentimientos extraños.

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Liam Connor.

No sé por qué vine a esta misión de mierda, solo vine a perder el tiempo y a ver cómo casi matan a Benjamín. Lo único bueno fue que los hombres de Benjamín obtuvieron las armas, aunque todavía no estoy seguro de para quién son. Sin embargo, me dá igual, no me importa con quien o no se relacione el idiota de mi primo.

Después de horas de camino, llegamos a la casa por la noche. Benjamín es el primero en salir de la camioneta con sus hombres y se dispone a hablar por su celular, lejos de nosotros. Supongo que está organizando la entrega de armas.

—Reed, ¿puedes llevar las armas a la otra ciudad? Harper te esperará. —Benjamín habla con uno de sus hombres, después de terminar su llamada.

—Sí señor, ¿ahora mismo?

—Sí, deben llegar lo más rápido posible.

Benjamín continúa revisando su teléfono celular y reúne a varios de sus hombres para hablar con ellos, así que me doy la vuelta y me preparo para entrar a la casa.

—Liam —Eliot me detiene justo cuando estoy en la puerta de la casa—, necesito decirte algo. —el nerviosismo en su voz es muy evidente.

—¿Qué sucede?

—Hay algo que nunca te dije y bueno, si no te lo digo, me seguiré sintiendo culpable. Solo quiero que me escuches primero, traté de engañar a mi mente, diciendo que no sabía quién era, siendo yo, pero...

Alzo una ceja sin entender nada de lo que acaba de decir.

—Habla de una vez por todas, Eliot.

—Yo fui el que hizo la foto de Galban, yo fui el responsable de lo que pasó en la pasarela, y también le envié un archivo de fotos al Sr. Campbell para que pudiera mantener a Alison alejada de ti. Lo hice por el bien de los dos.

Aprieto la mandíbula ante tal confesión, sintiendo que mi cuerpo se llena de ira y mi respiración se intensifica de manera negativa y descabellada.

—¿Qué carajos? —lo empujo con odio y este cae al suelo abruptamente— ¡¿Qué diablos hiciste, Eliot?! —grito exasperado.

—Liam, por favor. Yo ... lo hice por tu bien, las mujeres son una destrucción.

—¿Por mi bien?, ¿Destrucción? ¡Deja de ser un bastardo traumatizado! —toco el puente de mi nariz, tratando de no arremeter contra él—. Por ti estoy en esta mierda, me vendiste a Corwin, maldita sea.

—¿Mi culpa? ¡Sin mí ya estarías encarcelado! He sido el único que te ha ayudado, nunca te he dado la espalda.

No puedo evitar soltar una risa irónica.

—¿Ayudar? Eres un maldito hipócrita, le eres fiel a Corwin. Eres la misma mierda que él.

Eliot se pone de pie y me mira antes de golpear mi pecho con rabia.

—¡No soy como él! —su mirada se centra en Benjamín, quien nos está mirando ya sin sus hombres de seguridad—. Les juro a los dos que no sabía de sus sucias acciones, no sabía nada. —Benjamín me mira y luego a Eliot en total silencio.

—¿Tú lo sabías? —me dirijo a Benjamín.

—Sí, y no lo detuve porque te necesitaba en Diamond City —dice antes de acercarse a nosotros—. Sin embargo, no estaba al tanto del archivo enviado a Campbell.

Ambos miramos a Eliot.

—¿Por qué lo hiciste? —pregunto con poca paciencia.

—Porque estabas acabando con la vida de ella.

IAN - [Todos tienen su lado oscuro] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora