50. Final.

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Cuatro años después...

Alison Campbell.

Son muy pocas las cosas que conservo de Liam. Sin embargo, debo admitir que verlas me traen extraños recuerdos. Desde la sombra hasta al rey de la oscuridad que no pudo dominar su mundo; mi único consuelo es saber que finalmente pudo descansar del infierno en el que estaba condenado a pagar día tras día.

En la pequeña caja busco su objeto más preciado: la daga. Esa daga que lo acompañó en todo momento y me acompañó en estos años. Sin embargo, no la veo por ningún lado y eso me confunde. <<No pude hacerla perdido, es imposible>>. Busco la daga por todas partes sin éxito y trato de recordar dónde la puse, pero estoy completamente segura de que estaba en esta caja.

Un estruendo desde el primer piso me alerta, por lo que inmediatamente salgo de mi habitación para ver qué pasa. Al llegar a la sala de estar, me encuentro con un vaso de vidrio roto y un par de ojos negros que me miran inocentemente mientras en sus manos observo la daga.

—No es lo que parece mamá, solo quería ver la daga de papá y el vaso se me cayó de las manos. Fue un accidente. —dice y me cruzo de brazos.

—Eithan Elián Connor Campbell —hablo con seriedad—. Sabes muy bien que las cosas no se toman sin permiso.

—Lo siento mamá, no te enojes. Solo quería verla ... si esta daga era de papá, quiere decir que también es mía. ¿Puede ser mía? —habla levantando una ceja y no puedo evitar sonreír. Me recuerda mucho a Liam. Es un pequeño muy inteligente y algo terco.

Elián heredó los ojos negros de su padre así como muchos de sus rasgos faciales, su mirada y algunas actitudes, lo único que heredó de mí fue su cabello castaño, que caracteriza a los Campbell.

Las posibilidades de que Elián heredara la condición de Liam eran muy altas. Sin embargo, no sucedió. Durante todo mi embarazo me cuidé y me realicé estudios para ver el desarrollo de mi hijo, un desarrollo muy positivo y durante su crecimiento no se notó nada anormal. Es un niño muy sano y eso me hace feliz. Desde que nació Elián, fue mi motor de vivir y seguir adelante, estudié y cuidé de los bienes que Liam nos dejó, todo esto desde casa para estar con Elián el mayor tiempo posible. No quiero que se repita la historia con mis padres, Elián es y será siempre mi prioridad.

—Quizás en un futuro pueda ser tuya la daga —me acerco a él y tomo la daga—, pero no por ahora. Deberíamos pensar en el viaje de vacaciones. ¿Ya guardaste los juguetes que quieres llevar?

—¿A que lugar vamos? A mi me gusta este lugar y ya casi va a nevar. —dice con gran tranquilidad. A veces si creo que es mi pequeño karma.

Durante estos años no quise volver a Scarlet, pero creo que ha llegado el momento. Tyler ni siquiera sabe de la existencia de Elián y ya me siento mentalmente preparada para volver y al menos pasar unos días en ese lugar.

—Es una lástima, te iba a llevar a la ciudad donde vive el abuelo y donde conocí a tu papá, pero bueno, si no quieres ir, tú te lo pierdes. —comento con calma y Elián me mira con sorpresa.

—¿Dónde conociste a papá? —pregunta con curiosidad.

Elián siente cierta fascinación por Liam. Angélica (cuando viene a visitarnos, ya que vive en Aurora) y yo nos hemos encargado de mostrarle muchas fotos de su papá y hablarle sobre él. Elián ve a su padre con gran admiración y cariño. A veces por las noches siento una extraña sensación al saber que Liam no pudo conocer su versión mini sin voces. Cómo desearía decirle que su mayor miedo no se hizo realidad, como quisiera que lo viera con sus propios ojos, que viera a su hijo.

IAN - [Todos tienen su lado oscuro] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora