17. Odio.

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Alison Campbell.

—Entonces estarás a cargo de los eventos de mañana. —comenta Liam con voz ronca.

—Sí. —jadeo, aferrando mis manos a su cuello.

Sus movimientos se intensifican mientras me penetra; el placer es tan enfermizo que me hace cerrar los ojos. La forma en que me está follando es diferente, lo hace de una manera un tanto brusca, como si quisiera sacar su rabia.

—Di que quieres más. —susurra cerca de mi oído.

—Dame más, Liam. —digo entre jadeos.

—Solo yo...

—Solo tú.

Al decir esto, sale de mí y logra colocar mis piernas sobre sus hombros, lo que me impide moverme. Sus manos van a mi cuello, lo rodean y lo aprietan levemente mientras me penetra de nuevo y gimo.

Cada parte de mi cuerpo tiembla y disfruta de quién es Liam, de lo maldito que es.

De un momento a otro, empiezo a sentir que su agarre en mi cuello se vuelve muy fuerte, sus manos me lastiman y no me dejan respirar. Al abrir los ojos veo su mirada perdida sobre mí y noto que sus ojos negros tienen un brillo extraño.

—Liam, tú ... me estás lastiman ... do —hablo con la voz cortada por la falta de aire. Como puedo trato de separar sus manos de mi cuello, pero es inútil—. Liam, suelta. Me lastimas.

Él no me escucha y comienza a apretar más, mi cuello arde y no puedo soportarlo, siento que me estoy desmayando.

—Lia ... am ... por favor. —le ruego, enterrando mis uñas en sus muñecas—. Iam... —suplico con mi último aliento, dejando de mover mis manos.

Al decir eso, la mirada de Liam se posa sobre la mía y se aparta con una expresión de horror. Como puede, se pone el boxer y comienza a caminar por la habitación con las manos en la cabeza. Yo trato de sentarme aturdida por dolor en mi cuello y lo escucho susurrar cosas "lo siento Alison", "no", "cállate" palabras que me dan miedo, siento qué tengo un demonio frente a mis ojos, un demonio que me atacará.

Al verlo de esa manera y con un mal presentimiento. Me levanto, tomo una camisa del suelo la cual me coloco cubriendo un poco mi cuerpo y con escalofríos me paro frente a él con mis manos abrazando mi torso sin saber que hacer o decir.

Liam no se detiene, solo se golpea la cabeza desesperadamente una y otra vez.

—Alison —dice mi nombre—. Quiero que ella esté conmigo —repite varias veces—. Dile que la quiero, que solo mentí cuando estaba pequeño. Díselo.

—¿Ella?, ¿quien es ella? —indago algo nerviosa.

Liam no responde, simplemente se tumba en la cama boca abajo golpeándose la cabeza sin parar.

Sé que debo salir de aquí, él es un peligro, pero no puedo. Siento que no puedo dejarlo en ese estado. Muerta de pánico, camino lentamente hacia la cama y me siento junto a su cuerpo. No me mira, solo mantiene los ojos cerrados mientras respira hondo.

—Liam, ¿quién es ella? —pregunto de nuevo en voz baja.

—Mi mamá ... quiero que vuelva. Si, si quiero que vuelva. ¡díselo!  —responde y exige rasguñando su cuello.

Al escuchar eso, mis ojos se llenan de lágrimas y me siento mal. Él quiere a su madre y yo no puedo sacar a nadie de la tumba, ni traerla del más allá. No sé lo que siente, pero sé que está sufriendo, nunca lo había visto así y me aterra.

<<voces>> recuerdo, ellas son, lo hacen actuar así, por supuesto que lo hacen.

Sin saber qué hacer, mi mano toca su espalda desnuda y la recorre suavemente de arriba a abajo. Siento su cuerpo relajarse y cuando veo una media sonrisa siento un leve alivio.

IAN - [Todos tienen su lado oscuro] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora